La unidad es con la gente, señalan desde el conglomerado

Frente Amplio: “Nos interesa que nuestra bancada parlamentaria tenga más gente común, apellidos comunes, luchadores sociales de base, menos élite y más pueblo”

Karina Oliva Pérez, politóloga, fue la primera vocera del Frente Amplio y actualmente es presidenta del Partido Poder Ciudadano y candidata a diputada en el distrito 12 de Puente Alto-La Florida

Por Jose Robredo

19/04/2017

Publicado en

Chile / Política

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28 de Marzo del 2017/SANTIAGO
Voceros del Frente Amplio informaron esta ma–ana sobre el proceso de primarias que esta coalici—n pol’tica realizar‡ para definir la candidatura presidencial. En la imagen Sebasti‡n Depolo(d) y Karina Oliva(i) voceros del Frente Amplio
FOTO:FRANCISCO FLORES SEGUEL /AGENCIAUNO

Karina Oliva Pérez, politóloga, fue la primera vocera del Frente Amplio y actualmente es presidenta del Partido Poder Ciudadano y candidata a diputada en el distrito 12 de Puente Alto-La Florida. En su camino para llegar al parlamento, tendrá que derrotar a figuras reconocidas de la Nueva Mayoría, como Camila Vallejos y Osvaldo Andrade. Además deberá sortear, según sus palabras, la falta de conocimiento del Frente Amplio en los sectores populares. Dice sentirse apoyada y preparada para el desafío.

 

¿Cómo evalúan desde Poder Ciudadano el impacto que ha tenido el Frente Amplio en las últimas semanas?

Nos parece importante que el Frente Amplio comience a instalarse como una fuerza política capaz de disputar a la Nueva Mayoría y la Derecha la hegemonía que han tenido los últimos 30 años. Sin embargo, no tenemos que equivocarnos, aún somos una fuerza que está más en los medios de comunicación y en las discusiones de la clase política, que en la retina de la gente. Todavía la ciudadanía  no sabe muy bien que es el Frente Amplio y en muchos lugares, sobre todo en los sectores populares, ni siquiera nos conocen. Cuando tomamos la decisión de construir esta fuerza, lo hicimos conscientes que el aporte que debemos hacer desde Poder Ciudadano es generar condiciones para que el Frente Amplio no sea un proyecto de la élite, cuestión que ha sido una constante en la izquierda tradicional. Entonces, el desafío es que logremos estar en cada comuna de Chile, constituyéndonos con la misma fuerza que lo hacemos en las comunas más conocidas. Y esto lo señalo con mucha responsabilidad, pues lo peor que nos podría pasar es quedarnos contentos porque en los encuentros del Frente Amplio de Ñuñoa, Las Condes, Santiago, Viña del Mar o Concepción tienen una alta convocatoria, mientras en los sectores populares y rurales aún no logramos la masividad necesaria para ganar, o simplemente no existimos. Tenemos que tener la capacidad de mirar a Chile en toda su dimensión, no sólo en los círculos de confort.  Esa es una de las tareas más importantes de este periodo en términos del trabajo territorial, y es una de nuestras prioridades.

 

Entonces ¿cómo pretenden superar la falta de conocimientos y entusiasmar a los sectores que denominas como “populares”?

Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que aún estamos lejos de lograr los objetivos que nos hemos puesto como Frente Amplio. Pero sobre todo tenemos que ser capaces de salir de nuestras formas elitizadas de construir la política, romper con la lógica testimonial, y dejar de hacer política para nosotros mismos, es el momento de hacer la política con la gente y salir a ganar. Si el Frente Amplio hace política para los que ya estamos convencidos, no tendrá ninguna posibilidad de transformarse en una fuerza política capaz de derrotar a la casta. Tal vez quedemos contentos porque levantamos nuestras banderas, porque nos vimos muchas veces durante el año o porque logramos poner una o dos ideas en la mesa de los poderosos. No nos podemos quedar felices con un 6% testimonial, el objetivo es derrotar a los poderosos, queremos superar las lógicas con la que la política se ha construido en los últimos años y levantar una alternativa que sea capaz de derrotar al neoliberalismo, a la casta política y económica que lo sostiene. Si no hacemos eso, entonces al menos para Poder Ciudadano, este proceso de unidad será un fracaso.

 

¿Cómo se puede lograr levantar una alternativa al neoliberalismo con 11 organizaciones si algunas tienen muy poco en común?

Entendiendo que la unidad no es entre las 11 fuerzas que componen la mesa política del Frente Amplio, es más bien con la gente. Ahora es bueno señalar que en el Frente Amplio todos estamos de acuerdo con superar al neoliberalismo, con avanzar de la sociedad del lucro a una sociedad de derechos, con superar la democracia representativa por una democracia comunitaria, con levantar una lista parlamentaria con autonomía de la Nueva Mayoría y la Derecha y, por cierto, de los grandes grupos económicos. Entonces cuando tenemos estos mínimos claros, a pesar de las distintas identidades que representamos y los distintos sectores de los que provenimos, podemos ponernos de acuerdo para trabajar en conjunto por lograr las transformaciones que nuestro país requiere.

