Giorgio Jackson tras las elecciones: “Sin estrategia e infraestructura mediática no hay posibilidad de disputar la narrativa del día a día”

En un extenso documento en el que analizó la gestión del presidente Boric, el exministro describió cómo "los enormes esfuerzos de la vocería de gobierno se vieron a ratos completamente impotentes dentro del ecosistema mediático, amplificado por redes sociales que funcionan como cámaras de eco".

Giorgio Jackson tras las elecciones: “Sin estrategia e infraestructura mediática no hay posibilidad de disputar la narrativa del día a día”

Autor: Leonardo Buitrago

En un documento titulado «El fin de un ciclo, ¿qué esperar ahora? Algunas pistas para procesar las elecciones de Chile», Giorgio Jackson Drago, exministro de la Segpres y Desarrollo Social, planteó con un tono marcadamente autocrítico, las razones políticas y culturales que —a su juicio— explican el triunfo del republicano José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial, con 58% de los votos.

En su reflexión, el fundador del Frente Amplio se refirió a diversos errores en la gestión del presidente Gabriel Boric que afectaron el devenir del Gobierno progresista.

¿Cómo se entiende este resultado a la luz de lo ocurrido en Chile en los últimos años?, preguntó Jackson en la introducción del documento de 18 páginas, señalando que la interpretación de las elecciones del pasado 14 de diciembre irá madurando con el tiempo y «quizás todos deberíamos hacer el ejercicio de tomar distancia un minuto e intentar ver la película un poco más amplia».

Indicó que se confirma —por quinta vez— la alternancia en el poder ejecutivo, que es una constante desde las elecciones de 2009 en Chile y señaló que «parece ser que en los tiempos que corren son las oposiciones las que conectan mejor con el sentir ciudadano».

No obstante, expuso la alternancia no puede la única explicación, a que Kast llegue a La Moneda, siendo el primer candidato pinochetista en hacerlo luego del retorno de la democracia, «como si el
resultado fuera un fenómeno predeterminado».

Recordó que la carta de Unidad por Chile, Jeannette Jara en su discurso llamó a hacer una reflexión honesta y profunda sobre los factores que condujeron a este resultado y destacó que en su artículo busca «aportar con un análisis del proceso electoral a través de los lentes del ciclo de movilizaciones de las últimas dos décadas y de cómo, según argumento, ese ciclo ha llegado a su fin, y la incorporación de cinco millones de nuevos votantes cambia el juego que se ha estado jugando durante todo este ciclo».

En el texto Jackson recurre tanto a Jara (ex ministra del Trabajo y previsión Social) como al técnico Marcelo Bielsa para argumentar su diagnóstico: “hay una necesaria autocrítica que hacer”, porque “el éxito es deformante, relaja, engaña”, mientras que el fracaso “nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”.

Falta de estrategia e infraestructura mediática para disputar la narrativa del día a día

Entre los múltiples factores a tomar en cuenta, el exdiputado identificó un déficit comunicacional por parte del actual gobierno: “Sin una base política de alta capilaridad en adherentes y militancia, y sin una estrategia e infraestructura mediática no hay ninguna posibilidad de disputar la narrativa del día a día”, planteó.

La frase, contenida en el capítulo 5 dedicado al gobierno del presidente Gabriel Boric y la autocrítica, sintetiza una de las lecciones más duras para la coalición oficialista.

Al respecto, Jackson describe cómo «los enormes esfuerzos de la vocería de gobierno se vieron a ratos completamente impotentes dentro del ecosistema mediático, amplificado por redes sociales que funcionan como cámaras de eco».

Este desfase, agravado por una serie de errores propios, habría impedido contrarrestar narrativas adversas y conectar con el electorado.

