Parlamentario habla de la querella interpuesta por la Presidenta contra revista Qué Pasa

Senador (PR) Alejandro Guillier: “La rectificación del medio fue tibia”

Respecto a la acción judicial, Guillier advierte una complicación. “Si ella se querella como persona puede ser razonable, pero es Presidenta de Chile, entonces (resulta) imposible no considerar que designa jueces, que designa fiscales, y que tiene una influencia muy grande, entonces se desnivela (…) litigar contra el Presidente de la República desnivela la cancha”, sostiene.

Por Patricio Araya

02/06/2016

Publicado en

Chile / Política / Portada

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IMG-20160406-WA0006Junto con reconocer que, como todo ciudadano, la Presidenta de la República tiene el derecho a querellarse si estima que ha sido perjudicada por una versión de prensa, el senador Alejandro Guillier calificó de “ambiguo” el hecho de que haya sido el ministro secretario general de Gobierno, Marcelo Díaz, quien haya anunciado la presentación del libelo contra la revista perteneciente al holding Copesa –controlado por el empresario Álvaro Saieh–, considerando que la propia Mandataria argumentó desde París, donde asiste a una reunión de la Ocde, que emprendía la acción a título personal.

“Eso hace ambigua la forma cómo la Presidenta está presentando el caso. Si fuese personal, no tendría que haberlo hecho a través de un ministro de Estado”. No obstante, el senador aclaró que “es muy difícil separar el cargo de la persona que inicia la acción legal”.

En la ocasión, le ex presidente del Colegio de Periodistas reivindicó la importancia de los tribunales de ética de los colegios profesionales. “Creo que los temas de la ética en el ejercicio del periodismo deben ventilarse en los tribunales de ética del Colegio de Periodistas. El gran déficit que el país está viendo es que los colegios profesionales perdieron la tuición de la ética, y el problema principal en Chile hoy tiene que ver con eso, más que con aspectos jurídicos”.

De paso, el hoy senador por Antofagasta le recomendó a la Presidenta que reponga el proyecto de ley que le devuelve la tuición de la ética a los colegios profesionales. “(Ella) hoy día habría tenido un tribunal que incluso emitiría una sanción mucho más dolorosa para un periodista, o para un medio de comunicación, porque la ética es la base de la credibilidad, su capital; lo otro (la querella), puede terminar incluso victimizándolo”, precisó.

En entrevista exclusiva con El Ciudadano, el senador Alejandro Guillier se refirió a la presentación de la querella interpuesta por el abogado Juan Pablo Hermosilla, en representación de la Presidenta Michelle Bachelet contra la revista Qué Pasa. En la oportunidad, el ex lector de noticias abordó la responsabilidad profesional de los periodistas y de los medios de comunicación.

Senador, de acuerdo a su experiencia profesional, ¿cómo se entiende que un equipo de prensa corra con colores propios y ponga en circulación la transcripción de una escucha telefónica en la que se menciona a la primera autoridad del país, saltándose todos los sistemas de verificación?

Todo lo que se publica en un medio de comunicación pasa por un editor, y en algunos casos, cuando son noticias de alta connotación, (pasa) por el director del medio; ningún periodista se maneja solo. En primer lugar, en este caso en particular, lo que llama la atención no es que se publicara lo que es un trascendido, sin poner contexto, y segundo, editando la nota, porque se corta y se deja solo lo referido a la Presidenta, en circunstancias que muchas otras personas eran mencionadas, entonces, más allá de la intención del emisor del mensaje, la información termina generando un contexto que puede ser distorsionador. Por eso me parece que aquí sí cabe una reflexión ética sobre la manera cómo se hizo, sobre todo por la intervención del audio.

Una vez que se conoció la transcripción publicada por la revista la Presidenta Bachelet habló de “canallada” y “montaje”, en este sentido, ¿cuál es la responsabilidad que le cabe al dueño del medio, el señor Álvaro Saieh?

Más que al dueño, le corresponde al director responsable, al editor y al periodista, o sea, a las personas, más que a la empresa, o al capitalista, o al dueño, al accionista.

Aquí no estamos hablando de la presidenta de una junta de vecinos, sino de la Presidenta de la República, y por tanto, ¿esta información no debiera haber sido chuequeada al más alto nivel, a altísimo nivel?

Yo creo que se hizo al altísimo nivel y se tomó una decisión editorial de ese medio de comunicación, no creo que eso lo haya resuelto el periodista que elaboró la nota, eso pasó al menos por el editor y el director del medio.

¿El chequeo puede haber seguido más arriba, donde se le dio luz verde?

Eso no lo sé, no tengo la información si el director tiene más autonomía o no. Cuando yo era director de prensa nunca hablaba con los dueños del medio los aspectos de contenido, sino que me reservaba el derecho a dirigir el departamento porque entendía que tenía la confianza de los propietarios, de lo contrario, no podría estar en el cargo. El director tiene que mantener independencia de los dueños, como pasa en la mayoría de los países, donde incluso eso está regulado: el dueño no puede meterse en la sección editorial.

De acuerdo a su experiencia profesional y gremial, ¿en este caso no debiesen haber rodado cabezas en Qué Pasa?

