¡Guerra! La derrota geopolítica y de inteligencia de Israel y Estados Unidos: ¿Puede desencadenarse una Tercera Guerra Mundial?

Desde una perspectiva geopolítica, el ataque fue una victoria para los líderes principales de Hamás, para los militantes antiisraelíes simpatizantes, para los escépticos del orden basado en reglas occidental y para Irán, Rusia y China.

Por El Ciudadano

09/10/2023

Publicado en

Columnas / Mundo

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Por: Jorge Molina Araneda

Más de siete décadas después de la fundación del Estado de Israel y la declaración de guerra por parte de sus países árabes vecinos, las heridas siguen abiertas. Los turbulentos años de 1947 y 1948 vieron el fin del mandato británico en Palestina, el fallido plan de partición de la ONU, y los desplazamientos masivos de población fruto de la estrategia de los líderes sionistas y de la guerra árabe-israelí de 1948.

La creación del Estado de Israel, el estallido del conflicto árabe-israelí y la crisis de refugiados causada por la Nakba (‘desastre’ en árabe) palestina suelen comenzar en una fecha: el 15 de mayo de 1948. Ese día terminaba oficialmente el mandato británico sobre la Palestina otomana, un territorio que había sido ocupado por los británicos tras la Primera Guerra Mundial, al igual que las actuales Irak y Jordania. Un día antes, David Ben Gurión, líder de la Organización Sionista Internacional y de la Haganá -la organización de autodefensa judía en Palestina-, y primera persona en ostentar el cargo de primer ministro de Israel, había proclamado la independencia y el establecimiento del Estado de Israel según las fronteras delineadas por el plan de partición diseñado por la ONU en 1947. Este plan no fue aceptado por la mayoría de los palestinos que vivían allí y, como respuesta, los países árabes vecinos declararon la guerra al nuevo Estado, cuyas fronteras no reconocían. Israel se defendió eficazmente y resultó victorioso, mientras que cientos de miles de palestinos fueron expulsados de sus hogares y se convirtieron en refugiados. Desde entonces la sombra del latente conflicto árabe-israelí, reactivado en 1956, 1967, 1973, 1987, 2000, 2021 y ahora en 2023, oscurece la política de la región.

A pesar de que la historiografía oficial israelí asegura que los palestinos que abandonaron sus hogares entre 1947 y 1949 lo hicieron voluntariamente e incitados por los líderes árabes, en las últimas décadas se han documentado evidencias de que la despoblación de Palestina fue un plan deliberado. Tal y como muestran los archivos de la Haganá y del Ejército israelí, y las memorias de Ben Gurión, la Nakba no fue el resultado accidental del conflicto armado, sino un plan deliberado diseñado antes de la guerra. Ben Gurión sostenía que un Estado judío solo podía ser viable y duradero si los judíos representaban al menos el 80 por ciento de la población. Para ello, no solo era necesario atraer inmigrantes judíos de todas partes del mundo, sino también convencer a la población árabe local de que abandonara sus hogares.

El victorioso Estado de Israel continuó con la estrategia de homogeneización de los territorios que ahora controlaba. Además de las expulsiones, miles de palestinos fueron encarcelados como prisioneros de guerra o enviados a campos de trabajo. La población civil que permaneció en Israel vio cómo su libertad de movimiento era restringida. En las ciudades, a pesar de las promesas de los líderes israelíes, los lugares de culto de los árabes cristianos y musulmanes fueron saqueados, así como las viviendas y comercios de los árabes que habían huido. Los pueblos destruidos por los israelíes en 1948 fueron rebautizados, y en muchos casos se plantaron bosques de coníferas y otras especies foráneas. Las tierras y propiedades de muchos árabes fueron confiscadas y redistribuidas. En total, se estima que unos 750.000 árabes palestinos abandonaron sus hogares entre diciembre de 1947 y mayo de 1949, un tercio de ellos antes del inicio oficial de la guerra árabe-israelí. Este periodo fue posteriormente bautizado por los palestinos como la Nakba, el desastre. Paralelamente, se estima que más de medio millón de judíos fueron expulsados de Irak, Argelia, Marruecos y otros países árabes como represalia, muchos de los cuales se refugiaron en Israel.

