De Urresti: “Lo más terrible de libertad a Iturriaga Neumann es que se empieza a naturalizar la impunidad”

Parlamentario de Los Ríos dijo confiar en que “la apelación del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior ante la Corte Suprema, volverá las cosas a su lugar”.

Por Jose Robredo

06/10/2016

Publicado en

Chile / Política

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Considerando que “los más terrible de la libertad condicional concedida por la Corte de Apelaciones de Santiago al violador de derechos humanos Raúl Iturriaga Neumann, es que se empieza a naturalizar la impunidad”, señaló el senador Alfonso De Urresti, quien manifestó su confianza en que “la apelación del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior ante la Corte Suprema, volverá las cosas a su lugar”.
El legislador del PS indicó que “más allá de tecnicismos reglamentarios o de resquicios legales formales, para el sentido común de los ciudadanos que ven con horror la posibilidad que una persona condenada a más de 30 años de condena por los delitos de asociación ilícita, homicidio calificado y secuestro calificado, entre ellos el brutal asesinato del general Carlos Prats y su esposa en Argentina, vuelva a las calles, por más que su defensa diga que tiene bajo compromiso delictual”.
“Además -agregó De Urresti- junto con registrar procesos pendientes en la Corte de Apelaciones de San Miguel, por el delito de secuestro, asociación ilícita, secuestro calificado, homicidio y sustracción de menores, los informes emitidos en su caso establecen que Iturriaga tiene “ausente” la conciencia del daño y mal causado, ya que no empatiza con las víctimas ni sus familiares y se estima “insuficiente” su disposición al cambio. Es decir, vemos nuevamente el argumento de la edad y una supuesta buena conducta, mientras paralelamente no existe ni una sola gota de arrepentimiento”.
El parlamentario por Los Ríos advirtió que “más allá de las escaramuzas que personajes siniestros de la historia de Chile como Iturriaga o Krassnoff intentan ante los tribunales de justicia, tratando de vestirse de viejitos enfermos, lo que debe seguir preocupándonos es que más allá del tiempo transcurrido desde que estos ex uniformados cometieron atroces crímenes contra decenas de chilenos y chilenas, nuestra sociedad no pierda la conciencia acerca de la necesidad de educar en el respeto a los derechos humanos a las nuevas generaciones, para evitar que alguna vez estos hechos vuelvan a ocurrir”.

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