Claudia Sheinbaum destaca en la 51ª Cumbre del G7 con mensaje clave para líderes mundiales

La presidenta exhortó a que el G7 deje de ser un espacio reservado a las grandes potencias y se transforme en un foro de corresponsabilidad global

Claudia Sheinbaum destaca en la 51ª Cumbre del G7 con mensaje clave para líderes mundiales

Autor: El Ciudadano México

En el marco de su intervención durante la cumbre del G-7, la presidenta Claudia Sheinbaum manifestó su inquietud ante el resurgimiento de conflictos armados y la creciente aceptación social de la violencia. Recalcó que ningún interés particular puede situarse por encima del valor de la vida humana y sostuvo que la paz solo puede alcanzarse a través de una diplomacia activa, no mediante la proliferación de armas. Subrayó además que las sociedades no deben dejarse guiar por el odio, e hizo un llamado firme a rechazar la violencia como herramienta para resolver diferencias.

Sheinbaum remarcó que la política debe orientarse a construir consensos y promover la paz, en lugar de imponer soluciones. Explicó que la paz no significa únicamente la ausencia de guerra, sino que implica también justicia social, comercio equitativo, cooperación internacional, oportunidades reales y el pleno respeto a los derechos humanos. Enfatizó que una paz duradera solo puede surgir sobre los cimientos de la equidad y el desarrollo compartido, no mediante la imposición de los intereses de unos pocos.

Al concluir, la presidenta exhortó a que el G-7 deje de ser un espacio reservado a las grandes potencias y se transforme en un foro de corresponsabilidad global. Reivindicó el papel fundamental de los migrantes mexicanos y propuso avanzar hacia un modelo económico y social más equitativo a nivel mundial. Cerró su discurso con un llamado a reconocer el bienestar como un derecho universal, y afirmó que el verdadero poder se demuestra en su capacidad de promover la justicia y la sostenibilidad.

Discurso íntegro

Mensaje de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, durante plenaria de la 51ª Cumbre de Líderes del G7

Primer ministro de Canadá, Mark Carney.

Distinguidos líderes del G7.

Amigas y amigos de la comunidad internacional.

Acudo ante ustedes como Presidenta de México, como representante de un pueblo digno y orgulloso, que ama su historia y su cultura, y que se ha caracterizado por ser promotor de la paz; así está escrito en nuestra Constitución Política.

México ha sido históricamente un país promotor del diálogo del desarme y del respeto a la soberanía de los pueblos.

Un gran presidente de México, Benito Juárez García, indígena zapoteco de gran visión, conocido como el “Benemérito de las Américas”, hizo legado universal el siguiente pensamiento: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Con ello como principio y dada la situación internacional de la que no podemos abstraernos, en nombre de México, hacemos un llamado a las grandes naciones a construir en vez de destruir, a trabajar con firmeza por la paz.

Tal vez somos idealistas, pero preferimos el llamado al Humanismo, a rendirnos frente al conformismo o el silencio.

Hablar de seguridad y transición energética es también hablar de la paz.

A todos preocupa profundamente el resurgimiento de conflictos armados y la normalización de la violencia, la discriminación y el sufrimiento en el mundo. Ningún interés puede estar por encima de las vidas humanas. El odio entre naciones, comunidades e individuos no debe dominar la civilización actual.

Desde nuestra visión: El camino no es el armamentismo, sino la diplomacia activa.

La política se inventó para evitar la guerra en cualquiera de sus manifestaciones: bélica, comercial o fría. La política se inventó para evitar la desolación, para construir puentes y soluciones; se inventó para que la construya, no se imponga.

La paz no consiste únicamente en la ausencia de guerra, también implica la presencia de justicia, comercio justo, oportunidades, cooperación para el desarrollo y respeto a los derechos humanos.

En este contexto es fundamental reconocer a las personas y familias que han migrado por necesidad y que contribuyen de manera significativa a los países que los reciben. En particular, es menester destacar a las y los mexicanos que desde hace años residen en Estados Unidos; nos referimos a las personas trabajadoras, honestas, que han construido su vida con dignidad, cumplen con las leyes, son de esfuerzo y dedicación, pagan impuestos, asumen responsabilidades y no merecen discriminación, sino respeto y reconocimiento.

El fin último es que las personas tengan empleo bien remunerado y acceso a una vida digna en sus lugares de origen, que tengan bienestar.

En la última reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños propuse la celebración de una Cumbre por el Bienestar Económico. Propongo una reunión similar donde, además de CELAC, participen los países miembros del G7, los países invitados el día de hoy y otros más que deseen participar.

El propósito es fortalecer una cooperación efectiva para el desarrollo, un comercio justo y recíproco, como base de una paz duradera que el mundo entero anhela.

Todos los ciudadanos de todos los países deben tener la posibilidad de una vida con bienestar, y aunque parezca un sueño, es posible. Esto significaría avanzar hacia una comunidad internacional más equitativa, pacífica y sostenible.

El bienestar económico y la cooperación para el desarrollo son actos de responsabilidad compartida de todas las naciones. En un mundo marcado por interdependencias, ningún país puede aislarse ni prosperar a costa del sacrificio ajeno. Apostar por la cooperación es, en última instancia, apostar por un futuro común, basado en la justicia.

Que este G7 no sea solo una reunión de potencias, sino un espacio de responsabilidad compartida, porque el poder no se mide solo por lo que se tiene, sino por lo que se hace con él.

Muchas gracias.

Foto: X

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