Crónica

Hospital Salvador: Pasión y muerte de la Concesión Hospitalaria

Los trabajadores del Hospital Salvador estuvieron 28 días en paro. Su objetivo era detener la concesión del hospital para que las dinámicas del mundo privado no tomaran posesión de uno de los hospitales más importantes e históricos de Santiago. Y si bien lograron avanzar en muchos aspectos, sobre todo a través de la visibilización de un problema que el gobierno y la prensa han tratado de tirar por debajo de la alfombra, lamentablemente ayer tuvieron que bajar el paro un tiempo para crear una mesa de trabajo que evalúe el proceso de concesión.

Por Arturo Ledezma

05/08/2014

Publicado en

Crónica / Portada

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Hospital Salvador mantiene el PARO  (1 de 1)-12

«Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, 

de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto.»

Simón Bolívar

Primeros días

Cuando fui por primera vez al Hospital los guardias me sacaron a empujones. Vieron que tenía una cámara de fotos y me llenaron de insultos a la vez que me invitaron a salir aludiendo leyes fotográficas que se inventaron sobre la marcha. En la puerta conocí a un funcionario, de quien nunca supe su nombre, y que me hizo entrar hasta las oficinas y me presentó a Valia, una de las dirigentes, quien me contó inicialmente de las demandas y gracias a ella pude seguir yendo sin tanto estorbo de la seguridad del lugar que, a veces, funcionan como porteros de discoteca.

En ese primer momento me di cuenta que en el hospital había un grupo inteligente y organizado que trabaja durísimo para pelear no solo con un ministerio, sino además con un sistema de concesiones que se ampara bajo resoluciones mal hechas para no decir la palabras “privatización” o “venta” de nuestra salud pública.

Con este proceso, los trabajadores del Salvador, además pusieron en evidencia las problemáticas de todo un sistema de salud que tiene que replantearse y salir de la lógica del mercado. Ya que otros hospitales, como el Félix Bulnes que hoy está movilizado también, pasan o pasaron por el mismo problema.

Apoyos

Todo el proceso de paro estuvo apoyado por gente diversa. Illapu, el Palta Melendez, Gabriel Boric, Karol Cariola, Camila Vallejo, Inti Illimani fueron caras que pasaron por los pasillos y dejaron su firma como aval de una movilización necesaria. Sin embargo, a mi juicio, lo más importante fue el apoyo de los usuarios del hospital que siempre, en cada minuto, en cada marcha, estuvieron poniendo el hombro y conviviendo con los trabajadores que sacaron la cara por todos aquellos que tenemos derecho y posibilidad de estar necesitados de un hospital.

Es muy lindo ver que la gente de a pie se suma en serio a los movimientos sociales. Más allá de que los medios hayan tratado de poner en el imaginario público la idea de que los trabajadores estaban, casi, atentando contra la salud de los usuarios. Mentira. Ya que precisamente los usuarios fueron los que aplaudieron a rabiar las marchas, las manifestaciones, las actividades, sabiendo que ese grupo valiente que se tomó el frontis del hospital para gritar y cantar por el derecho a la salud pública estaba gritando por una causa justa, necesaria, imprescindible. Entonces cuando uno ve que el apoyo de la gente y que el trabajo honesto de los dirigentes es pasado a llevar por el segmento poderoso de este país es cuando empieza a doler cualquier contienda, no por la desigualdad, sino por la mentira de los argumentos. Ayer vi a los usuarios aplaudiendo el paso de la madddddddrcha que se hizo por el interior del hospital y eso, más que cualquier titular de prensa, tiene un valor incalculable. Incluso al cierre de aquella marcha interna, un usuario pidió el micrófono para regalar un poema. No tenía plata, no tenía salud, no tenía quizá mucho que entregar, pero se dio el tiempo de regalar lo único que llevaba encima, un poema de su autoría que conmovió porque el solo hecho de tomar el micrófono y decir “yo estoy con ustedes” ya demuestra que lo que dicen en la prensa no es cierto porque el usuario no está en peligro con el paro, lo único que está en peligro es la transparencia de un proceso que no quieren evidenciar. Punto.

Las mujeres en el paro 

No es novedad que este país es un país en el que manda calzón. Y era cosa de darse una vuelta por el Salvador para aprender que las mujeres tienen un poder maravilloso, brillante, brutal. Porque son capaces de mantener con fuerza y rigor cualquier movimiento social. La mayor parte de los trabajadores en paro eran las funcionarias que combatieron y seguirán combatiendo, con una fuerza que ya se la quisiera un varón, la injusticia de este proceso que de social no ha tenido nada.

Me gustaría nombrarlas a todas, pero espero que sepan que en cada una he visto un ejemplo de batalla que ya se quisiera uno cuando sale a la calle y tiene que mirar de frente al poder. Organizadas, fuertes, inteligentes y bellas en el mejor sentido de la palabra. Constituyen la fuerza y el empuje de un nuevo movimiento que se viene dando en Chile. Ese que no sabe ni de piedras ni de pacos y que logra poner en jaque a cualquier gobierno. Me gusta verlas yendo y viniendo por las movilizaciones. Desde las que están en el Río Mapocho hasta las que salen a bailar en medio de las marchas. Todas y cada una resumidas en ese grupo lindo de funcionarias que alegraron con sangre, sudor y felicidad los pasillos de un Hospital que apareció en los medios de prensa sin tener que recurrir a barricadas o gente prendiéndose fuego como lamentablemente suele ocurrir ante injusticias de este tipo. Los primeros en bajarse fueron dos o tres viejos mañosos que salieron reclamando de la asamblea. Argumentando necesidades personales que nada tienen que ver con los procesos sociales. Poniendo mala cara como si tuvieran que lavar la losa o correr los muebles para limpiar las sobras del asado. Cobardes, perdonen que se los diga, algunos fueron muy cobardes o, en el mejor de los casos, muy cómodos.