 

Uno de los debates que existe al interior del Frente Amplio es si ésta es o no una coalición de izquierda.

Es un debate artificial, que está más fuera que dentro del Frente Amplio. El 21 de enero colectivamente definimos al Frente Amplio como un acuerdo de carácter amplio, diverso y ciudadano, por tanto, hemos avanzado en esa dirección, y es justamente el camino que nos parece correcto. ¿Ahora eso significa que alguna de las organizaciones que se define de izquierda lo deja de ser? No. Así mismo quienes se definen desde una característica distinta, tampoco deben renunciar a ello. Este es precisamente el plus del Frente Amplio, construir un espacio de unidad en donde existen movimientos y partidos que se identifican de izquierdas, progresistas, ecologistas o como nosotres, que vemos este proceso como un cambio en el paradigma, superando el Siglo XX y mirando el Siglo XXI, pasando desde la dicotomía horizontal (Izquierda-Derecha), a la dicotomía vertical (Arriba-Abajo); pero que transitamos por un camino común, el de las transformaciones profundas y radicales que permitan recuperar las instituciones para las y los chilenos y recuperar la soberanía para nuestro pueblo.

 

Ustedes como Poder Ciudadano que pasaron de una dicotomía horizontal a una vertical, han sido reiterativos en señalar que el Frente Amplio no debe ser un espacio de izquierdas.

Así es, hemos sido muy claros en señalar que el Frente Amplio debe convocar a todas y todos quienes nos hemos visto abusados por el modelo económico y político que la Nueva Mayoría y la Derecha han instalado en los últimos 50 años. Ahora respecto de la dicotomía de Izquierda y Derecha, hemos señalado que esa dicotomía logró reflejar de buena manera los conflictos del Siglo XX, donde quienes estaban a la derecha defendían el modelo capitalista y luego el neoliberal con la claridad propia de quienes entienden que existe una clase que explota y otra que debe ser explotada; y quienes estábamos a la Izquierda, defendíamos la superación de este modelo, por uno que fuera capaz de terminar con la explotación  e instalara un nuevo ser humano capaz de construir la sociedad de los derechos sociales, pero que miraba exclusivamente en la relación capital/trabajo. Esta dicotomía Izquierda-Derecha se olvidó del ser humano y de construir comunidad. Hoy los partidos de la Izquierda tradicional en nuestro país, el Partido Socialista y el Partido Comunista, han sucumbido a la hegemonía del modelo económico y político que es el mismo que defiende la Derecha y se han vuelto funcionales a él, eliminando los antagonismos necesarios para la democracia, en palabras de Laclau, “una sociedad en la cual no hubiera adversarios funcionaría como una fórmula matemática.” La Nueva Mayoría y la Derecha votan lo mismo, los financian los mismos, se juntan en los mismos cafés, viven en los mismos barrios, sus hijas e hijos son compañeros de colegio.

Como lo decía Ernesto Laclau, en el Siglo XX uno podía plantear las diferencias en términos de la distinción entre Derecha e Izquierda, pero no estamos frente a realidades estáticas, ya no es sólo la lucha capital/trabajo, también debemos avanzar en igualdad de género y diversidad sexual, reconocer la multiculturalidad y plurinacionalidad sin tener que occidentalizar, avanzar hacia un modelo productivo ecosistémico, es decir, dar sentido a la transversalidad social que existe, esto no es menor, es democratizar radicalmente. Por lo tanto, si para explicar la dicotomía del Siglo XXI usamos las distinciones del Siglo XX, partiríamos de la base que ya no existe posibilidad de un proyecto contra-hegemónico y que la democracia tocó techo. Estamos convencidos que en la sociedad existe un antagonismo claro, están quienes tienen el poder económico y el poder de aprobar las leyes que benefician a unos pocos, y estamos quienes sufrimos los abusos de esta minoría. Por eso, la democracia requiere la oposición entre adversarios. Esa confrontación tiene que estar sometida a las reglas de la democracia. El mismo Laclau ponía un ejemplo muy didáctico para explicar esto, ejemplo que le sirvió a Iñigo Errejón para situar comunicacionalmente la campaña de Podemos en su primera etapa. Laclau decía que la disputa política es como jugar al ajedrez: “hay un sistema de reglas y hay dos adversarios, pero no se puede jugar si hay un solo jugador, o si hay dos, pero uno de ellos patea el tablero.»

 

En esa misma dirección, declaraste en la revista Qué Pasa, que el Marxismo está obsoleto, eso ha generado distintas reacciones dentro del Frente Amplio.