Las Brigadas Al-Qassam, el ala militar de Hamás, declararon el 7 de octubre el inicio de una operación contra Israel denominada ‘Inundación de Al-Aqsa’, infiltrándose en el territorio israelí por tierra, mar y aire, y lanzando miles de cohetes contra las comunidades hebreas, con varias ciudades fronterizas en el sur del país convirtiéndose en escenario de enfrentamientos armados.

Un día después, la Oficina del primer ministro israelí aprobó el estado de guerra por primera vez desde 1973 y anunció el inicio de “operaciones militares importantes”. Netanyahu prometió utilizar “todo el poder” de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), para destruir las capacidades de Hamás y convertir Gaza en “una ciudad en ruinas”.

El número de víctimas mortales y de heridos de lado y lado ya se suman por miles.

Antes de que Hamás lanzara el ataque contra Israel, el pasado fin de semana Egipto habría advertido a las autoridades israelíes de que el movimiento palestino planeaba “algo grande”, informa este lunes AP citando a un funcionario de la inteligencia egipcia.

Les habíamos advertido de que se avecina una explosión de la situación, y muy pronto, y que sería grande. Pero subestimaron tales advertencias”, afirmó la fuente que no quiso ser identificada.

El funcionario de la inteligencia egipcia señaló que las autoridades de Israel se centraron en Cisjordania y restaron importancia a la amenaza procedente de Gaza.

Mientras tanto, Ynet reporta que Abbas Kamel, el jefe de la inteligencia egipcia, llamó al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, 10 días antes del ataque y le advirtió de que estaba a punto de producirse “algo inusual, una operación terrible” en torno a Gaza. Según un alto oficial egipcio, Kamel quedó “sorprendido por la indiferencia mostrada por Netanyahu”.

Mientras, The New York Times informó, citando a oficiales estadounidenses e israelíes, que ninguna de las agencias de inteligencia del país hebreo había dado avisos concretos sobre los preparativos del ataque de Hamás. “El devastador ataque sorpresa de Hamás del sábado representó un fallo de inteligencia igualmente asombroso […] que implicó advertencias no detectadas, defensas antimisiles desbordadas y una lenta respuesta por parte de fuerzas militares aparentemente no preparadas”, señala el periódico.

En mayo de 2021, Hamás ya sorprendió a Israel con el lanzamiento de miles de cohetes, en ocasiones un centenar en pocos minutos, lo que buscaba saturar su sistema antimisiles Domo de Hierro.

Entonces, se lanzaron 4.360 en 15 días contra Israel, mientras que ahora en solo dos días se dispararon unos 3.000, explica Elliot Chapman, experto en Oriente Medio en la compañía británica de inteligencia Janes.

Si Hamás conserva este ritmo, “sería el mayor ataque de cohetes contra Israel hasta ahora”, asegura a la AFP.

Hamás debe tener todavía un importante arsenal de cohetes en reserva y parece probable que pueda mantener el fuego durante mucho tiempo”, apunta en este sentido Fabian Hinz, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).

Por otra parte, según ha informado un portavoz del grupo islamista palestino Hamás a la cadena pública británica BBC, el ataque del sábado contra Israel contó con el respaldo directo de Irán. Ghazi Hamad, vocerio de Hamás, reveló esta colaboración en una entrevista con el programa Newshour del Servicio Mundial de la BBC.

Hamad destacó que Teherán se comprometió a “apoyar a los combatientes palestinos hasta la liberación de Palestina y Jerusalén”, lo que indica un nivel significativo de asistencia por parte de Irán. Además, el portavoz mencionó que recibieron ayuda de otros países, aunque no proporcionó detalles sobre estos. Las declaraciones del vocero cobran especial relevancia debido a que hace tan solo unos días, la administración Biden liberó 6.000 millones de dólares para las arcas de Irán, por lo que varios políticos republicanos han reprochado al presidente de EE.UU., por presuntamente apoyar de forma indirecta la invasión de Israel.

