Tomás Hirsch, candidato presidencial humanista: “Debemos ser capaces de construir una propuesta”

Una profesora en preparatoria le dijo ‘Mi futuro presidente’ y Tomás Hirsch se lo cree aún

Por Mauricio Becerra

18/02/2009

Publicado en

Entrevistas / Política / Portada

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Una profesora en preparatoria le dijo ‘Mi futuro presidente’ y Tomás Hirsch se lo cree aún. Ya ha ido a dos elecciones presidenciales, pasando de poco más del 1 por ciento al 5,5% de los votos, claro que con el apoyo del Partido Comunista e integrando el Juntos Podemos.

Hirsch estudió ingeniería y fue embajador en Nueva Zelanda hasta que los humanistas decidieron salirse de la Concertación en 1993. A su juicio es necesario un programa de izquierda antes que definir el candidato del conglomerado, no le hace asco al pacto parlamentario con la Concertación y quiere cumplir con la profecía de su profesora.


Dijiste hace un tiempo atrás que ibas a ser presidente de Chile ¿no es algo ambiciosos de tu parte?

– Más que ambicioso, es entusiasta. Son ganas reales y profundas que tengo desde los 12 años para que este país sea más justo y democrático. Una profesora que tenía en la básica me dijo ‘mi futuro presidente de Chile’ me lo dijo en la graduación de sexta preparatoria. Pero es algo motivado por cambiar cosas en Chile. Desde chico me ha preocupado la injusticia, el militarismo y la tontera del gasto en armas. Yo vivía detrás del aeródromo Los Cerrillos, en una población. Nunca entendía tal despilfarro de plata.

Eras adolescente cuando Allende fue presidente. Hoy intentas representar al sector social que lo llevó a la Moneda. ¿Qué recuerdas de esos años?

– Tenía 14 años cuando ganó Allende, me sentí muy identificado y motivado con la Unidad Popular, aunque no militaba en ningún partido de la izquierda porque tenía mis críticas a las formas tradicionales de hacer política. Buscando algún espacio que incluyera la vocación social de transformación profunda con la no violencia, llegué al humanismo.

Hoy debes compartir espacio con 3 candidatos más de la izquierda.

– La vez pasada había 4 candidatos más. La izquierda ha tenido siempre hartos candidatos y buenos, y si son más conocidos y mejores, habla muy bien de nuestra alternativa. Quiere decir que tenemos liderazgo, que participamos de una construcción  creciente. Me alegro que personas como Arrate o Navarro se salgan de la Concertación y se vengan para acá. El paso lo dimos los humanistas antes, en 1993 cuando fuimos los primeros en salirnos de la Concertación porque tal conglomerado estaba traicionando el compromiso con el pueblo adquirido en los ’80 de crear una democracia abierta y participativa. Por ello, no me queda sino alegrarme de que cada vez se sumen más a lo que aquella vez dijimos.

¿No ves un poco ambicioso al senador Alejandro Navarro?

– Navarro está haciendo una campaña muy visible. Si bien, también los otros candidatos estamos activos, creo que es un exceso esa campaña con que ha tapado las carreteras. Creo que antes que nada debemos discutir ideas, propuestas que entregar y ver como construimos un programa común. Eso sí, quien sea el candidatos lo vamos a apoyar con entusiasmo.

¿Por qué tu debes ser el candidato de la izquierda?

– Creo que porque los humanistas, en tanto fundadores del Juntos Podemos estamos en un proyecto a largo plazo, que es la construcción orgánica y amplia en lo político y social que vaya mucho más allá de los procesos electorales. Eso es lo fundamental. No nos convienen los candidatos que van a estar aquí para sumar votos y después no continúen con un proyecto de izquierda, como pasó en su momento con Max Neff o el cura Pizarro. Es necesario un compromiso de construcción a largo plazo y en eso he estado estos últimos años.

Pero en 1994 las candidaturas de Max Neff, Pizarro y Reitze juntas superaron el 10% ¿qué pasó que en las elecciones posteriores no han superado tal cifra?

– De partida, no sumaría los votos de Max Neff como votos de izquierda. Fue el típico candidato funcional a los intereses del sistema y además fue muy bien pagado por el establishment. Es necesario cada cierto tiempo generar personajes circunstanciales. Si el mismo Max Neff terminó echándole Raid a los mosquitos.

¿Y quienes son esos personajes hoy? ¿Farkas?

– Farkas, o también la candidatura de Marco Enríquez Ominami o Adolfo Zaldívar o Fernando Flores, quienes aparecen con un discurso populista, cercano a la izquierda, pero que en el fondo son personajes muy funcionales a los intereses del sistema para cubrir el espectro. Son negociaciones al interior del mismo sistema para que las cosas se den mejor.

QUE ME TIREN TOMATES
¿No hace falta una autocrítica de la misma izquierda en no calentar a más electores?

– La autocrítica que puedo hacer es que como izquierda debemos ser capaces de construir una propuesta que responda a las transformaciones que ocurren. Ya no es el mundo de los ’60 con el yanqui go home… Si el país ha sido calado profundamente por el neoliberalismo, cosa de la que tenemos que hacernos cargo. Y no es sólo en materia económica, sino que en otros ámbitos de la vida de las personas.