Bueno, la reacción de Qué Pasa, al retirar la información, ya es una señal, pero muy débil para la magnitud del impacto causado; por lo tanto, yo entiendo la molestia y la indignación de la Presidenta, incluso, sus declaraciones condenatorias. Hasta ahí creo que eso va bien, pero cuando ella decide reaccionar, pienso que habría sido más adecuado, porque ella está ejerciendo un derecho al recurrir a los tribunales, haber recurrido al Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas. Para eso está. Lo que pasa es que hoy no tiene la validación que tuvo en el pasado, cuando tenía un carácter obligatorio, obligando a los periodistas a ceñirse a ciertos comportamientos y cánones de verificación de una información, de contextualización del mensaje que se entrega. Es verdad que hoy día disparamos sin tener mucha confirmación de la veracidad, y después cuando se corrige hay un daño objetivo, injusto, causado.

¿Qué debiese haber hecho la Presidenta?

Si la Presidenta sintió que se la había dañado, a mi juicio, lo que primero debió haber hecho es reclamar a Qué Pasa para que hiciera la rectificación completa, porque, además, como sostiene la Ley de Prensa, el medio está obligado a rectificar utilizando la misma extensión y forma destacada; de no producirse la rectificación, el afectado recurre a la instancia superior, que es el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas, y de no obtener respuesta, el afectado puede ir a los tribunales, pero saltar muy rápido, directo a los tribunales es inevitable cuando uno es Presidente de la República que se presente una situación de desnivel ante el tribunal.

Complicado…

Desde el punto de vista estrictamente comunicacional, creo que esto se le puede volver en contra (a la Presidenta). Estábamos todos al conteste de que la nota había sido un tanto precipitada y no verificada; en la opinión pública ya teníamos un reproche ético, pero, ahora, al llevarlo al tribunal, la gente dice ‘cuidado que esto puede terminar teniendo consecuencias mucho más graves que el hecho original’, porque puede sentar un precedente para que se lo apliquen después a cualquier medio de comunicación por cualquier cosa que le moleste. Por mucho que en Chile se hable de la letra de la ley, en el derecho siempre hay un criterio interpretativo que se impone. Ha habido períodos en nuestro país en los que con la misma ley se han aplicado criterios muy restrictivos de la liberta de expresión, y en otros, muy abiertos; entonces se genera un antecedente que puede ser muy complejo.

Así como la Presidenta ha hablado de “montaje” y “canallada”, por estos días también se ha escuchado la palabra ‘sedición’; en este sentido, la publicación de Qué Pasa es como haberle lanzado una piedra al parabrisas a la Presidenta, y luego haberle pedido disculpas… el daño ya estaba hecho.

En ese caso tendría que haberle entregado un parabrisas nuevo, por eso es que la rectificación del medio fue tibia, y eso lo puso en una situación donde cabía hacer la reclamación, porque al margen de su dolo o no, lo cierto es que hay un daño objetivo y una rectificación incompleta.

Pero, ¿hay sedición del medio?

Lo que pasa es que yo no tengo los antecedentes para contestar porque estaría afirmando que ellos cometieron un delito intencionadamente, y no tengo evidencia para hacer esa afirmación, lo que sí puedo decir es que me pareció una información sacada de contexto, sobredimensionada, sin verificar el contexto en lo que se está diciendo y la validez de lo mismo. El periodismo tiene que ser acucioso en esos aspectos. Se puede informar que esa declaración (la filtración de la conversación de Juan Díaz) está, pero poniendo la legítima duda razonable hasta tener la evidencia del caso, pero ahí se da como por hecho, además, está editado, o sea, se sacaron cosas en el audio, y por tanto, hace confuso formarse una opinión por parte del que escucha.

¿Falta de rigor periodístico?

Lo que correspondía era que la misma revista Qué Pasa hiciera una rectificación más amplia para reparar el daño que estaba causando.

 

La versión de Qué Pasa

En entrevista con CNN Chile, el  gerente general del holding Copesa, Álvaro Caviedes, realizó los descargos del medio una vez anunciada la presentación de la querella de la Presidenta Michelle Bachelet. El ejecutivo calificó como «un exceso» el hecho de sostener que la actitud del medio constituye una injuria contra la autoridad.

«Entender que hubo una edición posterior con el afán de dañar a la Presidenta me parece bastante poco real, a mi parecer es más bien la estrategia del señor (Juan Pablo) Hermosilla para lograr de configurar una estrategia judicial», dijo Caviedes a CNN Chile, en alusión al defensor de la Mandataria.

Caviedes también reconoció que esta acción daña la libertad de expresión y que «cuando la máxima autoridad se querella, el efecto que eso tiene, aunque no quisiera, es que los periodistas van a pensarlo mucho antes de volver a publicar una referencia a la Presidenta o a cualquier persona que ejerce el poder por miedo a las represalias». Eso sí, descartó que la revista se sienta amedrentada.

Además, el abogado afirmó que no han sido notificados de la querella, e indicó que Michelle Bachelet «debería comparecer ante el tribunal y relatar de qué manera su honor se ha visto afectado» y entregar pruebas al respecto.

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