Tipos móviles, obsesión fija

El Zurdo Impresor: el arte de elaborar libros a la antigua

Músico, fotógrafo y viajero, Agustín Romero fue hechizado por las imprentas antiguas, con las que ha hecho oficio, para beneficio de las letras poblanas

Por Paulina Millán

30/10/2021

Publicado en

Artes / México / Portada / Puebla

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Agustín Romero Gómez

Agustin Romero Gómez, el zurdo impresor, como se denomina él mismo, tiene 33 años, es licenciado en Artes Visuales, y su pasión por los libros lo llevó a descubrir la imprenta artesanal o clásica, es decir, como se creaban  los libros en 1800. 

Agustín es poblano de nacimiento, pero, su espíritu aventurero lo ha llevado a viajar por el país, primero para estudiar las Artes Visuales en la Universidad de Veracruz y después descubriendo la música en Tijuana. 

Sin embargo, nada fue tan fuerte como su curiosidad por las letras, la tipografía y sus piezas, los tipos móviles de madera y de metal, es decir, unas piezas habitualmente metálicas en forma de prisma que forman letras del abecedario. 

Entre astas, ápices y aguijones

Agustín explicó al equipo de El Ciudadano México que en la capital de Puebla aun existen pequeños talleres de impresión con máquinas antiguas. Estas se encuentran en la zona del Centro Histórico, específicamente en el Carmen.

Relató que al visitar dichos talleres sintió tanta curiosidad por la forma en la que se creaban los libros en el pasado que decidió investigar por su cuenta y comenzar a aprender el antiguo oficio de la imprenta clásica.

“En la zona de impresión, donde se da todo esto, que es el Carmen, todavía hay talleres pequeños en los que encuentras maestros impresores con máquinas antiguas; con tipos móviles, de metal, de madera. Entonces me llamó mucho la atención eso y decido involucrarme más y aprender y hacer mis propios libros”, contó Agustín.

Y es que la imprenta en Puebla cuenta con una larga tradición, ya que fue de los primeros lugares donde hubo una imprenta en America. Este sistema de impresión que hoy se podría considerar artesanal aún se conserva en algunos lugares de la ciudad.

Desde el norte hasta el centro del país

En 2014, Agustín estaba en Tijuana, probando suerte con la música y la fotografía, cuando lo contactó un amigo, -también amante de las letras y las imprentas clásicas-, que le pidió que regresara  a Puebla para ayudarlo a iniciar un nuevo proyecto, una editorial que imprimiría sus libros a la antigua. 

El proyecto le interesó tanto a Agustín, que dejó todo en el estado fronterizo, y regresó a su natal Puebla, donde comenzó su aventura con el sistema de imprenta antiguo.

Siete años después, el proyecto continúa y Agustín en compañía de su amigo, sigue haciendo tirajes de libros y revistas a la manera antigua. 

El Zurdo Press

Con el paso del tiempo, los proyectos personales de Agustín comenzaron a florecer; pero ahora quería que más personas conocieran las técnicas para imprimir libros. Por ello inició su propio taller, El Zurdo Press, en donde a través de una convocatoria de boca en boca, ha podido enseñar el arte de las tipografías y la imprenta clásica a más jóvenes poblanos. 

Su taller nació con la muerte de otro. Esto porque la máquina que ahora tiene él, pertenecía a una familia que se dedicaba a la impresión; sin embargo, ya no utilizaban esa imprenta. Pero el recuerdo y la nostalgia hicieron que la familia conservara la máquina. 

Agustín comentó que siempre que pasaba, la veía y preguntaba por su precio, pero la familia se negaba a vender. Un día, la familia se mudó de su local y, no se podían llevar la imprenta. En ese momento contactaron a Agustín y le ofrecieron la imprenta, -era eso o terminaría como fierro viejo-. El zurdo impresor acudió de inmediato por el codiciado artefacto.

Agustín Romero Gómez Impresor
El impresor en su reino

Primero la resguardó en un edificio antiguo del Centro Histórico, y después de buscar varios lugares, encontró lo que ahora es su taller, el cual está ubicado en la Avenida 20 Oriente #406 en la Colonia San Francisco, entre las calles 4 Norte y la 6 Norte. 

Agustín es un enamorado de las letras y de los mecanismos mediante los que estas llegan en la retina lectora. Su taller, a pesar de que es pequeño, tiene lo necesario para imprimir libros, revistas, tarjetas, de todos los formatos y diseños que se requieran, eso sí, en una imprenta que data de 1800. 

Ha imprimido libros de diversos escritores locales, de todo tipo de materiales, estructuras y ensambles. No todo ha sido tan tradicional como se pensaba en un inicio, pues a pesar de que todo se imprime a la antigua, las formas y diseños son actuales. 

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