A modo de observación, el origen de esos US$6.000 mil millones se remonta a septiembre de este año cuando cuatro hombres y una mujer estadounidenses que estuvieron encarcelados por años en Irán fueron liberados, luego de que Estados Unidos descongelara esos fondos iraníes que estaban retenidos en Corea del Sur. Se trata de un polémico canje mediado por Qatar que se da gracias a que Estados Unidos aprobó hacer una exención de las sanciones que tiene impuestas sobre Irán y que le impiden a los bancos internacionales transferir fondos de ese país. Las conversaciones que conllevaron al acuerdo se llevaban adelantando desde febrero del año pasado. Se cree que decenas de miles de millones de dólares de fondos iraníes quedaron congelados en cuentas bancarias de todo el mundo desde 2018, cuando el entonces presidente Donald Trump abandonó un acuerdo nuclear internacional con Irán y restableció las sanciones estadounidenses contra ese país. Una vez que los U$6.000 millones llegaron a bancos de Doha, los cinco estadounidenses -que también son ciudadanos iraníes- abordaron un vuelo desde Teherán hacia Doha, Qatar, desde donde fueron trasladados a Washington.

Asimismo, de acuerdo con las informaciones de la emisora británica, el vocero de Hamás ha afirmado que la violencia se produjo en respuesta a los ataques de los colonos judíos en territorio palestino.

Todos los días construyen asentamientos, toman nuestras tierras, matan a nuestra gente, entran en nuestras ciudades. A través de los mediadores (los egipcios, los cataríes o la ONU), les decimos que se detengan, pero no escucharon a nadie”, ha declarado.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, mantuvo el domingo una conversación telefónica con el jefe del Buró político del movimiento Hamás, Ismail Haniyeh, en medio del conflicto entre el grupo islamista e Israel.

Raisi y Haniyeh han conversado sobre “los acontecimientos en Palestina”, de acuerdo con medios iraníes, que no ofrecieron más información sobre la comunicación entre ambos políticos. El mandatario iraní, además, ha hablado por teléfono con el líder de la Yihad Islámica, Ziyad al Nakhalah, con quien también ha discutido la situación en Palestina.

Teherán es uno de los principales aliados del movimiento islamista Hamás y lidera el llamado Eje de la Resistencia contra el Estado Judío, su némesis.

Irán celebró la operación de la milicia Hamás contra Israel con felicitaciones y fuegos artificiales en las calles de la capital iraní. En el Parlamento iraní se vivieron además escenas de júbilo, con los diputados en pie gritando “Israel será destruida, Palestina vencerá”.

La República Islámica de Irán e Israel son enemigos acérrimos, suponen una amenaza existencial mutua, compiten por la hegemonía regional y mantienen una guerra encubierta con ciberataques, asesinatos y sabotajes.

En ese conflicto “en la sombra” y para expandir su influencia regional, Teherán apoya a grupos como el libanés Hezbollah, el movimiento palestino Hamás, la Yihad Islámica y a los rebeldes hutíes en Yemen.

Curiosamente, cuando Hamás lanzó el brutal ataque contra Israel durante la noche, la Oficina de Asuntos Palestinos de la Administración de Joe Biden  inicialmente instó a Israel “a abstenerse de la violencia y los ataques de represalia”, antes de borrar la publicación.

De acuerdo a Stephen Hoadley, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de  Auckland:

¿Qué esperaban lograr las Brigadas Al-Qassam de Hamás, que cuentan con un máximo de 30.000 combatientes poco entrenados (aunque liderados por un núcleo de unos pocos cientos de comandantes entrenados) contra las fuerzas de defensa israelíes de élite que cuentan con 170.000 soldados activos respaldados por 465.000 reservistas entrenados? ¿Fue el ataque una empresa desesperada desde el principio, nada más que otro espasmo de terroristas o una misión suicida de ideólogos desesperados?

¿Por qué atacó Hamas y por qué ahora? Ha quedado claro que los éxitos de Israel en la normalización de relaciones con muchos vecinos árabes (los Acuerdos de Abraham) y el reciente acercamiento con Arabia Saudita han marginado a los palestinos. Líderes militantes como los de la Yihad Islámica, ignorados y a veces enfrentados a una envejecida Autoridad Palestina, han atacado esporádicamente a ‘objetivos blandos’ (civiles israelíes) para mantener su credibilidad y justificar el recibimiento de cohetes, minas, armas ligeras y financiamiento de Irán.

