Las autoridades estatales reconocen la presencia de estructuras delictivas en mercados populares, incluida la venta de drogas y el cobro de piso, prácticas que se extienden por varios puntos de la capital.
Tras los recientes hechos violentos ocurridos en el tianguis de Los Lavaderos, donde una balacera dejó como saldo dos personas muertas y tres heridas, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Francisco Sánchez González, confirmó que existen focos activos de actividades delictivas como el narcomenudeo y la extorsión en algunos mercados tradicionales de Puebla.
Aunque evitó proporcionar una lista completa de los sitios bajo observación por motivos de seguridad, el secretario sí hizo énfasis en el mercado Hidalgo como uno de los puntos donde estas problemáticas se han detectado con claridad. Según explicó, los mercados son lugares donde el flujo constante de personas y efectivo facilita la operación de grupos criminales, lo que representa un reto constante para las corporaciones de seguridad.
Sánchez González relacionó directamente la agresión ocurrida el pasado jueves 30 de mayo con estas prácticas ilícitas. Según detalló, la balacera fue una consecuencia directa de disputas entre grupos criminales por el control de la venta de drogas y la extorsión en ese punto comercial.
Como respuesta inmediata, tanto la Secretaría de Seguridad Pública como el Gobierno municipal de Puebla han comenzado a ejecutar acciones conjuntas con el objetivo de reforzar la vigilancia y presencia policial en tianguis y mercados locales, además de trabajar en labores de inteligencia que permitan desarticular las células delictivas que operan en estos espacios.
Por su parte, la Fiscalía General del Estado colabora en las investigaciones relacionadas con el ataque en Los Lavaderos. El incidente, según reportes oficiales, involucró más de 40 detonaciones de arma de fuego, generando pánico entre los comerciantes y visitantes del lugar.
No es la primera vez que los tianguis y mercados de Puebla son señalados como zonas vulnerables ante la expansión de redes criminales dedicadas no solo a la venta de estupefacientes, sino también al tráfico ilegal de armas y al cobro sistemático de cuotas a locatarios.
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La problemática no es menor. Para las autoridades, representa un desafío que requiere coordinación constante y estrategias preventivas más eficaces, no sólo operativos reactivos tras hechos violentos.
Foto: Redes
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