La gente hoy sin un peso en los bolsillo va a una multitienda y puede comprar un refrigerador.

– Sí, pero paga cuatro veces más por su precio. Todos terminan pagando 3 ó 4 veces el valor de su casa, el auto o el equipo de música. Si la felicidad en este sistema pareciera estar puesta en las cosas. Pero piensa que la tasa de suicidio en Chile aumenta constantemente, se usan muchos psicofármacos, aumenta la violencia intrafamiliar y el femicidio. Son cosas relacionadas con el modelo económico chileno. Están vinculadas ambas cosas, la calidad de vida ha empeorado. Y creo que la izquierda tradicional no ha sido capaz de dar respuesta a esas situaciones y a esas búsquedas, sobre todo de las nuevas generaciones.

Un lucha entonces con los valores instalados en el ciudadano promedio.

– Sí, acá hay instalados valores que operan fuertemente. Hay un temor colectivo a la inestabilidad y el desorden, producto del dolor de 17 años de dictadura. Eso está ahí. También está presente el valor del éxito y del triunfo, de la oportunidad personal y la ausencia de solidaridad, por lo que nuestro proyecto no es interesante para mucha gente que está en eso.

¿Derrotismo entonces?

– Yo soy un optimista empedernido. Así como la situación latinoamericana ha ido modificándose, creo que en Chile se vienen ánimos nuevos.

En Francia la semana pasada salieron 2 millones y medio de personas a la calle a protestar, en Islandia un 7% de cesantía hizo que cayera el gobierno, pero en Chile en una manifestación contra la censaría no había más de 100 personas rodeados por 300 policías…

– Aunque se enojen los electores debo decir que es la misma gente que tiene que hacer una autocrítica y reflexión. Vale el tirón de orejas y debo decirlo: si usted sigue apoyando a los mismos de siempre o con la ilusión de que le va a llegar su migaja el día de mañana, si la vida se le va a resolver porque compra un plasma 2 milímetros más grande, bueno, siga en lo mismo, pero esto es una burbuja y terminará en un desastre. Quiero ser sincero, enójense conmigo o tírenme tomates si quieren, pero quítense esa ilusión de la felicidad en 88 cuotas.

ENOJOS DEL PC


El PC sí que se enojó contigo cuando llamaste a votar nulo para la segunda vuelta entre Bachelet y Piñera.

– No fue un enojo, sino que un malentendido. Ahora lo importante es tener una definición previa más clara y precisa. Lo que hubo en esa elección fueron 2 interpretaciones distintas. Desde mi punto de vista fue votar nulo en segunda vuelta y según el PC era esa el planteamiento inicial y a la hora de la elección ver la definición que se tomaba. Fueron  miradas diferentes y el aprendizaje que hay que hacer es tener esa definición con claridad antes y como parte de un acuerdo conjunto.

¿Qué te parece la imagen de Teillier y Claudina Núñez celebrando en la Moneda la llegada de ella a un municipio capitalino?

– Era una celebración de la Concertación y estéticamente no era la mejor de las imágenes, pero entiendo que el sentimiento del PC era muy alegre por obtener una alcaldía en Santiago. Guillermo mismo me dijo que no tenía idea de que cuando lo invitaron lo iban a poner en primera fila. Creo que podemos llegar con la Concertación a algunos acuerdos políticos electorales para terminar con la exclusión, pero es no significa cogobernar ni participar de su proyecto de país, porque son muy diferentes.

¿No crees que hubo una confusión para el electorado del Juntos Podemos ver negociando solo al PC el pacto por omisión en las últimas municipales?

– El PC comenzó con el proceso de negociaciones cuando el Juntos Podemos no estaba activo, pero al final decidimos trabajar en conjunto porque la gente está esperando de nosotros la unidad. Así trabajamos y los humanistas no pedimos ni tuvimos omisiones, pero respetamos que los comunistas lo tuvieran. Mantuvimos la votación, por lo que creo que no hubo confusión.

CONTRA LA EXCLUSIÓN


¿Irían en lista integrada con la Concertación en las próximas parlamentarias?

– Creo que debemos avanzar contra la exclusión y hay que buscar los mecanismos para romper con ella. Le haría bien al país que la diversidad esté expresada en el Parlamento. Si hoy es necesario un pacto instrumental que permita ampliar la representación parlamentaria porque los votos de nuestros diputados los tiene secuestrados el sistema binominal, no tengo porque oponerme a ellos.

¿Si no fueses candidato a presidente irías al Parlamento?

– Primero que nada apoyaría con mucho entusiasmo al candidato de la izquierda, porque creo firmemente en la unidad de nuestro sector. También me parece bueno estar en el Parlamento, porque allí es relevante nuestro aporte al país.

¿Qué te parecen los procesos vividos en otros países latinoamericanos?

– Hay una búsqueda de los pueblos latinoamericanos de nuevos caminos, que toma diferentes características según el país. A Chile se le percibe muy distante y soberbio en su panacea de los tratados de libre comercio.

¿Votarías en segunda vuelta por Frei?

– En segunda vuelta estaría por nuestra candidatura.


El Ciudadano

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