El ataque de Hamas, aunque inevitablemente fue repelido, ha demostrado la capacidad de los militantes para infligir daño, lesiones y muertes en Israel, y servirá como inspiración para sus seguidores en Gaza y los opositores de Israel en lugares más lejanos.

Irán, como mentor y proveedor de armas de Hamas, ha ganado estatus no solo entre los opositores de Israel, sino también entre los opositores de Occidente, liderados por Estados Unidos. Irán ha desafiado los esfuerzos europeos, estadounidenses e israelíes para interceptar el contrabando de armas a Hamás (y a otros militantes como Hezbollah en Líbano y los hutíes en Yemen) y continúa apoyando células terroristas en toda la región.

Rusia y China han ganado en la medida en que se asestó un golpe a Israel, un socio clave de su rival estratégico, Estados Unidos. Washington parece incapaz de mantener su ambicioso orden basado en reglas, y el supuesto policía global ha vuelto a fracasar en mantener la paz o proteger a un protegido.

La inteligencia de Estados Unidos e Israel vuelve a mostrar deficiencias, ya que la invasión tomó por sorpresa a todas las autoridades. En contraste, las tácticas de Hamás se muestran más astutas, implacables y efectivas que en choques anteriores con Israel.

La captura de rehenes por parte de Hamas complica aún más los esfuerzos de Israel para someter a los militantes, que pueden amenazar con usar a los rehenes como ‘escudos humanos’ o asesinarlos si las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) avanzan.

Las negociaciones de intercambio de prisioneros con terroristas humillarán al gobierno israelí y llevarán a intercambios desequilibrados que liberarán a un gran número de terroristas y asesinos convictos de Hamás que cumplen condena en cárceles israelíes. La mayoría de los gobiernos occidentales consideran a Hamás y a las Brigadas Al Qassam como organizaciones terroristas y negociar con ellas está lleno de dilemas morales”.

La grandes interrogantes ahora son:

1.¿Tendrá éxito Israel en su “guerra”?

El objetivo parece ser la destrucción de la infraestructura militar que atacó a Israel; una red de túneles y plataformas ocultas de cohetes que aseguró la infiltración de militantes de Hamás y el bombardeo de Tel Aviv con, al menos, 5.000 mil cohetes.

El problema es que esta operación puede implicar la ocupación de la Franja de Gaza.

En 2014, se filtró un informe de las Fuerzas de Defensa de Israel que detallaba los riesgos de una invasión a Gaza para desarticular a Hamás. “Llevaría cinco años, provocaría una alta tasa de bajas, requeriría el desarrollo de una red de inteligencia completamente nueva y podría poner en peligro el acuerdo de paz con Egipto. Nueve años después, poco ha cambiado”, según el diario Haaretz.

Para Ze’ev Chafets, exfuncionario del gobierno israelí, las Fuerzas Armadas israelíes deberían bombardear Gaza como los aliados a Dresde para disuadir cualquier ataque de Hezbollah en el flanco norte. La milicia libanesa, estima el analista Jonathan Broder, tiene “más de 150.000 cohetes, algunos de los cuales están guiados con precisión y son capaces de alcanzar las bases militares de Israel, sus refinerías de petróleo en Haifa y su reactor nuclear en Dimona”.

Para Alon Pinkas del diario Haaretz, “el Estado de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel fracasaron estrepitosamente a la hora de proteger a los israelíes. Este es el fiasco del Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Él es el dueño y debe rendir cuentas, y lo hará, el día después de que termine la guerra”.

Sí, Israel es fuerte. Sí, la respuesta de Israel será feroz y destructiva, y sí, Israel saldrá de esta calamidad. Pero es necesario decir claramente la dura verdad, incluso cuando los números y nombres de los asesinados no están confirmados y la angustia apenas comienza: Esta fue una debacle épica y no hay forma de evitarla.

