Columna de opinión

El neoliberalismo es la política del capital y Piñera es su representante en Chile

El candidato de la derecha representa en Chile la versión más extrema del capital. La que defiende la concentración de la riqueza, los privilegios del 1% más rico, los paraísos fiscales, la elusión tributaria, el enriquecimiento bajo cualquier medio. Aun cuando Guillier está atrapado en este mismo sistema, pese a arrastrar la mochila neoliberal de la Concertación-Nueva Mayoría, el autor propone votar por él y hacer presión y oposición en el Parlamento y en las calles.

Por paulwalder

12/12/2017

Publicado en

Chile / Política / Portada

0 0


Hasta último minuto los poderes económicos harán campaña abierta o velada para que uno de los suyos sea elegido Presidente y gobierne directamente Chile. Así es como J. P. Morgan, uno de los grandes holdings financieros de Wall Street, de esos que soplan en los oídos de Trump y de las oligarquías plutocráticas del planeta, acaba de emitir un informe “confidencial” donde se sostiene que Sebastián Piñera ganaría en la segunda vuelta del 17 de diciembre.

Las corporaciones o mastodontes de la finanza, que en gran medida dirigen los destinos del mundo y administran los intereses económicos del “1% que supera la riqueza del resto del 99%”, según un documento de la ONG Oxfam publicado el año pasado en varias revistas europeas, no ven con buenos ojos ningún proyecto que abra paso a la profundización de la democracia, ponga en jaque el poder de los mercados y cuestione el neoliberalismo.

El siglo XXI cayó bajo la férula de una ideología triunfante, pero con resistencias vivas. Esta ha logrado en gran medida moldear el mundo e intenta además consolidar una nueva subjetividad: la que machaca el discurso de cada empresario que abre la boca en Chile; que cada uno para sí, y por su lado, debe dirigir su vida como una empresa y competir en el mercado de la vida.

El neoliberalismo o ideología de los mercados “libres” y del capital campea en el mundo desde los ochenta con Reagan y Thatcher, y en Chile desde 1973 con la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet y los Chicago boys. Y además actúa. Lo hace siempre con sangre en el ojo cuando se genera un clima de disidencia política prometedor de rebeldía o intromisión popular. Por supuesto que los neoliberales son alérgicos a los derechos sociales, pues son incapaces de concebir a los individuos tejiendo múltiples solidaridades.

Foto: Daniel Labbé

Un movimiento social amplio como el No+AFP, levantado por organizaciones de trabajadores y sus dirigentes sindicales, que apunta a cambiar uno de los pilares del modelo capitalista neoliberal y proveedor de fondos frescos al sistema bancario-empresarial, con el dinero arrebatado a los asalariados chilenos y devuelto en forma de miserables pensiones, genera pánico en el establishment financiero, no sólo nacional sino que mundial. Así lo reconoció Bernardo Larraín Matte, el presidente de la SOFOFA, al salir a defender el sistema de capitalización individual y contra el de reparto. En la prensa, el patrón de patrones afirmó que las AFP y el sistema tributario son “sistemas claves (del modelo) que comienzan a ser objeto de la crítica”.

Elites mundiales corruptas y amenazantes que saben “comunicar”

Cada momento de disenso al sistema es procesado inmediatamente por sus guardianes. Y esta realidad social conflictiva es analizada en sus medios impresos (como The Economist), cadenas de TV, además de “papers” producidos por los Think Tanks como el CEP.

Son razones que obligan y obligarán a los poderes fácticos globales a actuar. En estos casos no escatiman recursos económicos cuando se trata de imponer sus peones por la vía de las campañas mediáticas y de los hechos consumados con hipotéticas cifras de apoyo. Hemos visto cómo en los preámbulos de la primera vuelta, para disciplinar y conformar a los recalcitrantes, contaron con la presunta ciencia de las encuestas y los profesionales de la manipulación: los encuestólogos.

Sin ser adherente de las teorías conspiracionistas que pululan en la Web, algún estudio serio se encargará algún día de demostrar que hubo un verdadero complot tramado desde los poderes fácticos y la elite política derechista a partir del comando de Piñera, para elegir al candidato de los mercados, de la SOFOFA, de la CPC, de las AFP, las Isapres, la Bolsa y de los clanes económicos, en primera vuelta. Y así poder descorchar el champagne en la noche del domingo 19 de diciembre pasado.

