Marco Enríquez-Ominami propone terminar con la UF si es electo presidente de Chile

Santiago, Chile – En una declaración que sacude los fundamentos del modelo económico chileno, Marco Enríquez-Ominami ha presentado una propuesta contundente: eliminar progresivamente la Unidad de Fomento (UF) como mecanismo de reajuste en la economía nacional. El economista y político acusa que este instrumento, creado hace más de medio siglo, se ha desnaturalizado y hoy opera como un “mecanismo que protege al capital, pero desprotege el salario”.

Una UF que ya no cumple su propósito original

Creada en 1967 para resguardar los ahorros frente a la inflación, la UF fue concebida como una herramienta de estabilidad financiera. Sin embargo, con el paso de los años —y particularmente durante la dictadura— su uso se expandió a múltiples ámbitos: créditos, arriendos, salud, educación, seguros y hasta pensiones.

“Las personas ganan en pesos, pero deben pagar en UF”, señala Enríquez-Ominami, destacando que esta disociación entre ingreso y gasto ha producido una pérdida sistemática del poder adquisitivo para millones de familias chilenas a quienes invita a terminar con la UF firmando aquí por él.

Dos monedas, dos países

Para el líder del movimiento progresista, la UF ha derivado en la existencia de una economía dual. “Actúa como una moneda paralela, utilizada por el capital financiero y por quienes tienen poder contractual”, afirmó. Esta situación —asegura— ha profundizado la desigualdad, consolidando una economía que funciona con estándares distintos para ricos y trabajadores.

Chile es, prácticamente, el único país del mundo donde se usa una unidad indexada como la UF de forma tan extendida, subraya el excandidato.

Impacto directo en la vida de las personas

Los efectos cotidianos del uso de la UF son palpables: las cuotas de créditos, los arriendos y los planes de salud se encarecen mes a mes. Mientras tanto, los salarios suelen reajustarse, en el mejor de los casos, una vez al año.

Un ejemplo concreto citado por Enríquez-Ominami ilustra esta carga: una familia que paga 12 UF en dividendo y 4 UF en salud ha visto aumentar sus costos mensuales en aproximadamente $15.000 en apenas seis meses.

Una propuesta con visión progresista

La propuesta del exparlamentario contempla una estrategia de eliminación gradual, pero decidida, de la UF. El plan incluye tres pilares:

A. Medidas legislativas inmediatas

• Otorgar urgencia al proyecto de ley que prohíbe el uso de la UF en salud, educación, arriendos y dividendos (impulsado por los diputados Daniella Cicardini y Daniel Manouchehri).
• Establecer que todos los nuevos contratos en estos ámbitos se firmen en pesos, con reajuste anual por IPC.

B. Medidas estructurales

• Transición regulada para eliminar la UF en préstamos, contratos privados y bienes raíces.
• Adecuar el marco normativo para que el peso chileno sea la única unidad de cuenta.

C. Protección al ingreso

• Imponer por ley la reajustabilidad anual de todos los contratos laborales según IPC.
• Diseñar una política fiscal orientada a fortalecer el poder adquisitivo de los hogares, no solo el capital financiero.

Una decisión económica y política

Enríquez-Ominami argumenta que la UF, en su uso actual, representa un subsidio encubierto a la banca y los grandes capitales. Asegura que con una inflación promedio bajo el 5% en los últimos 25 años, no se justifica mantener una herramienta tan regresiva, y ha invitado a quienes quieran terminar con la UF en Chile a apoyar su inscripción aquí.

“La UF protege al capital. Nosotros queremos proteger a los trabajadores”, sentenció. “Es hora de terminar con este doble estándar económico que encarece la vida de millones, y avanzar hacia una economía con una sola moneda, justa, transparente y solidaria.”

El Ciudadano