Fracasa coalición PSOE-Podemos: Nadie cede y España se queda sin Gobierno

Sin posibilidades de formar Gobierno de coalición

Por Leonardo Buitrago

31/07/2019

Publicado en

España / Mundo / Política

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Pedro Sánchez busca un acuerdo programático con Pablo Iglesias para que apoye un gobierno socialista con objetivos y medidas concretas, pero descarta una coalición con el partido de izquierda


España está inmersa en un limbo político. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la formación de izquierda Unidas Podemos no alcanzaron un acuerdo para formar un Gobierno de coalición que les permitiera compartir responsabilidades ministeriales.

El fracaso de la negociación llevó a que el pasado jueves el Congreso de los Diputados rechazara la candidatura del líder del PSOE Pedro Sánchez para ser investido como presidente del Gobierno en una segunda votación.

La votación de 155 votos en contra frente a 124 a favor y 67 abstenciones, incluidas las 42 de Unidas Podemos, le impidió a Sánchez lograr su objetivo.

La coalición política es indispensable, ya que en las elecciones del 28 de abril el PSOE obtuvo 123 diputados, y para formar Gobierno se necesitan 176, sobre un total de 350.

Por tal motivo Pedro Sánchez, tuvo que negociar con otros partidos (aliados) para poder sumar los diputados suficientes para formar Gobierno.

El principal aliado del PSOE es Unidas Podemos, que en los comicios de abril obtuvo 33 diputados propios y 9 de sus representaciones en las comunidades autónomas.

Si ambos partidos juntan sus escaños reunirían 165 votos, más que los 147 probables votos de los derechistas Partido Popular (PP), Ciudadanos (Cs) y Vox. Eso, considerando la posible abstención de los parlamentarios del Partido Nacional Vasco (PNV), Esquerra Republicana (ERC), EH Bildu y Compromís, daría luz verde a la investidura de Sánchez, por la mayoría simple establecida en la Constitución de 1978.

psoe podemos
Pedro Sánchez requiere una nueva alianza con Unidas Podemos para poder permanecer en el Palacio de la Moncloa. Foto: El País.

Alianza PSOE y Unidas Podemos

La alianza entre el PSOE y Unidas Podemos le permitió a Pedro Sánchez formar Gobierno en junio de 2018, una vez que se produjo la moción de censura contra Mariano Rajoy por el caso de corrupción de los sobornos ilegales recibidos por el Partido Popular (PP).

Sin embargo, tras el rechazo recibido en el Congreso de los Diputados a los presupuestos generales del Estado de 2019 , Sánchez decidió anunciar la disolución de las Cortes y convocar elecciones generales para el 28 de abril pasado.

Aunque en estos comicios el PSOE se convirtió en la fuerza más votada en 15 de las 17 comunidades autónomas, consiguió una mayoría simple y una absoluta en el Congreso, por lo que Sánchez requiere una nueva alianza con Unidas Podemos para poder permanecer en el Palacio de la Moncloa, una coalición que hasta los momentos fracasó y que no muestra signos de concretarse.

El Congreso rechazó la candidatura del líder del PSOE Pedro Sánchez para ser investido presidente del Gobierno. Foto: El Mundo.

¿Por qué fracasó la coalición?

Para el periodista español Francisco Herranz, un factor clave para que no se haya producido un gobierno de coalición es la mala relación existente entre el socialista Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

Son dos machos alfa muy ambiciosos. Pese a una cierta afinidad ideológica, sus continuos desencuentros en el hemiciclo solo han provocado un sentimiento de desconfianza que les ha llevado a la intransigencia e incluso al veto personal. En medio de las duras negociaciones, el propio Sánchez declaró que Iglesias era uno de los obstáculos que impedían el pacto”, planteó al portal Sputnik.

Por su parte, el también periodista español Ángel Manuel Sánchez García señaló que no ha habido solo un choque de egos entre Iglesias y Sánchez, sino también una enorme presión” de los Mercados (IBEX) y la Unión Europea para que no haya un gobierno de coalición del Frente Popular con los independentistas”.

