Nueva presidencia

Perú: «Kuczynski tendrá que formar alianzas y generar marcos para garantizar la gobernabilidad»

¿Cuáles serán los cambios políticos y económicos que la nueva presidencia conllevará para el país incaico? ¿Qué rol tendrá que adoptar la oposición en un Congreso de mayoría fujimorista?

Sólo 41.000 votos dieron este jueves la victoria al candidato de Peruanos Por el Kambio, Pedro Pablo Kuczynski, frente a su rival del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori.

El economista de 77 años, quien trabajó para Wall Street, hizo carrera también en la sede del Banco Mundial y en su país fue gobernador del banco central y primer ministro, además de ocupar las carteras de Economía y Financias y Energía y Minería.

Sobre los cambios que su presidencia puede comportar para el país, El Ciudadano conversó la académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y experta en Relaciones Internacionales de América Latina y Relaciones Vecinales, Paz Milet.

Paz-Milet

¿Cuál es el escenario que se abre tras esta disputada contienda electoral?

El escenario que se presenta dirige hacia la formación de consenso, hacia tender puentes. Pedro Pablo Kuczynski ganó por un margen muy mínimo y además ganó sin tener una mayoría en el Congreso, que está en manos de la que ha sido su rival, Keiko Fujimori. Por eso va a tener que formar alianzas y generar marcos para garantizar la gobernabilidad y la aplicación de las medidas que quiere llevar a cabo.

PPK plantea un programa de gobierno con medidas marcadamente neoliberales y enfocadas al mercado y la productividad. ¿Qué puede suponer este enfoque para la nueva legislatura?

Perú ha tenido un período de crecimiento sostenido pero ahora está evidenciando estancamiento con la recesión de Ollanta Humala de los últimos tiempos. Él quiere revitalizar, diversificar la producción porque hay una concentración de los bienes primarios pero, más allá del tema económico -que es muy similar a lo que quería desarrollar Keiko Fujimori-, también toman importancia los temas de seguridad interna, que es una de las principales preocupaciones, y la dinamización de la producción a nivel regional, que es un tema importante para Perú porque la regionalización pone en cuestión la efectividad que se ha desarrollado hasta el momento.

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¿Cuál será el rol de Verónika Mendoza, la candidata de izquierda, y el resto de partidos que quedaron en la primera vuelta?

La candidata de izquierda Verónika Mendoza ha planteado que va a hacer oposición, pero ha dicho oposición constructiva, pensando en el futuro del Perú, en la necesidad de tender puentes y para garantizar una gobernabilidad de un gobierno que venció por un estrecho margen y que además tiene una minoría en el Congreso. Pero también han dicho que fundamentalmente son oposición y que el Gobierno tendrá que negociar con ellas.

¿Podría tener un papel más protagónico a la hora de reforzar la gobernabilidad del Ejecutivo para lidiar con la mayoría fujimorista del Congreso?

Todo depende de las concesiones que esté dispuesto a hacer PPK porque Verónika Mendoza tiene el énfasis de renegociar. Ella es representante de Cuzco y tiene una agenda propia que de alguna manera la quiere sacar adelante. El apoyo que le brinde al Gobierno va a depender de las concesiones que haga PKK.

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¿Podría establecerse un paralelismo con lo que podría venir a Chile en las próximas elecciones presidenciales de 2018 si es que la Nueva Mayoría no es capaz de buscar un liderazgo que pueda pasar por delante al que probablemente será el candidato de la derecha, Sebastián Piñera?

Si uno compara los diferentes gobiernos desde 1990 hasta hoy en Chile, en el ámbito de la política comercial y de la agenda económica, no ha habido mayores diferencias. Sí que este Gobierno de Bachelet ha puesto énfasis en el desarrollo de ciertas reformas estructurales, pero hay un concepto de modelo que está adscrito a los distintos gobiernos.

En Perú ocurrió lo mismo. Ollanta Humala desarrolló un modelo neoliberal. El PPK  que viene del mundo empresarial y no tiene la carga de una herencia histórica con la que venía Ollanta Humala, no tiene que contrabalancear, como lo hizo Ollanta, entre un sector nacionalista más duro que quería esta herencia y un sector más renovado. Pero ambos países optaron por un modelo bien neoliberal.

Meritxell Freixas

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