El dispositivo mediático construye la realidad del capital y de su política

El sistema mediático tradicional, que construye la realidad social de manera fragmentada y “fabrica consenso” casi natural, según Noam Chomsky, funciona en su conjunto retroalimentándose entre sí; diseminando esos datos producidos con “estrechos márgenes de error porcentual”, se nos dice, para obtener adhesión. Además de consentimiento, antes de usar la coerción. Las informaciones se presentan como “objetivas” o fidedignas (dignas de fe), pero siempre en movimiento de retroalimentación, en una espiral repetitiva: recalentadas y jerarquizadas por los opinólogos, en apariencia serios, de los monopolios impresos (como El Mercurio, La Tercera y La Segunda). Para ser más tarde citados por los periodistas hasta aparecer en los telediarios. Así, en las pantallas, cae un producto de consumo mediático con el cual el 80% de los ciudadanos/ciudadanas se informan.

Beatriz Sánchez

Un campo mediático minado para los proyectos alternativos y las izquierdas

Es así como los candidatos alternativos que disienten de las reglas de lo que es la política dominante, se encuentran siempre en un clima mediático adverso. El sesgo periodístico negativo lo han vivido en carne propia los dos periodistas-candidatos en esta campaña. Tanto Beatriz Sánchez como Alejandro Guillier han sufrido los ataques tanto de medios como de opinólogos.

Pese a estos procedimientos destinados a desinformar, una franja importante de la ciudadanía permanece crítica desde el punto de vista intelectual y no pasiva ante una realidad brutal: la concentración de medios que constituye un poder mediático enorme. En otras palabras, una parte significativa de la ciudadanía no sólo recibe información, sino que la procesa a través de lo que los estudios de la recepción llaman las “competencias mediáticas de las audiencias”.

De inmediato surge la pregunta del lector: ¿y cómo esto es posible? Los estudios acerca de los medios, la información y las prácticas periodísticas revelan que un factor importante es la educación al pensamiento crítico; la otra, el factor de pertenencia socio-económica y la transmisión de experiencias políticas en las familias.

Mantener una perspectiva internacional

Así constatamos que en países como Bolivia, España, Chile y Grecia, allí donde ha habido importantes movilizaciones sociales, han surgido organizaciones políticas portadoras de proyectos de ruptura y de una crítica hacia los viejos regímenes oligárquicos, capitalistas y de democracia restringida.

Los sectores políticos que representan las visiones de las clases dominantes revelan con nitidez una vieja tendencia histórica en las democracias parlamentarias capitalistas. Hoy, los grandes bancos y las grandes corporaciones multinacionales no escatiman medios y se la juegan por entero para mantener o retomar las riendas del poder.

Y todo esto en un contexto de revelaciones de corrupción generalizada y fraudes monumentales a los sistemas impositivos, debido a la elusión/evasión de impuestos en esos hoyos negros tolerados del sistema o “paraísos fiscales”, creados por el mismo aparato financiero global desregulado por el empuje de las ideas neoliberales que hemos conocido gracias a la revelación de un pool de periodistas con los nombres de Panamá y Paradise Papers. Y cerca nuestro, el caso de la pesquera peruana Exalmar, donde la familia de “centro izquierda” (así se auto definen) Piñera, invirtió durante la presidencia misma del patriarca. Y sin olvidar las innumerables colusiones de empresas chilenas para controlar los mercados, abusar de los consumidores y aumentar sus ganancias.

En Chile, investigaciones periodísticas revelaban que los poderosos clanes económicos salidos fortalecidos de la dictadura misma, con los otros empoderados por la transición pactada concertacionista, como el de los Paulmann, Luksic, Angelini, Matte, Cueto y Ponce Lerou, no han escatimado recursos para financiar a Sebastián Piñera, el candidato más rentable desde su óptica capitalista.

El nuevo ciclo político

El tiempo político del duopolio que dominó la vida política postdictadura terminó. Es la primera elección realizada en este marco. Hay nuevas relaciones de fuerzas. Y por lo tanto posibilidad de nuevas perspectivas estratégicas.

Los movimientos políticos desarrollados durante el período presidencial de Piñera le hicieron la vida política imposible al magnate-presidente y fueron el aguijón mortal de la llamada transición pactada con los poderes cívico-militares de la época. De aquel período salió el Frente Amplio; de esas luchas sociales y de los liderazgos estudiantiles que ahí se fraguaron. Chile ardió en algunos momentos intensos del Gobierno de los empresarios en un clima generalizado de crisis social y política. Aquellos días fueron de impugnación abierta al neoliberalismo. No obstante, si la clase trabajadora organizada estuvo ausente y permaneció burocráticamente controlada desde arriba por la dirigencia CUT alineada con el PC, el PS y la DC, trabajadores del cobre y estudiantes secundarios marcharon juntos para exigir la renacionalización del cobre.

Bajo el empuje de las movilizaciones, de las reformas parciales al régimen político y al clima de corrupción generalizada, cambió el ciclo político. La ideología de las “terceras vías” con un empresariado “ilustrado” dispuesto a reciclarse en una visión del mundo con un nuevo “contrato social” amplio, en un contexto de “revolución tecnológica”, fracasó. Ante la crisis del neoliberalismo, la corrupción institucionalizada, la desigualdad social y de género, el aumento del racismo y la gravedad de la crisis ecológica, responden: ¡más neoliberalismo!