Aunado a esto, condenó la actitud avariciosa del líder del PSOE al no querer ofrecerle espacios en diversos ministerios a Podemos, a cambio de su apoyo en la votación de investidura.

“Con diferencia, para mí Pablo Iglesias fue el mejor en las dos sesiones de investidura. Con habilidad propia de un conferenciante universitario al que exigir coherencia en su discurso, logró desenmascarar la insolvente, torticera y autoritaria intención de Pedro Sánchez de obtener los votos de todos a cambio de nada”, indicó en un artículo publicado en el portal Mi Ciudad Real.  

Filtración de las negociaciones

Otro punto a destacar en el fracaso del pacto entre el PSOE y Unidas Podemos son las filtraciones a la prensa de las negociaciones entre la vicepresidenta del Gobierno socialista, Carmen Calvo, y el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique.

En estas conversaciones se pudo conocer que a la directiva del PSOE le «inquietaba» la eventualidad de que Unidas Podemos se hiciera cargo del Ministerio de Trabajo.

El portal El Confidencial reveló que integrantes del equipo de Carmen Calvo, editaron y modificaron los archivos  con las peticiones de Unidas Podemos que luego aparecieron en la prensa.

En el título del documento se cambió la palabra «propuestas» por «exigencias», lo que provocó “que las posturas se alejaran todavía más”.

No obstante, la Vicepresidenta del Gobierno negó que ella o cualquier miembro de su equipo sean los responsables de la filtración. «No hemos desvelado ni una sola cosa a lo largo de estos días, por el bien de la negociación», aseguró en una entrevista.

Para la analista Minerva Marcos las filtraciones a los medios fueron las absolutas protagonistas de la mesa de negociación, e incidieron en que no llegaran a buen término las conversaciones.

“Ambos líderes han pensado que la presión mediática sería una buena forma de alcanzar sus pretensiones, pero ha sido todo lo contrario, pues ha sembrado más grietas y desacuerdos. La cuestión de la vicepresidencia, que el PSOE decía que habían pedido y Podemos negaba, el paso atrás de Pablo Iglesias, que lo hizo público, al alcance de todos, antes que hablarlo cara a cara con Sánchez son una muestra de ello”, explicó.

PP y Ciudadanos han dejado claro que no le  facilitarán el camino a Pedro Sánchez y votarán en contra de su investidura. Foto: Web.

Mezquindad de la derecha

Aunque Pedro Sánchez ha pedido al PP y Ciudadanos que se abstengan y no voten en contra de su investidura, las agrupaciones de derecha han dejado claro que no le facilitarán el camino.

El presidente del conservador PP, Pablo Casado, descartó la posibilidad de que su partido se abstenga si el líder del PSOE vuelve a someterse a una sesión de investidura.

«Todo el mundo vio que él quiere para los próximos años un gobierno izquierdista (…) Aunque usted (Sánchez) y su partido merece todo nuestro respeto, su candidatura y su proyecto no merece nuestro apoyo. Solo nos debemos a España y su gobierno será una amenaza para su futuro», dijo Casado en declaraciones a los medios de comunicación para justificar su decisión.

A su vez , el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se negó a abstenerse o apoyar la investidura del PSOE y criticó Sánchez, por tratar a España como «un botín para repartirse» y que haya paralizado el país «por un ministerio».

«¡Cómo puede ser que no se hayan puesto de acuerdo por un ministerio, qué triste!», afirmó.

Según Rivera, lo que separa a Sánchez y a Iglesias «es el ego, que no les cabe en la silla y por eso no se han puesto de acuerdo».

https://www.youtube.com/watch?v=8LZTX6H-5H0

Ante este comportamiento, el periodista Francisco Herranz señaló que en España todavía no existe la suficiente madurez democrática como para que los partidos de derecha (PP y Ciudadanos) garanticen la gobernabilidad del país con su abstención.

Sus diferencias con el PSOE no son sólo ideológicas sino también coyunturales. Ambas formaciones mantienen un «cordón sanitario» hacia Sánchez porque éste trata de tú a tú con los grupos separatistas vascos y catalanes, aunque estos sean legítimos y legales”.

podemos echenique
«Si Pedro Sánchez quiere negociar un Gobierno de coalición, que empiece cuanto antes” indicó Pablo Echenique, dirigente de Podemos. Foto: Web.

