El misterio que trae el caudal del Silala

¿A quién defiende Heraldo?

Férrea postura de la Cancillería chilena no tiene nada de patriótica, por el contrario, más que cautelar el abastecimiento de agua para la población de la región, el Gobierno protege intereses particulares de las empresas mineras que utilizan las aguas que nacen en territorio boliviano.

Por Patricio Araya

30/03/2016

Publicado en

Chile / Entrevistas / Política / Portada

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?Férrea postura de la Cancillería chilena no tiene nada de patriótica, por el contrario, más que cautelar el abastecimiento de agua para la población de la región, el Gobierno protege intereses particulares de las empresas mineras que utilizan las aguas que nacen en territorio boliviano.

Nada de novedoso, considerando que tras el conflicto marítimo con Perú, los únicos perjudicados fueron los pescadores artesanales de Arica, a diferencia de las familias poderosas, dueñas de la empresas pesqueras, que preservaron intacto su pedazo de mar para explotarlo a destajo.

 

Un letrero ubicado en la frontera entre Chile y Bolivia, a la altura de la ciudad de Calama, señala que ese sitio es “propiedad privada”. La advertencia alude al punto de inicio del recorrido del río Silala por territorio chileno. En ese lugar el caudal boliviano se convierte en el río Siloli, curso de agua que kilómetros más abajo se transforma en uno de los afluentes del río Loa.

 

En conversación con El Ciudadano, el alcalde de Calama, Esteban Velásquez –quien ayer visitó la zona al mismo tiempo que el Presidente boliviano hacía lo propio en el lado altiplánico–, explica que el referido letrero ubicado en la frontera entre ambos países, reconoce la propiedad de la empresa Aguas Antofagasta, donde se capturan y entuban las aguas provenientes del vecino país. “Ahí están las instalaciones de la sanitaria, hay oficinas, bombas de agua, talleres; efectivamente es un sector privado”, sostiene el edil tras la inspección al lugar donde una bandera chilena pintada en una roca asegura que aquello es suelo patrio.

En el pasado, el río Siloli proveía de agua dulce a los ciudadanos de Calama mediante los servicios de la sanitaria estatal, situación que ha cambiado luego que ésta pasara a manos de los mismos dueños de las empresas mineras. Por ello, el alcalde de Calama, Esteban Velásquez, lejos de hacerse parte de la controversia entre el Presidente Evo Morales y el Canciller Heraldo Muñoz, por la propiedad y la utilización de las aguas del macizo andino, hace un llamado a considerar el recurso hídrico como un derecho humano que debe darse en el plano de la integración de los pueblos.

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La señalética que privatiza las aguas del Silala a la entrada del territorio chileno, cuando el río se llama Siloli.

No obstante, la autoridad edilicia reconoció el derecho de los bolivianos a reclamar la soberanía del río Silala, y que así se lo han hecho saber al Presidente Morales, pero también dijo que el acceso al agua es un derecho universal. “Entendemos que el agua es un derecho humano, un bien común”.

Durante la jornada de ayer, una vez que el Presidente Evo Morales visitó el lugar donde nace el río Silala, el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Heraldo Muñoz, se refirió a esa actividad reiterando la postura del gobierno de defender el uso de las aguas –ante una eventual demanda boliviana– con el argumento de que se trata de un río internacional.

«Ellos pueden visitar su territorio y mirar el río como les parezca y con el acompañamiento que estimen conveniente, no merece más comentario, la realidad no cambia con esa visita, la realidad es más fuerte que una visita», dijo Muñoz a La Tercera.

Frente a esas declaraciones, en entrevista con este medio, el alcalde de Calama fustigó la política de la Cancillería, afirmando que ésta se hacía de “frases para el bronce”. Y señaló como ejemplo que mientras los bolivianos celebran el 23 de marzo como el Día del Mar, nadie se entera que ese mismo día los habitantes de Calama conmemoran la anexión de esa ciudad al territorio chileno en 1879, denotando una falta de una mirada más global de la política exterior desde La Moneda.

Alcalde, usted quisiera que la autoridad central también pusiera su atención en un hecho histórico para Calama, como su anexión al territorio chileno, y no sólo en frases para la prensa, como usted mismo califica las palabras del Canciller Heraldo Muñoz…

A nosotros nos parece que estamos en un Estado bastante centrista, donde se debe pedir permiso a un gran patrón, en este caso, una gran patrona que está en La Moneda; debe haber un mínimo de reconocimiento para una zona productora de riqueza minera como Calama. Tenemos una premisa: qué sería de Chile sin Calama, qué sería de Chile sin esta región. Cuando en Bolivia legítimamente celebran el Día del Mar, y el 23 de marzo, aniversario de Calama no hay una mínima reflexión, o un reconocimiento de lo que somos, me merece la duda sobre qué grado de importancia le otorga nuestro gobierno a esta comuna minera.

Esteban_Velásquez_Núñez

Esteban Velásquez Núñez, Alcalde de Calama.

Velásquez expresa su desencanto por la forma cómo el gobierno entiende y aborda sus vínculos con las zonas extremas. “Cuando hay una zona extrema, que es olvidada, abandonada, aparecen los fantasmas de los vecinos, y parece que nuestro territorio no es de nadie; más allá de las formalidades y las cartas geográficas que indican los límites de uno u otro país”.

“De ahí surge nuestra segunda reflexión en la que decimos que los gobiernos deben atender las zonas extremas como Calama, invirtiendo y desarrollando estos territorios. Eso significa soberanía verdadera para nosotros, eso es el concepto de soberanía en el mundo; ya no es militarizar y marcar las fronteras, es desarrollar efectivamente. Esa es la deuda que el Estado de Chile, o los gobiernos de turno, han tenido con zonas extremas como Calama”, sentencia el edil.