El desafío actual: impedir el retorno de la derecha

¡Si para saber de lo que es capaz la derecha basta con escuchar a José Antonio Kast y su defensa irrestricta de la dictadura de Pinochet! Podemos suponer entonces que con su 8% de electores puede golpearle en la mesa a Piñera e imponerle un subsecretario del Interior. Y bien sabemos el poder que éstos tienen. ¡Si el mismo Mahmud Aleuy, un socialista, fue sensible a las presiones de la derecha para reprimir en la Araucanía! Si no hubiera sido por el ministro PC Marcos Barraza, Aleuy se hubiera sentado a planificar la represión con la ministra Patricia Bullrich, del gobierno derechista de Mauricio Macri.

Sin embargo, Alejandro Guillier marcó diferencia con Bachelet. Expresó que “no había terrorismo en la Araucanía”. Hizo clara alusión  al carácter histórico de las reivindicaciones del pueblo mapuche. ¡Notable diferencia con Piñera!

Lo que no impide hacer un balance político del legado concertacionista-Nueva Mayoría. Y éste debe ser implacable. Para dejar en claro lo que han sido históricamente las fuerzas que representa el mismo Guillier, y para que enmiende rumbo, si quiere, porque siempre se puede. Para entender por qué el Frente Amplio llama “a no votar por Piñera”, pero sin llamar a hacerlo directamente por Guillier. Este se resiste a retomar el programa socialdemócrata del Frente Amplio de democratización de la vida política y de satisfacción de derechos sociales. Que no tiene nada de revolucionario.

Alejandro Guillier tiene una mochila pesada pues representa el continuismo “progre” de la Concertación-Nueva Mayoría en todos los aspectos: desaprovechamiento sistemático del gobierno del Estado para orientar cambios democráticos y económicos estructurales; manipulación de las demandas de corte más progresista bajo la fórmula del gradualismo adaptable al modelo neoliberal; mano blanda y vista gorda a la corrupción institucional; disposición a adoptar de manera irreflexiva el enfoque represivo de la derecha autoritaria y empresarial con el pueblo mapuche; opción por el neoliberalismo en políticas macroeconómicas en cada uno de sus ministros de Hacienda; aceptación de la concentración monopólica de los medios de información, y políticas de favores al empresariado y al mercado en detrimento de los derechos sociales (en educación, salud, previsión) y de los trabajadores (salarios dignos, derecho a la negociación y a huelga). En ese marco, el Partido Comunista es el aval popular de este neoliberalismo atenuado.

Pero las mochilas pueden vaciarse y rellenarse, ya sea con rémoras, o con proyectos de país (esa es la disyuntiva). A Guillier el Frente Amplio debió habérselo dicho en su cara y frente a Chile. Ante esa mitad del electorado abstencionista el FA debió haber osado interpelarlo en nombre del pueblo asalariado y explicando los peligros que implica un retorno de la derecha neoliberal, conservadora y cavernaria. Y la responsabilidad que le incumbe para que eso no suceda. Cabía innovar y aprovechar el momento político con el fin de generar consciencia y reflexión con la legitimidad conquistada con ese 20,27%. Había y hay que crear debate abierto e incluso llamar a la calle. Pues hay momentos de definiciones claras. Y los que las piden son ese mismo 20,27% de los chilenos que votaron por Beatriz Sánchez, más una buena parte de los que se abstienen (casi un 50%) y que también quieren cambios estructurales.

… Y pese a todo hay que votar por Guillier

¿Queda duda cómo votar?: basta con ver un vídeo donde un gallardo ciudadano se le acerca a Sebastián Piñera que palomea en una calle de Viña del Mar. Aquél le pregunta, casi al oído, pero claro: “¿y va a seguir robando?”. Piñera atolondrado responde con un asertivo… «Sí». Ahí, en ese sí habló el ego más profundo. El inconsciente de esa clase social que se cree la dueña del país y con el derecho de… robar incluso; digamos abusar impunemente. Piñera, incapaz de procesar rápido la información e interpelar gentilmente al osado peatón, se incorpora entero en ese

Para que la transgresión permanente no se instale, y que los abusos no sean moneda corriente, sólo queda darle el voto a Alejandro Guillier y ser oposición en el Parlamento y en las calles y alamedas del país, para exigir derechos sociales, plebiscitos, Asamblea Constituyente, gratuidades, pensiones dignas y NO+AFP, nuevas leyes laborales, aumento de impuestos a los ricos y grandes empresas. Y así, con esas demandas, ir construyendo movimiento social popular. Y así el FA podrá intentar legislar y más tarde gobernar, con la frente alta.

Por Leopoldo Lavín Mujica

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Comenta 💬