Sí, parece que a algunos les dolió (risas). Primero es importante señalar que lo de la Revista Qué Pasa fue un perfil, no una entrevista y tal vez no fui lo suficientemente clara. Lo que señalé es algo que hemos planteado desde hace mucho tiempo, y que es una discusión de las ciencias sociales hace mucho rato, respecto de cuál es el rol del Marxismo en el Siglo XXI. Yo tengo una opinión fundada en las reflexiones y análisis que se vienen discutiendo en el ámbito de la sociología y la ciencia política, entre autores como Chantal Mouffe, Ernesto Laclau, Emir Sader, García Linera, entre otros, que han intentado generar condiciones para un debate, debate que ha sido permanentemente rechazado por los fariseos del marxismo, que lo defienden desde el dogma más que desde la esencia dialéctica del marxismo para darle viabilidad en el Siglo XXI. Entonces desde esa particularidad es que hice mis comentarios, mi crítica apunta al marxismo dogmático y como una Izquierda elitizada, que construye su pensamiento desde los cafés del barrio Ñuñoa o de sus discusiones en las universidades de élite, pretenden construir un proyecto emancipador, que no contempla la transversalidad y las diversas realidades del Chile del Siglo XXI. Tenemos que recordar que en Marx la verdad existe, pero existe en la historia real, concreta, en la terrenalidad y se construye dialécticamente, es decir la verdad para Marx es un proceso histórico, material y dialéctico, muy lejos de lo que quienes me han criticado, por mis declaraciones, logran entender. Sigo sosteniendo, por tanto, que si el marxismo es un dogma, está obsoleto para explicar los desafíos del Siglo XXI; pero si tomamos como referencia el trabajo de Marx, como análisis científico de la sociedad y una construcción dialéctica de nuestra propia realidad y contexto, nos aportará para situar desde donde construimos el proyecto plurinacional, feminista, democrático y popular que nuestro partido aportará al Frente Amplio. Lo que me parece anecdótico es este “marxismo de chalet” que viene precisamente de lo que algunos llaman “whiskierda”.

 

¿Entonces cómo podría definirse el partido Poder Ciudadano?

Nosostres somos un proyecto político democrático y popular, que busca superar el neoliberalismo desde una perspectiva ecologista y feminista. Nadie puede negar que muchos de quienes hemos construido este proyecto venimos del mundo de las izquierdas, pero hemos sido capaces de darnos cuenta que no es sólo una dicotomía -izquierda/derecha- la que está en juego, hay múltiples luchas democráticas que se deben alcanzar para el país, no para un sector, nosotros pensamos en Chile. Podría ocupar una frase de Iñigo Errejón para graficar nuestra propuesta: «Hay quienes quieren aumentar la izquierda y otros queremos construir pueblo.» Nosotros queremos construir un proyecto transversal, popular y transformador, sin renunciar a nuestras convicciones y demandas. ¿Dónde nos situamos?, entre quienes estamos abajo, quienes estamos por una asamblea constituyente, por el término de las AFP, de las Isapres, quienes hemos luchado por recuperar el agua y nuestros recursos naturales, quienes queremos renacionalizar el cobre, quienes entendemos la educación como un derecho, quienes no queremos que ser mujer implique un factor de riesgo en sí mismo, o que nos discriminen por nuestra orientación sexual, por reconocer a Chile como un Estado Plurinacional y multicultural.

Nadie puede negar que estamos donde tenemos que estar, y tenemos el convencimiento que es el momento que la gente tenga el poder, no los partidos y sus cúpulas; la gente es la que tiene que definir desde sus territorios cuál es el proyecto para el Chile del Siglo XXI, creemos en una democracia radical, comunitaria y regionalista.

 

Has dicho que el Frente Amplio puede ganarle a la Derecha y a la Nueva Mayoría. Es bastante ambicioso siendo que el Frente Amplio tiene menos de seis meses desde su lanzamiento.

Estamos convencidos que podemos ganarle a la Derecha. Es más, somos los únicos capaces de ganarle a la Derecha. La Nueva Mayoría está en una situación de imposibilidad de garantizarle gobernabilidad a la gente, no puede ofrecerle autonomía de los grandes empresarios porque son ellos quienes financian sus campañas políticas. Si Guiller gana lo hará para gobernar con los Walker, los Escalona y los Girardi, por más desmarcado de la clase política que quiera situarse. Por tanto, quienes le votaron y creyeron a la Nueva Mayoría, pero hoy se dan cuenta que fueron traicionados, lo harán por nosotras y nosotros. Entonces, el desafío es cómo en los sectores populares y ciudadanos que tienen malestar con el sistema y le votaron a la Derecha o simplemente no votaron, reconocen que somos una alternativa de gobierno que mejore sus vidas, que ha sido la incapacidad de la Derecha y la Nueva Mayoría. Si logramos eso, vamos a ganar en primera y en segunda vuelta, y esto no es ambicioso, ambicioso es pretender ser presidente para enriquecerte sacando provecho a litigios internacionales, como Sebastián Piñera en el caso de Exalmar.

 

¿Y cuál es el desafío en lo parlamentario para ustedes?

Que exista un parlamento ciudadano y popular, que la correlación de fuerza esté del lado de las transformaciones y la democracia y, que junto al movimiento social, podamos tener la suficiente fuerza para convocar a una Asamblea Constituyente. Nos interesa que la bancada del Frente Amplio tenga más gente común, apellidos comunes, luchadores sociales de base, menos élite y más pueblo.

 

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