Sin duda, el fracaso de la inteligencia es devastador en alcance y profundidad, ciertamente dadas las capacidades y redes supuestamente de última generación HUMINT (inteligencia humana), SIGINT (inteligencia de señales) y ELINT (inteligencia electrónica) de Israel. La insuficiencia de la inteligencia es una cuestión compleja que seguramente será investigada más adelante. La idea de que Israel podría fortalecer efectivamente a Hamás para debilitar a la Autoridad Palestina y hacer inviable cualquier solución política se derrumbó de la manera más notoria, demoledora y sangrienta.

Netanyahu por mucho tiempo utilizó los ataques a Gaza como una forma de reunificar a sus aliados y sumar apoyos cuando su liderazgo era cuestionado. Inmerso en una crisis política interna, el presidente difícilmente pueda hacer lo mismo.

Hamás le ha impuesto una escalada armada que puede derivar en un conflicto más grande, si no encuentra una hoja de ruta de salida.

Pero la afrenta al liderazgo israelí es enorme porque el ataque ha roto por completo el mito del país invencible. Una lluvia de cohetes ha penetrado su escudo antimisiles denominado Domo de Hierro, sus aparatos de inteligencia, que exporta a todo el mundo, no han podido encontrar conversaciones que alertaran sobre el ataque.

Un líder cuestionado, acostumbrado a usar la guerra como identidad política, puede tomar las peores decisiones cuando sus propios demonios tocan su puerta.

2.¿Qué implicancia tendría bombardear, dejar sin abastecimiento de todo tipo y “reducir a escombros a Gaza”, sin contemplaciones de civiles e inocentes?

De acuerdo a Yoav Galant, ministro de Defensa israelí, en Gaza no habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible, todo será cerrado. “Luchamos contra animales humanos y actuamos en consecuencia”.

En Gaza viven dos millones de personas, entre ellas un millón de niños. La mayoría, al no poder salir hacia Egipto o Israel, se refugian en escuelas de la ONU o bunkers subterráneos, entre otros lugares. Hasta el momento, los ataques a Gaza han asesinado a centenares de civiles, la mayoría niños y mujeres, según Hamás.

Lo anterior inevitablemente conducirá a que Hamás utilice a los rehenes como escudos humanos y/o también comience a ejecutarlos si Israel no cesa la destrucción de la Franja Gaza.

Consultado por la BBC, Mahmud Shalabi, director en Gaza de la organización benéfica Medical Aid for Palestinians (Ayuda Médica para los Palestinos), dijo que “el principal hospital de la ciudad es como un matadero”.

A modo de observación, los castigos colectivos son considerados crímenes de guerra según el Reglamento de La Haya y los Convenios de Ginebra III y IV. Encerrar a una población sin alimentos ni servicios públicos en un lugar específico es prácticamente declararlo un campo de concentración.

Desde hace mucho tiempo, en Gaza, y otros territorios palestinos, se vive un régimen de apartheid según Amnistía Internacional.

Se comete el crimen de lesa humanidad del apartheid según la Convención contra el Apartheid, el Estatuto de Roma y el derecho internacional consuetudinario cuando se perpetra un acto cruel o inhumano (en esencia una violación grave de derechos humanos) en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre otro con la intención de mantener ese sistema”, de acuerdo a Amnistía Internacional.

Israel, al profundizar su política, alimentará el odio de los palestinos y radicalizará aún más en su contra al pueblo árabe-musulmán. Un arma de doble filo.

3.Si Israel invade la Franja de Gaza ¿puede estallar una guerra regional, especialmente contra Irán ?

Irán habría colaborado con Hamás en la planificación del ataque más mortífero a Israel en 50 años, según el portavoz de Hamás y The Wall Street Journal. Un alto funcionario estadounidense afirmó además que Tel Aviv prepara una intervención en Gaza en las próximas 48 a 72 horas.

Según el diario estadounidense, “oficiales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán habían trabajado con Hamás desde agosto para idear las incursiones aéreas, terrestres y marítimas. Los detalles de la operación se acordaron durante varias reuniones en Beirut a las que asistieron oficiales del Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica y representantes de cuatro grupos militantes respaldados por Irán, incluido Hamás, que tiene el poder en Gaza, y Hezbollah”.