En su opinión, el déficit evidenciado por los sucesivos gobiernos en materia de desarrollo armónico del territorio nacional, se explica por el modelo centralista que impera en la actualidad, y lo enmarca en una serie de reclamaciones hechas desde las diferentes zonas extremas del país.

“Eso tiene que ver con algunas demandas que hemos hecho desde Calama y de varias comunas, como Arica, Tocopilla, Aysén; se trata de un sistema centralista del Estado de Chile que sólo refleja decisiones de fondo y trascedentes, pero en razón a lo que piensan grupos de intereses políticos y económicos allí en Vitacura, en Las Condes, en Providencia. Allí se decide el destino y el futuro de las regiones, especialmente, el de las extremas”.

Alcalde, a propósito de la eventual demanda boliviana por el uso de las aguas del río Silala, usted se ha preguntado sobre qué está defendiendo el Estado chileno cuando defiende el uso de esas aguas. En este sentido, ¿cree usted que se trata de una defensa noble en favor de los ciudadanos, o es en favor de las empresas mineras que controlan esas aguas, desde su origen en la frontera?

Lo que podría ocurrir mañana es que las Cancillerías lleguen a una buena negociación, un buen arreglo. La tesis de Bolivia probablemente tiene bastante razón y la de Chile también, pero ¿se van a solucionar los conflictos, una vez que todos rasguen vestiduras diciendo que han defendido su soberanía? El gobierno tiene que estar claro: ¿estamos todos con el gobierno defendiendo la soberanía?, sí; ¿estamos los calameños?, sí; pero, ¿qué soberanía?, ¿la soberanía que defiende el río Siloli para el consumo ciudadano o la soberanía que defiende los intereses de las empresas privadas que siguen usufructuando del agua, particularmente, de los ríos del norte de Chile? Esa parte no la explicitan los Cancilleres, o los poderes políticos. Por eso nosotros estamos atentos al devenir de estos acontecimientos.

“Por ello –añade Velásquez– invitamos al equipo político de la Presidenta Bachelet para que se instale en comunas como Calama, para que iniciemos inmediatamente un plan de desarrollo, en el que además tenemos clarito la fuente de financiamiento que no le significa un peso al Estado de Chile; le estamos dando la fórmula, pero como probablemente esto no se le ha ocurrido al gobierno central, se miran con desprecio las propuestas de la regiones”.

Agua y minería: un binomio poco amable con la ciudadanía

La empresa sanitaria que hoy abastece de agua a las nueve comunas de la Segunda Región es Aguas Antofagasta –cuya propiedad fue traspasada hace poco más de un año a un consorcio colombiano– tuvo su origen en la antigua Empresa de Servicios Sanitarios de Antofagasta S.A. (ESSAN S.A.), que como todas las sanitaras estatales, fue privatizada en 1990, proceso que en Antofagasta contó con el rechazo mayoritario de la población.

“(Andrónico) Luksic fue dueño de la sanitaria (Aguas Antofagasta), Luksic es actualmente dueño del ferrocarril que transporta el cobre desde la faena minera hasta los puertos, Luksic es dueño de varias mineras de la región de Antofagasta, Luksic es dueño de los puertos, como Antofagasta, entonces, la pregunta es ¿qué soberanía estamos defendiendo?”, reflexiona el alcalde de Calama.

“Para que funcione toda esta industria minera –continúa Velásquez– que acabo de mencionar, se requiere de agua, ¿qué soberanía estamos defendiendo entonces los chilenos?, ¿la soberanía para las empresas privadas o la soberanía del río Siloli de esta gua dulce de muy buena calidad, que llegue para el consumo humano? ¿Qué tipo de soberanía defendemos? Ese es el emplazamiento que le hacemos al Canciller”.

¿Qué opinión tiene usted de la gestión del ministro Heraldo Muñoz respecto al manejo de las relaciones con nuestros vecinos del norte?

El Canciller ha hecho un rol que le corresponde desde la mirada de La Moneda, y en su discurso nacional siempre en defensa de los intereses de la patria, por supuesto que estamos con él. Sin embargo, hoy la nación chilena es diversa, y por tanto, hay que fijarse en los territorios que afectan un montón de decisiones y palabras; de ahí que nosotros le decíamos que no eran solo algunas frases de reflexión o para algún titular importante de algún medio de comunicación, sino interesarse verdaderamente en zonas como Calama, para que entendamos primero que hoy día no nos sentimos con el trato de una ciudad que pertenezca a Chile.

¿Le parece moderna y correcta la política de la Cancillería de defender los grandes intereses empresariales y no tener un pronunciamiento oportuno respecto de la afectación ciudadana?

Yo creo que hoy día no hay acto más patriótico en Chile que recuperar los recursos naturales para los ciudadanos chilenos. Esa es la bandera que deben tomar los gobiernos. Eso nos va a llevar a políticas mucho más amistosas con nuestros países vecinos. Esto no significa que yo avale las palabras de Evo Morales, yo creo que él está completamente equivocado, particularmente, en esta demanda (por las aguas del Silala) porque él, en su concepto de indígena, debe tener claro que el agua es un derecho humano, un bien común, un patrimonio colectivo que debiera unirnos, y como contraparte, a nuestro Canciller le falta el otro sello, el sello de la territorialidad, de las particularidades de los territorios que nos vemos afectados por algunas decisiones de La Moneda.

Para concluir, Esteban Velásquez –quien en el año 2002 abandonó el PPD para lanzarse como independiente– remata con su propia frase para el bronce: “Nuestro llamado es entender el concepto del agua desde la mirada que le damos en Calama: el agua es soberana, pero para los ciudadanos chilenos que la consumimos todos los días en este Norte”.

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