Identifican el origen de la enfermedad de las vacas locas

La enfermedad de las vacas locas destruye el cerebro y la médula espinal en el ganado, causando la muerte.

Por Pedro Pérez

21/12/2019

Publicado en

Salud

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La encefalopatía espongiforme bovina, también conocida popularmente como la enfermedad de las vacas locas, es una enfermedad causada por priones, y que se puede transmitir a los seres humanos a través del consumo de partes de animales infectados, sobre todo tejidos nerviosos. Su origen, hasta ahora era desconocido, y un equipo de científico afirma que ha logrado identificarlo.

Siendo una enfermedad neurodegenerativa que apareció por primera vez en la década de 1980 en el Reino Unido, que destruye el cerebro y la médula espinal en el ganado, causando la muerte, los científicos han tratado de identificar cómo surgió la enfermedad, sin embargo, no se ha confirmado ninguna hipótesis.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se cree que los agentes causantes de estas enfermedades son proteínas anormales de «priones».

Estos son transmisibles entre animales y causan un plegamiento anormal de las proteínas priónicas normales que se encuentran principalmente en el cerebro y la médula espinal, lo que resulta en enfermedades que generalmente progresan rápidamente después del inicio de los síntomas y siempre son fatales.

Se cree que los priones son los responsables de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos, la enfermedad crónica por emaciación en ciervos y otros cérvidos y la enfermedad por tembladera en ovejas, entre otros.

¿Humanos a salvo?

Si bien los humanos no pueden contraer EEB, en raras ocasiones las personas que comen el cerebro o la médula espinal del ganado infectado pueden verse afectadas por una variante conocida como enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que también es mortal.

Algunos expertos señalan que este trastorno cerebral en el ganado adulto puede ser transmitido a los humanos mediante el consumo de carne enferma. Y si bien un tratamiento puede ayudar, esta enfermedad no tiene cura.

La enfermedad se caracteriza por el deterioro mental acelerado, generalmente al cabo de pocos meses. La mayoría de las personas generalmente entran en coma.

El tratamiento se enfoca en que la persona sufra lo menos posible.

Dentro de los cuidados de apoyo para quienes contraen esta enfermedad, está la terapia intensiva, en la que especialistas, neurólogos, infectólogos y médicos de atención primaria realizan la asistencia al paciente.

Conejillos de india

Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences , reveló que un equipo de científicos investigó los orígenes de la EEB, al inyectar una variante particular de la enfermedad de tembladera en ratones que han sido genéticamente modificados con ADN bovino.

Los investigadores dicen que, inesperadamente, la inyección de la cepa de tembladera en los ratones genéticamente modificados resultó en la propagación de los priones clásicos de la enfermedad de las vacas locas. Estos priones están presentes en forma natural en la variante de tembladera.

Esta observación indica que la enfermedad podría transmitirse entre diferentes especies y que los ratones modificados podrían desarrollar la enfermedad de las vacas locas, según el estudio.

Los resultados de este estudio proporcionan, por primera vez, y una «explicación apuntalada experimentalmente» para la aparición de la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido en la década de 1980.

Siendo una enfermedad neurodegenerativa que apareció por primera vez en la década de 1980 en el Reino Unido, que destruye el cerebro y la médula espinal en el ganado, causando la muerte.

Requiere diagnóstico médico

Las personas que se contagian de esta enfermedad pueden sufrir nerviosismo, ansiedad o apatía, contracciones musculares rítmicas o problemas de coordinación, hormigueo y ardor molesto, demencia o confusión, depresión mayor o psicosis, agitación, ausencia de respuesta, disartria o insomnio, entre otros síntomas.

La enfermedad se propagó durante 1980 en el ganado en Europa, América del Norte y otras regiones del mundo. Este proceso fue exacerbado por el hecho de que las vacas recibían alimento que contenía tejido de otras vacas infectadas con la enfermedad.

Después de esta propagación, algunas personas se infectaron con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob después de comer productos de carne de vacuno contaminados con la enfermedad de las vacas locas.

Las autoridades sanitarias europeas introdujeron una serie de medidas de precaución para evitar la propagación de la enfermedad en la década de 1990.

Dentro de los cuidados de apoyo para quienes contraen esta enfermedad, está la terapia intensiva, en la que especialistas, neurólogos, infectólogos y médicos de atención primaria realizan la asistencia al paciente.

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