Era preparado para ceremonias

El antiguo pueblo huasteco comía tamales de carne humana

El platillo lleva por nombre zacahuil y su tradición remonta La Huasteca y han cambiando los ingredientes con el tiempo

Por Pablo Prieto

02/02/2022

Publicado en

Historia / México / Puebla / Tendencias

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La gastronomía mexicana es una de las más resaltantes del mundo, no solo por su sabor, sino por la historia detrás de cada platillo. Uno de esos orgullos gastronómicos es el zacahuil, un tamal gigante emblemático de la cultura huasteca que encierra una historia que pocos conocen, pero que conjuga unos singulares ingredientes, entre ellos la justicia.

Según los relatos de la época prehispánica, el zacahuil nació como justicia de un pueblo cansado del abuso sexual contras las mujeres. En 1468, señalan cronistas mexicanos, había un hombre de avanzada edad que era enviado por Moctezuma a recaudar el tributo entre los pueblos sometidos, y valiéndose de ese poder deshonró a jóvenes vírgenes. La impunidad que lo rodeaba terminó cuando los mexicas cayeron derrotados a manos de los tarascos. Enterados de la victoria el pueblo huasteco captura al mayordomo de Tenochtitlan para ejecutar su venganza.

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El odio por la ofensa a sus mujeres, llevó a los huastecos a matar al violador, desollarlo y usar su carne en un enorme tamal ceremonial. Para lograrlo, envolvieron el cuerpo con masa martajada y enchilada; lo cubrieron con hojas de la planta de plátano y papatla, después lo metieron en un hoyo enorme en la tierra donde lo llenaron de piedras y lo cubrieron con brasas.

Según el cronista de Pánuco Veracruz, Luis Enrique Pérez, cuando calcularon que el tamal estaba bien cocido lo sacaban y repartían en porciones entre las mujeres que habían sido ultrajadas por el hombre, quienes a viva voz recitaban: “tlanque cualantli”, que significa “se acabó el problema”, en huasteco.

Con el paso del tiempo se convirtió en una tradición de los huastecos. Sin embargo, con la llegada de los frailes españoles, fue cambiada la carne humana por la de animales. Entonces empezó a elaborarse con cerdo, res, pollo y hasta con guajolote (pavo). Con el paso del tiempo le fueron agregando una serie de condimentos hasta llegar al zacahuil en una comida irresistible al paladar mexicano.

El zacahuil comenzó a hacerse indispensable entre las familias huastecas. El platillo estaba en todo momento, no había celebración sin él. De hecho, en la actualidad, se sirve en bautizos, primeras comuniones, bodas, cumpleaños, velorios, etc. Y, por su puesto, en todas las fiestas tradicionales.

Con información de El Comercio Perú, ADN40 y Milenio

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