Las felicito, personalmente, porque han demostrado una vez más que la organización y el amor son dos palabras que se pueden unir en un proceso social, incluso en una revolución, ya que la fuerza la tienen los pacos, el gobierno, la justicia, pero la razón la tienen ustedes chiquillas que pelean sin capucha y sin palos frente a un sistema que les pone la vida en pendiente y, a pesar de ello, siguen andando como si no existiera nada importante en el mundo que conseguir los objetivos trazados.

Muchas gracias a todas. Porque han mantenido viva la pelea más linda y más noble. La de la gente contra la injusticia del poder. Mi aplauso para ustedes.Quería decirlo. Y como dijo una de ustedes, la Violeta, les digo: Dispénsenme las chiquillas si me he salido del tema, es que esta verdad me quema el alma y la pajarilla. Quemá está la sopaipilla, pa’l pobre ya no hay razones, hay costra en los corazones y horchata en las venas ricas. Y, claro, esto a mí me pica igual que los sabañones.

Las negociaciones

Ha sido bonito ver a los médicos, algunos, esos que aún tienen un poco de conciencia social a la hora de sacar un estetoscopio, el ponerse la mano en el corazón y no en la billetera a la hora de hablar de procesos hospitalarios. Ellos, junto con el Colegio Médico, han apoyado las demandas y las preguntas que se le hacen al Ministerio de Salud y, sobre todo, al de Obras Públicas, en relación al sistema de concesiones.

Bonito también ha sido que algunos parlamentarios hayan puesto su presencia y trabajo para intentar que la concesión no sea posible. Bonito ver a Karol Cariola proponiendo una “Ley Salvador” para que todos los hospitales salgan del rango de visión de los empresarios y se quite la salud del sistema de concesiones. Bonito ver a Boric levantando la voz en el hospital para decir “no están solos”. Bonito ver que todavía existen un grupo chico de parlamentarios que no han olvidado que un día fueron gente común y corriente. Bonito saber que los trabajadores tienen un eco chiquito, pero eco, en las oficinas pagadas con el sudor y con el trabajo de los que se quedan sin trabajo.

Los últimos días

Hasta ayer en la mañana el paro seguía en pie. El viernes pasado el Ministerio había dado luces de parar la concesión, pero como siempre no fue más que una jugada macabra que le tiraba la pelota y la responsabilidad mediática de la solución precisamente a los trabajadores en paro.

No fue sorpresa que ayer llegaran todos los medios y se pusieran en el frontis del hospital para esperar la respuesta pauteada y presionada por el gobierno. Tampoco fue raro que titularan con palabras negativas y nuevamente satanizaran al movimiento y la dirigencia. No fue sorpresa entonces que durante la tarde torcieran el brazo de la movilización y se detuviera el paro.

Pero como todo triunfo en este país es una derrota, o un empate, porque no sabemos más que de triunfos morales, esta bajada de paro es una muestra más de la maravillosa humanidad de los trabajadores del Salvador, ya que prefirieron ceder un paso con tal de obligar a que el gobierno al fin se siente y evalúe los procesos y el futuro del hospital. Quizá perdieron ante los ojos de chilevisión y del mega, pero ganaron en la conciencia de todos aquellos que hemos visto una lucha honesta y valiente que busca volver a decir Salud Pública, aún cuando a todos los empresarios de mall des duela el alma; aún cuando al gobierno le tiemblen las cañuelas porque saben que les va a costar mucho más el vender la Salud que lo que les costó vender la Educación.

 

Cierro

Me siento muy orgulloso de haber estado muchos días en el Salvador. Me siento feliz de dedicarle mi trabajo a gente tan linda que es capaz de pelear hasta las últimas y, aún bajo presiones intensas, seguir luchando. No tengo ninguna duda de que sabrán mantener vivo el movimiento y que no se conformarán con quedarse esperando a que el gobierno los llene de decretos y promesas incumplidas. Me contento de esperar junto a ustedes a que pasen los 10 días de este nuevo proceso para saber si es que se llega a una solución y no me cabe duda de que, si eso no ocurre, nos volveremos a ver en la entrada con los mismos carteles y con la misma lucha y con el mismo corazón que han puesto cada día para detener el saqueo feroz de los gobiernos de turno que hacen fila para sacar número en la repartija de terrenos fiscales.

Les dejo mi más profundo respeto, cariño, aplauso. Y a pesar de que esta tribuna es la más mínima expresión del poder mediático les digo, que seguiremos en la pelea, en la lucha, en el trabajo de construir y de contar la verdad de lo que viven a diario todos ustedes que trabajan con un sueldo chiquito, y que no llegan en auto caro como los directores de hospital, para atendernos, para ayudarnos, para poner en ejercicio la vocación que perdieron los médicos que llegaron a la Moneda o a la oficina grande de un Ministerio.

Seguimos atentos. Les dejo abajo los álbumes con las fotos de esta crónica.

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A los trabajadores y trabajadoras del Hospital Salvador les digo: Aguante los que luchan. No bajen los brazos. Hasta la victoria siempre. Muchas gracias por el ejemplo.

 

en twitter @arturoledezma

 

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