Las recientes protestas en Estados Unidos contra las redadas migratorias han sido respondidas con una brutal ola represiva que deja más de 600 personas detenidas en apenas tres días. El gobierno de Donald Trump ha desplegado tropas y reprimido con fuerza desmedida, incluso sin autorización de los estados, lo que ha encendido las alarmas sobre una deriva autoritaria.
Solo en Los Ángeles fueron arrestadas 378 personas, epicentro de las manifestaciones y donde se impuso un toque de queda decretado por la alcaldesa Karen Bass. A estas se suman 190 detenciones en otras ciudades californianas y 86 en Nueva York,.
Protestas pacíficas reprimidas con tropas federales
Las movilizaciones comenzaron el 7 de junio tras una redada masiva de ICE en el centro de Los Ángeles. Rápidamente, la respuesta del gobierno federal incluyó el envío no autorizado de más de 4.000 efectivos, entre Guardia Nacional y marines del Pentágono.
El martes, las protestas se concentraron frente al Ayuntamiento y edificios federales. Los agentes usaron gases lacrimógenos, balas de goma y arrestos selectivos, dejando decenas de personas heridas.
La alcaldesa Bass justificó el toque de queda alegando la presencia de “actores violentos”, pero organizaciones civiles denuncian una criminalización sistemática de la protesta y el uso desproporcionado de la fuerza.
Nueva York también protesta; Washington responde con más represión
En el Bajo Manhattan, 86 personas fueron detenidas frente a la sede de ICE y Foley Square. De ellas, 34 enfrentan cargos graves, mientras que 52 recibieron citaciones judiciales. Se reportaron enfrentamientos con la policía, que lanzó gas lacrimógeno contra manifestantes cerca de Chambers y Church.
Pam Bondi, fiscal general de EE.UU., aseguró que “los arrestos continuarán” y que quienes agredan a funcionarios enfrentarán cargos severos. “Vamos a aplicar la Ley Hobbs para procesar por robo a todos los implicados en saqueos”, declaró, en un intento de criminalizar a todo el movimiento social.
Trump militariza sin autorización y enfrenta rechazo de gobiernos locales
El presidente Trump defendió la militarización afirmando que evitó que “Los Ángeles se incendiara”, pero el gobernador de California, Gavin Newsom, denunció la intervención como ilegal e inmoral, acusando al presidente de “usar el caos como una herramienta política”.
Newsom ha interpuesto una demanda de emergencia para frenar el despliegue militar, señalando que las protestas eran pacíficas hasta la llegada de tropas federales. La Constitución estadounidense establece que la Guardia Nacional solo puede actuar bajo órdenes locales salvo en escenarios extremos como rebeliones, lo que no se aplica en este caso.
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La ofensiva del gobierno no ha frenado las protestas. Ciudades como Atlanta y Burlington también se han sumado a las movilizaciones con consignas como “Fuera ICE” y “Paren las deportaciones”. La represión, lejos de disuadir, está radicalizando la protesta social en defensa de los derechos migrantes.
Telesur
Fotografía: Bedel Saget/The New York Times
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