Autocrítica: errores “evitables” y dos “bombazos” en el gobierno de Boric

El su análisis personal y político de la administración de Boric, el exministro logros importantes como el alza de pensiones y el salario mínimo, la reducción de la jornada laboral, el royalty minero y el copago cero en salud. Sin embargo, reconoce “errores evitables que perjudicaron la gestión e imagen del Gobierno”.

Entre ellos, menciona las “erráticas señales iniciales” en la coalición, su propio rol en la Segpres como “barrera para la consolidación de confianzas” –agravado por sus declaraciones sobre la “escala de valores y principios”–, la “frustrada y errática incursión en Temucuicui”, el “desprolijo proceso de indultoss presidenciales a presos durante el estallido social” , «el error de cálculo en el rechazo de la reforma tributaria».

Asimismo, mencionó «la fallida y evitable compra de las casas de los ex presidentes Aylwin y Allende que terminó con la renuncia de la ministra (Maya) Fernández y la cesación del cargo de la Senadora Isabel Allende; o la aplicación de una metodología errada que ampliaba —aunque en el margen— el alza de precios de la luz, que terminó con la renuncia del ministro (Diego) Pardow».

Indicó que aunque cada uno de estos episodios «tienen matices y explicaciones», sin embargo dejan en evidencia «errores en distintos niveles de la administración, que se tradujeron en costos políticos y coyunturas adversas».

«Seguramente, esta lista de errores no forzados podría continuar. Abarca desde nombramientos cuestionados hasta actuaciones de representantes del Gobierno, las cuales comenzaron a crear una sensación de frivolidad en torno al uso de los cargos. A esto se suma el permanente cuestionamiento a los sueldos asociados a los puestos de gobierno. En materia de remuneraciones, sin lugar a dudas se pudo avanzar más de lo establecido en los instructivos relativos a contrataciones y límites de sueldos para asesores de marzo de 2022» subrayó.

Para el exsecretario de Estado también existieron gestiones difíciles de explicar y que permitieron construir una imagen de contradicción o abandono con respecto al mandato recibido y señaló que En esta categoría podrían incluirse: el acuerdo entre CODELCO y SQM en el contexto de una Estrategia Nacional del Litio, la negativa a autorizar un quinto retiro de fondos de pensiones; la legislación derivada del fallo de la Corte Suprema sobre los cobros injustificados de las Isapres, que evitó la insolvencia de la industria y el acuerdo final sobre pensiones, que no puso fin al sistema de AFP. A los que suman las «referencias del presidente Boric respecto a Sebastián Piñera tras su fallecimiento» y la «aplicación de Estados de Excepción Constitucional en la zona Macro Sur y en la frontera norte».

«Si bien no queda claro en qué medida estas acciones se tradujeron en una pérdida concreta de votantes, sí alimentaron una percepción de inconsistencia o travestismo político», sostuvo.

Sin embargo destaca dos episodios: el Caso Convenios y el Caso Monsalve, los cuales calificó como «bombazos», señalando “pegaron directamente en la línea de flotación del Gobierno”.

Sobre el escándalo de junio de 2023 donde una fundación ligada a militantes de Revolución Democrática obtuvo un convenio por 426 millones de pesos, Jackson relató que “las esquirlas del caso fueron dirigidas por la oposición hacia mí, en tanto fundador del partido y Ministro de gobierno… la presión opositora hizo ver que no se sentaría con el Gobierno si yo continuaba en mi cargo, por lo que presenté mi renuncia indeclinable”.

Aunque afirmó que “todas las acusaciones realizadas en mi contra eran absolutamente falsas”, admitió que el caso marcó la gestión posterior.

Con relación a la denuncia por abuso sexual contra el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, Giorgio Jackson planteó que fue manejada de manera “errática” y con “filtraciones de información por goteo”, lo cual generó un “fuerte cuestionamiento al actuar de la Ministra Tohá y del Presidente Boric” y, de rebote, a las ministras feministas del gabinete.