Unidas Podemos quiere negociar

Pese a la fallida negociación, Unidas Podemos insiste en la idea de formar un Gobierno de coalición con el PSOE.

Es verdad que la negociación ha dado vergüenza ajena”, indicó el dirigente Pablo Echenique y agregó que el presidente en funciones debe recoger la propuesta de Pablo Iglesias de compartir el poder en el Ejecutivo.

Negociar en tres días el Gobierno de España es muy poco sensato. Le pido que no lo deje otra vez para el último minuto. Que no vuelva a dejarlo para el final para presionar a todos los grupos y montar un bochorno que dé vergüenza ajena otra vez. Si quiere negociar un Gobierno de coalición, que empiece cuanto antes”, apuntó Echenique.

Pablo Iglesias concuerda y lamenta que, tres meses después de las elecciones, las negociaciones reales para lograr un gobierno de coalición, que en su opinión era “lo único que podía ocurrir” en función de los resultados electorales, hayan “sido poco menos de 48 horas”

Tengo la sensación de que quizá ahora empiece un periodo más racional en el que los tiempos políticos se utilicen para negociar y en el que salgamos de una dinámica del no hacer nada que ya ocurrirá algo”, estrategia que calificó como “completamente suicida”.

Iglesias le ratificó a Sánchez que estaba dispuesto a dialogar: “No vuelva a llevar a los españoles a elecciones y negocie con nosotros desde el respeto”.

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calv,o afirmó que el PSOE ya no quiere oír hablar de coalición. Foto: Público

PSOE descarta una coalición

Carmen Calvo planteó este martes 30 de julio que el PSOE busca un acuerdo programático con Podemos para que apoye un gobierno socialista con objetivos y medidas concretas, descartando una vez más la coalición.

En una entrevista aseguró que que la posibilidad de negociar un Ejecutivo de coalición con Podemos está «cegada» y «se cierra», porque -a su juicio- ha sido Podemos quien la ha cerrado, ya que la oferta que hicieron al partido de Pablo Iglesias era «bastante viable, buena para la gobernabilidad y los intereses de un gobierno progresista», pero se encontraron con el ‘no’.

Insistió en que la negociación requiere «un cambio por parte de todos», incluyendo al PSOE, pero también que otros partidos «asuman su responsabilidad» y «un cambio de comportamiento» de la derecha a las que acusó de actuar igual que hace veinte años. 

¿Nuevas elecciones?

La investidura fallida del 25 de julio supone el comienzo de la cuenta regresiva de dos meses para que Sánchez reciba la confianza del Congreso de los Diputados. El plazo vence el 23 de septiembre.

Si no se alcanza un acuerdo antes, el rey Felipe VI deberá disolver las Cortes Generales y se convocarían nuevas elecciones para el 10 de noviembre.

Mientras tanto, el monarca aplazó hasta septiembre la última ronda de negociaciones con las fuerzas políticas con representación parlamentaria para ganar tiempo.

Aunque Sánchez ha manifestado que busca restablecer el diálogo con los principales partidos para evitar unas nuevas elecciones generales, según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el secretario general del PSOE obtendría 41 % de los votos y reforzaría su posición de liderazgo respecto al resto de los candidatos, si se celebraran estos comicios.

En concreto, este estudio pronostica que en caso de ser llamados a las urnas, el 41,3 % de los votantes españoles votaría al PSOE, un 13,7 por ciento al conservador Partido Popular, un 13,1 a la coalición izquierdista Unidos Podemos y un 12,3 a los liberales de Ciudadanos.

A pesar de que la encuesta del CIS no hace una proyección del reparto de escaños en base al pronóstico de votos, plantea que el escenario dejaría a Pedro Sánchez en una posición más cercana que la actual a tener la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y lograr la investidura.

España ya pasó en 2016 diez meses en un limbo político, cuando dos elecciones con resultados no definitorios dejaron a los políticos peleándose sin poder formar un gobierno, lo que dejó huellas en lo económico y social. Por el momento, no hay garantías de que la nación europea pueda salir del punto muerto.

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