Las Marionetas en la Ley Longueira que privatizó el mar
Imaginemos que un hilo, claramente visible, salga del cuello de cada parlamentario que es financiado en su campaña y se conecte con la empresa específica de la que provienen esos aportes. Abiertos o reservados, da lo mismo. La dependencia que generan es tan firme en uno como en otro caso. Un Parlamento cautivo de unos determinados intereses, no le hace bien al país, a su democracia y, mucho menos, a la sociedad chilena. Hay que terminar con esta modalidad de sesgos del empresariado con las campañas electorales.