Expectativas y predicciones fatalistas del gobierno de Boric

Para finalizar el capítulo 5, Jackson planteó dos interrogantes en torno a la gestión del presidente Gabriel Boric. En primer lugar preguntó: ¿Se frustraron expectativas?, a lo que él mismo respondió: «Sin duda, las promesas de cambio y transformación eran significativamente mayores, pero también es cierto que las prioridades de la propia ciudadanía fueron cambiando durante estos 4 años».

En segundo término cuestionó si habían frustraron las predicciones fatalistas respecto al actual gobierno y la respuesta que dio fue «absolutamente».

«Quienes predijeron que este gobierno sería caótico y con pésimos resultados económicos o sociales, se ven complicados en argumentar (fuera de un contexto de campaña electoral o de la casuística) que algo de aquello haya ocurrido. Incluso con minoría parlamentaria, este será el primer o segundo gobierno que más leyes habrá promulgado desde la vuelta a la democracia», señaló.

Un ciclo que se cierra: del estallido a la derrota

En el extenso documento, Jackson también se refirió al “fin de un ciclo” iniciado con la “revolución pingüina” de 2006, pasando por las movilizaciones estudiantiles de 2011, el estallido social de 2019 y el posterior proceso constitucional. Señaló que, si bien este ciclo logró instalar demandas de derechos sociales y libertades individuales, su traducción institucional –especialmente en la fallida Convención Constitucional– fue deficiente.

Sobre el proceso constitucional de 2022, Jackson señaló que «el resultado fue lo que se ha descrito como un fallo en la traducción de las demandas ciudadanas a lo institucional” y criticó tanto los errores internos –“expresiones identitarias, performances públicas, ímpetu de revancha”– como la efectiva campaña del Rechazo, que “desde un texto con falencias, armó clivajes simples —y en varias ocasiones, falsos— desde un amable ‘Rechazar para reformar’ hasta los frontalmente falsos ‘tu casa ya no será tuya’ o ‘perderás tus ahorros para la pensión'».

Destacó además un factor clave: la incorporación del voto obligatorio, que llevó a votar por primera vez a unos 5 millones de compatriotas, “de los cuales se estima que 4 millones optaron por el rechazo”.

El nuevo tablero: voto obligatorio y la “ola conservadora”

Jackson dedica los capítulos finales a analizar el nuevo escenario. Describe el fenómeno internacional de la ultraderecha, que “convirtió el miedo —a la migración, al delito, al deterioro económico, al cambio cultural— en su principal capital político”. Sin embargo, a su juicio la clave explicativa de la elección chilena no está solo en ese clivaje, sino en un cambio estructural: “la introducción del voto obligatorio”.

Citando datos de encuestas señaló que “en el votante habitual hay un empate técnico, pero de cada cinco votantes obligados, tres votarían Kast, uno por Jara y uno nulo o blanco”.

Este análisis lo lleva a una conclusión crucial: “el ‘fin del ciclo’… no estaría dado tan sólo por el desempeño de dos equipos que estaban jugando un partido de fútbol, sino principalmente por el cambio en las reglas para que entre a la cancha un conjunto de nuevos jugadores de otro deporte”.

“Siguiendo la analogía futbolera, no es que los nuevos jugadores se hayan anotado en el equipo del ‘rechazo’, sino que se cambiaron las reglas para que mute a otro deporte”, describió.

Tareas para el progresismo

Frente a este nuevo ciclo, Giorgio Jackson extendió un llamado la humildad y a escuchar, advirtiendo sobre la necesidad de “resistir la tentación de las pasadas de cuenta dentro de la coalición”.

Además, plantó el desafío de construir una oposición “firme, responsable y propositiva”. Finalmente, apela a la esperanza y sugiere que la reflexión post-derrota debe ser más “parecida a una fonda que a un simposio”.

A continuación, puedes acceder al documento completo: «El fin de un ciclo, ¿qué esperar ahora? Algunas pistas para procesar las elecciones de Chile»:


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