Los funcionarios estadounidenses no avalaron la información obtenida por el diario supuestamente de fuentes iraníes y de Hezbollah.   Mahmoud Mirdawi, un alto funcionario de Hamás, dijo que el grupo planeó los ataques por su cuenta. “Esta fue una decisión palestina y de Hamás”.

Para Elijah Magnier, corresponsal en Medio Oriente;  “parece que Israel ha sido superado en maniobras por un plan puesto en marcha hace más de medio año por el ‘Eje de Resistencia’. Esta coalición de líderes de Palestina, Líbano, Irak, Siria y Yemen se reunió hace meses para orquestar un gran engaño dirigido directamente a Israel y llevar a cabo maniobras por parte de todos los miembros del Eje de Resistencia para el Día de la ‘Inundación de Al-Aqsa. ¿Su objetivo? Exponer las vulnerabilidades militares y políticas de Israel y destruir su reputación de disuasión en los años venideros”.

Una de las primeras declaraciones fue emitida por Mohammad al-Deif, jefe de la brigada Al-Qassam, en la que realiza una convocatoria al Eje de la Resistencia a apoyar la “lucha del pueblo palestino por su liberación”. Irán, las milicias chiíes en Irak y Hezbollah respaldaron la operación. Incluso, este domingo, la organización libanesa atacó una posición de las Fuerzas de Defensa de Israel en el Monte Dov.

Hezbollah y las Brigadas iraquíes Sayyed al-Shuhadaa amenazaron, incluso, con atacar todas las posiciones de Estados Unidos en Medio Oriente si participa de los ataques a la Franja de Gaza. Esto luego de que Washington anunciara el despliegue del Grupo de Ataque del Portaaviones USS Gerald R. Ford cerca de Gaza.

El saldo del ataque a Israel, a medida que pasa el tiempo, empeora. La cantidad de víctimas supera a la de los primeros días de la Guerra de Yom Kippur de 1973.

El gobierno de Netanyahu tiene como posibles opciones:

Negociación urgente sobre un acuerdo de intercambio de prisioneros, en el que Hamás exigirá un precio astronómico consistente en la liberación de las cárceles israelíes de los palestinos condenados, consiguiendo así otro tremendo impulso moral; una aplastante campaña aérea contra objetivos de Hamás en la Franja, en la que miles de civiles palestinos también resultarán muertos o heridos; un endurecimiento del bloqueo a la Franja y un daño a su infraestructura que podría provocar un desastre humanitario y una debacle internacional; o una extensa operación terrestre que resultará en múltiples pérdidas en ambos lados y que eventualmente podría incluso fracasar.

Si Israel invade y ocupa la Franja de Gaza, puede verse envuelto en un pantano militar con miembros de Hamás y palestinos armados atacando a sus soldados. También pueden continuar los ataques contra su suelo.  Si no desarma la compleja red de túneles de Hamás, ni sus plataformas de cohetes desde donde aún lanzan proyectiles a Tel Aviv.

Y a eso se le puede agregar un ataque coordinado de terceros, como Hezbollah, Irán, Siria y otras milicias chiíes, contra su territorio. La Yihad Islámica, y otros grupos palestinos, pueden hacer lo mismo en Cisjordania sobreexplotando todos los puntos militares de las Fuerzas de Defensa de Israel. Para The Wall Street Journal; “el plan más amplio de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán es crear una amenaza en múltiples frentes que pueda estrangular a Israel por todos lados”.

Al parecer, Israel está envuelto en un conflicto en el que sus enemigos le han impuesto las reglas y condiciones.

Finalmente, desde una perspectiva geopolítica, el ataque fue una victoria para los líderes principales de Hamás, para los militantes antiisraelíes simpatizantes, para los escépticos del orden basado en reglas occidental y para Irán, Rusia y China. Fue un revés para Israel, Estados Unidos, Europa y los “defensores” de la diplomacia y el orden basado en reglas. Eso sí recordemos, en la guerra solo pierde la humanidad 

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