La titular general del Servicio de Administración Tributaria (SAT) Raquel Buenrostro, reconoció que al menos 40 mil personas que no han sido del todo identificadas tuvieron acceso a los sistemas de esta organización. Y es que para evitar el acceso de terceros a los datos se ha procurado un mayor gasto en tecnologías, explicó.

“Los primeros tres meses que estuvimos aquí encontramos tres cables que salían de los servidores del SAT (…) salían de aquí a instituciones. Olvídense de que se roban la información en el USB o lo hace un asesor fiscal que está ahí en la oficina. No, no. Había tres cables en los servidores”.

Raquel Buenrostro

De acuerdo con la información que está La Jornada, Buenrostro explicó que en ese momento se encontraron “35 mil puertos de usuarios que tenían acceso a toda la información del SAT” y que no se sabía quienes eran, estaban bajo seudónimos “patito1, patito2, sinvergüenza2”. Se contrataban a proveedores la mayor parte de la teconología para el organismo.

Menciona que hubo datos expuestos a 250 personas en entidades federativas, al Instituto Mexicano del Seguro Social, al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y de vez en cuando, “hace muchos años”, también al Instituto Nacional Electoral; por lo que la fuga de información tiene varios frentes.

“¿Quién tiene la información? La tenía un montón de gente que ni siquiera sabemos quiénes son. Por lo menos 40 mil personas que quién sabe quiénes sean, para quién trabajen. A algunas las tenemos identificadas, a otras no (…) Así que, ¿quién tiene la información del SAT? Hasta ahora casi 40 mil personas, pero seguramente no son los únicos”.

Señaló que el laxo control en la información fiscal se extendió entre 10 y 15 años. Además de que se encontró que un proveedor tenía un túnel programado a los sistemas del organismo. Y también de desconectar a los usuarios que no deben tener acceso a la red, se estudian los convenios de intercambio de información y se fortalecen las áreas de tecnologías del SAT.

Fraude en devoluciones

Buenrostro acusó a usuarios por el mal uso de datos fiscales. Se denunció en 2021 que un tercero cobró devoluciones de algunos causantes.

“No es que alguien haya robado una e-firma. Mucha gente le deja la declaración al contador, le entrega su firma y su contraseña y esa tercera persona puede hacer un uso indebido”.

Raquel Buenrostro

Mencionó que en lo que va del año, ya son 334 personas han sido afectadas por el robo de sus devoluciones, por un monto de 2.3 millones de pesos.

En tal tenor, convocó a los usuarios a “no compartir su firma absolutamente con nadie ni su contraseña”, que cada persona se haga responsable de sus datos fiscales porque “cualquier mal uso de la e-firma es responsabilidad del contribuyente”.

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Foto: Especial

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