Opinión

La tragedia de las remesas

Siempre que hablemos de remesas, pensemos que a trabajo igualitario, salario igualitario en ambos lados de la frontera

Por Onel Ortiz

08/02/2022

Publicado en

Columnas / México / Puebla

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Una de las fuentes principales de divisas a nuestro país son las remesas que mes con mes compatriotas que trabajan en Estados Unidos envían a sus familiares. Sin duda se trata de héroes que, con gran esfuerzo y arriesgando su vida, contribuyen de manera fundamental a la manutención de muchos mexicanos.

En 2020, en los meses más duros de la pandemia de covid-19, cuando las principales ciudades estadounidenses se paralizaron, cuando no había vacunas y los hospitales estaban saturados, los migrantes mantuvieron esas ciudades funcionando. Hablo de los servicios, desde la preparación de alimentos, hasta la limpieza domestica.

Durante 2020 y 2021, la remesas evitaron que más de dos y medios millones de familias mexicanas cayeran en la pobreza. Por supuesto que hay que reconocer la valía de los migrantes y sus aportaciones. Tampoco podemos dejar de ver la tragedia social, económica y humana que están detrás de las remesas.

Los flujos migratorios han sido una constante en la historia de México y Estados Unidos. Desde principios del siglo XIX, colonos estadounidenses comenzaron a migrar a los amplios territorios mexicanos de Texas y California.

Agustín de Iturbide concedió permiso a los estadounidenses para asentarse en territorio mexicano con tres condiciones, que los colonos fueran católicos, que hablaran español y que no tuvieran esclavos. Ninguna de las tres condiciones se cumplió. En 1830, siete de cada diez habitantes de Texas eran protestantes, hablaban ingles y tenían esclavos. La historia que siguió la conocemos: la independencia de Texas en 1835 y la invasión norteamericanas de 1847, cuando México perdió más de la mitad de su territorio.

En la Segunda Guerra Mundial, cuando los esfuerzos humanos y materiales de los aliados se concentraron para derrotar a Alemania;  los jóvenes estadounidenses fueron al frente. Inició el programa de trabajadores temporales agrícolas para satisfacer la demanda de mano de obra en el campo, al mismo tiempo comenzó la lucha por sus derechos humanos y laborales, como el encabezado por Cesar Chávez en los años sesenta.

De 1960 a 1980, México experimentó un crecimiento sostenido; se industrializó, la migración a Estados Unidos continuo, pero el país necesitaba mano de obra en torno a las grandes ciudades de México, Monterrey y Guadalajara. Las recurrentes crisis económicas del último medio siglo ha hecho que la migración sea recurrente y necesaria en ambos lados de la frontera. Nuestros compatriotas migran porque nuestro país no les ofrece oportunidades y su único futuro es la pobreza.

La migración también es una tragedia humana. Hace poco leí el aumento en las remesas y que en dicho aumento destacaba Zacatecas, lo cual en lugar de ser motivo de orgullo debería ser causa de vergüenza. ¿Por qué aumentaron las remesas en Zacatecas? Hay más remesas, porque hay más migrantes, se trata de los desplazados por la violencia que  huyen de sus pueblos, como el de Sarabia y otras comunidades cerca de Jerez. No sólo buscan trabajo, simplemente tratan de salvar sus vidas de la violencia que ha rebasado a las autoridades.

Siempre que hablemos de remesas, pensemos que a trabajo igualitario, salario igualitario en ambos lados de la frontera; mismos derechos y garantías para los trabajadores. Lo demás es simple demagogia.

La política es de bronce.

@onelortiz

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