40 años para ser Presidente en Chile y el desprecio a la juventud

La añosa  Constitución de 1980, la  de origen dictatorial que aún rige nuestro país  en muchos aspectos,  contemplaba en su Artículo 25, que «para ser elegido Presidente de la República se requiere haber nacido en el territorio de Chile, tener cumplidos cuarenta años de edad y poseer las demás cualidades necesarias para ser ciudadano con […]

Por Director

29/08/2011

Publicado en

Editorial / Educación / Política / Portada

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La añosa  Constitución de 1980, la  de origen dictatorial que aún rige nuestro país  en muchos aspectos,  contemplaba en su Artículo 25, que «para ser elegido Presidente de la República se requiere haber nacido en el territorio de Chile, tener cumplidos cuarenta años de edad y poseer las demás cualidades necesarias para ser ciudadano con derecho a sufragio», una Ley a todas luces discriminatoria considerando la igualdad de derechos que debiese tener todo habitante de una nación considerado ciudadano.

Es cierto que el maquillaje constitucional del 2005 bají el límite de edad a los 35 años, no obstante, aún  los miles que  cumplen  18 años y pueden  entonces votar por el  máximo gobernante del país,  los  grupos etáreos comprendidos entre los 18 y los 30 y pico años de edad,  se ven excluídos del poder contar con algún candidato con  deseos generacionales similares.

Muchos simplemente otra vez más no votarán,  anularán y otros miles nuevamente no se inscribirán. A ello contribuyendo el binominal que claramente apesta. O finalmente tendrán que conformarse con algún mayor en edad y  joven de espíritu,  pero que no era su mejor candidato(a).

Entonces qué nos queda  a l@s jóvenes en este juego donde la truncada democracia chilena acrecienta la rabia producto de la desigualdad extendida en todos los ámbitos de la vida, desigualdad en la educación, en la salud, en la alimentación, en la participación política.

Claramente nuestra salida más clara es afianzar nuestros lazos jóvenes con la clase trabajadora de este país que somos, con todos los hombres y mujeres en un gran movimiento que lleve a cambiar las bases de esta institucionalidad excluyente y favoritista de los privilegiados que son resguardados por el capital que obtienen de nuestra fuerza productiva y de la explotación indiscriminada de la naturaleza, de nuestra Ñuke Mapu.

Llegó la hora , es el momento de que algunos con más añitos presten  atención y asuman serios compromisos con el polén de esta primavera que son los jovenes de Chile. Nuestros representantes que valientemente no han transado con el poder ansioso de continuar con la bancarización de la educación, necesitan hoy más que nunca  todo el respaldo de todos nosotr@s.

Por Bruno Sommer

El Ciudadano

Nota: Corrección de edad para el cometido, gracias al alcance de los lectores

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