La gestión de Ariadna Ayala al frente del Ayuntamiento de Atlixco enfrenta señalamientos cada vez más graves: según la Auditoría Superior del Estado (ASE), no logró justificar más de 90 millones de pesos del presupuesto municipal 2023, lo cual deja al descubierto una administración plagada de opacidad, gastos dudosos y decisiones presupuestales que rayan en lo absurdo.
Entre las irregularidades más escandalosas se encuentra un desembolso de 499 mil 920 pesos por la compra de plantas, sin que se presentaran planos, croquis, fotografías ni ningún tipo de documentación que muestre dónde fueron colocadas esas plantas o si siquiera llegaron a existir.
Pero eso no es todo: se destinaron 744 mil pesos a la renta de equipo de sonido para eventos, sin aclarar qué eventos se realizaron ni presentar comprobantes del servicio. Más exagerado aún es el gasto de 1 millón 478 mil pesos en arrendamiento de equipo de fotocopiado, sin contratos ni registros que sustenten ese arrendamiento. ¿Qué tipo de copias se hacen en el Ayuntamiento que ameriten una cifra así?
Por si fuera poco, 155 mil pesos se pagaron por agua purificada para oficinas municipales, y otros 532 mil pesos en gas LP, nuevamente sin ninguna evidencia de recepción por parte de las áreas beneficiadas. En total, casi 700 mil pesos en servicios básicos mal documentados o completamente opacos.
Sin embargo, el colmo del gasto ridículo parece ser el mantenimiento de dos caballos municipales, por los que se destinaron 159 mil 152 pesos —y esa cifra aparece duplicada en los registros. En total, 318 mil pesos por servicios veterinarios, herrajes, alojamiento, alimentación y aseo, sin una sola factura ni bitácora que lo respalde. ¿En serio Atlixco necesitaba caballos de lujo mientras hay comunidades sin agua potable?
Como si todo esto fuera poco, 782 mil 709.75 pesos más aparecen simplemente sin justificar. Ni facturas, ni contratos, ni evidencia. Solo dinero público desaparecido bajo el sello de la incompetencia o la negligencia.
Estas observaciones no solo hablan de desorganización: retratan una administración que maneja los recursos públicos con ligereza e irresponsabilidad, mientras sus habitantes siguen esperando soluciones reales a problemas urgentes.
El informe de la ASE deja una sombra densa sobre su gestión: ¿cómo confiar en una administración que no puede explicar en qué se fue casi una décima parte del presupuesto municipal? Cada peso sin justificar es una oportunidad perdida para invertir en seguridad, infraestructura, salud o educación.
Véase también: Ariadna Ayala justifica aumento salarial; afirma que su antecesor ganaba más
La opacidad, sumada al descaro de algunos conceptos de gasto, no solo representa una posible falta administrativa, sino que demuestra una falta de respeto a los ciudadanos de Atlixco, quienes siguen enfrentando carencias mientras el dinero público se evapora entre plantas invisibles, caballos costosos y agua embotellada a precio de lujo.
Foto: El Ciudadano
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