Johanna Dickson sufría constantemente de dolores de estómago. En un comienzo pensó que sólo era a causa de algún alimento que no le había hecho bien, lo cual para ella era algo normal. Sin embargo, el dolor comenzó a aumentar y hacerse insoportable, por lo que decidió ir al hospital.
Lo más extraño de todo es que esta era la tercera vez en que le ocurría un episodio así, aunque ella seguía creyendo que sólo se trataba de problemas con algunas comidas, o incluso una intoxicación. Pero, cuando los médicos la examinaron esta vez, decidieron realizarle una cirugía de emergencia.
Mientras estaba en el hospital, un médico de urgencias le preguntó a Johanna si alguna vez había estado embarazada o si tenía problemas de colon o antecedentes de cirugía. A lo que Johanna respondió que no.
Ante la respuesta, el médico explicó que el examen de Johanna mostraba una obstrucción intestinal seria que probablemente podía deberse a alguna cirugía anterior o inflamación del colon. Pero, como Johanna no tenía ninguno de esos antecedentes, los doctores no podían entender qué era lo que sucedía, por lo que decidieron hacer la cirugía.
La idea de los médicos era ver qué era lo que estaba obstruyendo el intestino de Johanna y quizá era necesario “desenrollar” sus intestinos para aliviar la obstrucción. Sin embargo, lo más impactante aún no estaba por ser descubierto.
Mientras se desarrollaba la cirugía, los doctores encontraron la razón del dolor y la obstrucción de Johanna: un tumor del tamaño de una ciruela que estaba ubicado en el intestino delgado . Enviaron una muestra del tumor a investigación, pero era demasiado confuso, por lo que volvieron a enviarlos a la Clínica Mayo en Minnesota. Sin embargo, los doctores decidieron quitar parte del intestino de Johanna para evitar que el tumor se expandiera, si es que este era cancerígeno.
Los doctores determinaron que se trataba de un tumor desmoide, el que suele afectar a mujeres menores de 40 años. Aunque también se conoce como fibromatosis mesentérica, que afecta al tejido conector entre el intestino delgado y la pared abdominal.
Después de la cirugía Johanna no ha sentido más molestia, aunque los doctores no lograron determinar qué provocó el tumor, por lo que la joven ha estado visitando oncólogos constantementepor si vuelve a sentir el síntoma.
Mientras tanto, para los doctores, el caso de Johanna ha sido uno de los más raros que han visto.
Vía Upsocl