Entre discursos de unidad y ausencias incómodas: Jorge Romero en Puebla

La ausencia de Eduardo Rivera en un evento clave expone fracturas internas en el PAN

Entre discursos de unidad y ausencias incómodas:  Jorge Romero en Puebla

Autor: El Ciudadano México

Mientras el dirigente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, insiste en que la militancia panista en Puebla está unida y enfocada en reconstruirse para 2027, la realidad del partido parece contar otra historia. Su reciente visita al estado, celebrada en un acto privado en San Andrés Cholula, dejó más interrogantes que certezas, empezando por la notoria ausencia del excandidato a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, uno de los principales liderazgos panistas en la entidad.

Aunque Romero justificó la falta de Rivera asegurando que tenía “otros compromisos” en otra entidad, su falta alimenta la percepción de una fractura interna, sobre todo en un evento que se promovió justamente como muestra de cohesión entre liderazgos. Hablar de unidad sin uno de los principales actores del panismo poblano presente suena más a discurso que a realidad.

Llamados a tocar puertas… después de cerrarlas

Uno de los mensajes centrales del dirigente fue la necesidad de que el PAN se reconecte con la ciudadanía “tocando puertas casa por casa”, una estrategia que, según él, dio resultados en estados como Durango. La propuesta suena loable, pero choca de frente con las acciones recientes de figuras panistas como Eduardo Rivera, quien durante la campaña recurrió al lenguaje despectivo, llegando a llamar “morenacos” a los simpatizantes de Morena, mostrando una actitud que poco contribuye al supuesto contacto directo y respetuoso con la gente.

¿Cómo pretende el PAN acercarse a una ciudadanía que desdeña o insulta en campaña? El contraste entre el discurso de inclusión y el lenguaje de confrontación de algunos de sus principales actores deja claro que el blanquiazul aún no resuelve sus propias contradicciones.

Democracia, pero solo cuando conviene

Otro tema abordado por Romero fue la importancia de los procesos democráticos internos, especialmente de cara a la renovación de los comités municipales. Aseguró que será la militancia quien elija —incluso se planteó la posibilidad de que una mujer lidere el PAN en Puebla capital— y se comprometió a vigilar que haya “piso parejo”.

Sin embargo, este llamado democrático llega apenas días después de que muchos panistas, incluidos varios legisladores, promovieran abiertamente el “voto nulo” o la abstención en la elección histórica de jueces y magistrados del Poder Judicial organizada por el gobierno federal. La contradicción es evidente: se exige democracia interna, pero se niega la participación ciudadana cuando no conviene a sus intereses.

Un discurso reciclado en un partido que no se redefine

Más allá de las declaraciones formales, lo ocurrido en este encuentro en Puebla refleja un partido que sigue apostando por los mismos rostros, los mismos discursos y las mismas fórmulas que no le funcionaron en la elección reciente. Con una estrategia que mezcla llamados a la unidad con divisiones evidentes, y discursos de cercanía con gestos de desprecio hacia el electorado, el PAN parece más interesado en simular cohesión que en construirla realmente.

De no reconocer estas inconsistencias, el panismo poblano podría alejarse aún más de una ciudadanía que ya les dio la espalda en las urnas. La renovación que pregonan no llegará sin una autocrítica real y sin un cambio de fondo, no solo de forma.

Foto: PAN Puebla

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