La violencia desbordada en Tijuana alcanzó uno de sus escenarios más sensibles: el Hospital General, donde una mujer de 39 años fue asesinada mientras recibía atención médica tras un ataque armado previo.
Dos sujetos disfrazados de enfermeros ingresaron al área de Urgencias y le dispararon en la cabeza a quemarropa, frente al personal y pacientes.
El crimen ocurrió la tarde del miércoles, a plena luz del día, y pese a la presencia de cuerpos de seguridad tras el ataque inicial que sufrió la víctima un día antes, el 14 de mayo, en la colonia Ignacio Ramírez. Tras el segundo atentado, ninguno de los agresores fue detenido.
Según los primeros reportes, la víctima ingresó al hospital con heridas en el brazo, abdomen y rodilla, tras sobrevivir al primer ataque. A pesar de ello, sus agresores lograron localizarla y consumar su asesinato. En la escena se hallaron varios casquillos percutidos.
La Secretaría de Seguridad de Baja California reconoció el hecho en una tarjeta informativa. Indicó que se colocó personal de seguridad adicional en Urgencias para evitar el cierre del servicio, pero no se logró impedir el crimen ni se interrumpieron las actividades médicas.
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“Las autoridades del hospital colaboran con seguridad pública y Fiscalía General del Estado para las acciones correspondientes”, añadió la secretaría. Sin embargo, no se ha anunciado la detención de los responsables ni avances concretos en la investigación.
Este nuevo caso evidencia la falta de garantías incluso en espacios fundamentales como los hospitales, donde la ciudadanía debería sentirse protegida. Tijuana, una de las ciudades más violentas del país, sigue acumulando cifras alarmantes de homicidios, sin que las autoridades logren contener el deterioro de la seguridad pública.
La Jornada
Fotografía: Ángeles García
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