¿Frente Amplio o estrecho?

    El llamado Frente Amplio (FA), made in Chile, en vez de abrir sus brazos para avanzar uniendo a las izquierdas, parece estar convirtiéndose en una secta donde solo los “inmaculados”, tienen cabida

Por Director

20/01/2017

Publicado en

Chile / Editorial / Política / Portada

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El llamado Frente Amplio (FA), made in Chile, en vez de abrir sus brazos para avanzar uniendo a las izquierdas, parece estar convirtiéndose en una secta donde solo los “inmaculados”, tienen cabida.

A Marco Enríquez-Ominami y el PRO se le condicionó con que baje su anhelo por conquistar la presidencia para ser bienvenido, lo mismo se hizo con PAIS y su hombre, Alejandro Navarro.

El FA ha señalado que no quieren tener nada que ver con las prácticas políticas del pasado, pero están reiterando la exclusión a solo meses de su conformación y eso es preocupante, pues si lo que se busca es hacer converger a la izquierdas del país y sus actores políticos, se debe actuar con un sentido más fraterno.

Todos tienen tejado de vidrio, incluso Giorgio Jackson, pues él para acceder a su cupo parlamentario, finalmente pactó con la Nueva Mayoría y fue blindado.

El autonomismo con Sharp en el Municipio de Valparaíso, también lo hizo y hoy la repartija de cargos al interior del edificio del edil, también está condicionada por los sectores que le dieron su apoyo tras la primaria.

Y es que cuando se quiere sumar en política, lo importante es que los diferentes actores interesados en influir, más allá de sus diferencias, sus orígenes familiares o sus antiguas militancias, tengan un serio compromiso con el programa y el proceso de cambio social al cual se están sumando.

Creemos que la forma en que tanto Enríquez- Ominami y Navarro negociaron su entrada al Frente Amplio, tal vez no fue la mejor, quizá primero debiesen haber llegado a aportar con su experiencia política y redes, para fortalecer al Frente y el tema de ser opción presidencial salir a flote a posterior como parte natural del proceso.

La idea de una primaria ciudadana amplia, más allá del duopolio Nueva Mayoría – Derecha, ha sido recomendada por El Ciudadano en numerosas ocasiones, pero el propósito puede ser fallido si se empieza a ver al “enemigo”, en la misma trinchera.

Superar la fragmentada izquierda chilena, requiere un compromiso mayor con la democracia. Este Frente Amplio no puede caer en pactar candidatos a parlamentarios, sin proceso de primaria, lo mismo para la opción presidencial. Y si entre sus filas actuales sus buenos elementos con posibilidades de alcanzar una buena votación para alcanzar el sillón presidencial, no tienen aún la edad suficiente, producto de la Constitución actual, deben dar espacio a personas que comparten sus ideales y sí están en posición de dar la pelea.

Es prudente recordar los años 30 en Chile, cuando nuestra sociedad se encontraba ideológicamente muy polarizada y solo el ejercicio político con altura de miras, logró a través de la creación del Frente Popular, sacar del poder a los guardianes de la oligarquía y que Pedro Aguirre Cerda llegue a cambiarle la cara a nuestro país.

Para ello se unieron Comunistas, Socialistas y Radicales (centro político del momento) y se sumaron al propósito la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) Centrales de Trabajadores, entre otros actores políticos y sociales.

 

Vale la pena mirar la historia, pues para qué nos vamos a poner a inventar la rueda, cuándo hay procesos de unidad partidista, que dieron grandes y heroicos resultados.

Es valorable el intento de hermandad que Boric, Jackson y otros importantes actores quieren llevar adelante, pero ellos junto con soñar, deben tener criterio realidad, y más que ello,   saber sumar a todo@s aquell@s que no quieren más a este modelo neoliberal que tanto daño a causado a nuestro medioambiente y sociedad.

 

 

 

 

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