Obreros paralizan construcción de moderno mall en Concepción

El miércoles 21 de septiembre la faena a cargo de la construcción del Mall Concepción cambióo los ruidos de martillos, grúas, retroexcavadoras y huevos concreteros, por animosos gritos en busca de un trabajo digno

El miércoles 21 de septiembre la faena a cargo de la construcción del Mall Concepción cambióo los ruidos de martillos, grúas, retroexcavadoras y huevos concreteros, por animosos gritos en busca de un trabajo digno. Es así como más de 400 trabajadores pertenecientes a la concesión Inmobiliaria Mall Viña del Mar S.A. pararon sus faenas desde las 08.00 hrs de forma indefinida con el objetivo de obtener una serie de mejoras laborales.

La construcción del “principal y más moderno centro comercial de la octava región”, cuyos trabajos se encuentran siendo realizados en el centro penquista, entre las calles Barros Arana y Ohiggins, a la altura de la calle Tucapel, y se han caracterizado por un trato inhumano y vejatorio a los trabajadores encargados de la ejecución del proyecto, profundizando así el rol de la empresa privada en base a la explotación.

La movilización tomó cuerpo debido a la negativa de la empresa de tomar en cuenta las peticiones elaboradas hace más de veinte días por los trabajadores a través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, el Montaje y otros (SINTEC-CHILE)  y el Sindicato Interempresa de Trabajadores de Montaje Industrial de Contratistas y Afines (SITRAMICSCCH). Dichas peticiones guardan relación con un reajuste salarial en el sueldo base –de $320.000 a $350.000 en los maestros y $220.000 a $245.000 en los jornales-, bonos de producción ascendentes entre $50.000 y $80.000, y el incremento de la remuneración de las horas extras, las cuales alcanzan cifras entre 80 y 90 horas mensuales. Además se solicitaba mejorar las condiciones laborales en cuanto a seguridad y extensión de la jornada laboral, a la vez que cesar el sobre abuso de mando en relación a despidos injustificados y presión a los huelguistas.

Una vez más logramos ver cómo se utiliza el mal llamado “progreso” en directo perjuicio de las necesidades de la comunidad y los trabajadores. Estas construcciones se realizan infringiendo los derechos laborales y también generando espacios de consumo que permiten la validación de un sistema económico basado en el consumismo. Todo esto se realiza para obtener el máximo de ganancias y el crecimiento económico tan preciado para nuestro país, pero al que la gran mayoría no tiene posibilidad de acceso, salvo por la vía del endeudamiento crónico.

Texto y Fotografias
Por Metiendo Ruido

El Ciudadano

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