El método definitivo para no tener miedo a volar

El miedo a volar es una realidad que afecta a una gran parte de la población con independencia de que no lo hayan hecho nunca o se hayan surcado medio mundo en un avión.

La lista de negocios que han hecho dinero gracias a la aerofobia no es corta: desde editoriales con libros especializados a empresas que hacen cursos (bastante caros) para conseguir que no entres en estado de pánico cada vez que pienses en ello. Huelga decir que la efectividad de dichos cursos es bastante cuestionable. Un conocido español hizo por unos 2 millones de pesos un curso hace algunos años con Iberia -ciertas compañías tienen los suyos propios- y aún se le sigue encogiendo el pecho cada vez que piensa en venir a verme a Chile.

Pero ahora parece haber una nueva teoría al respecto que plantea una solución mucho más sencilla (sobre todo si tienes pareja), económica y placentera que lo hasta ahora planteado: tener sexo.

Tom Bunn, ex piloto y ahora terapeuta de aerófobicos, dice haber descubierto la clave gracias al testimonio de una de sus pacientes que tras 7 años de sufrimiento pasó la noche completa previa a coger un vuelo practicando sexo y realizó el trayecto sin mayor problema.

La teoría de Bunn se apoya además en un reciente estudio realizado por el Massachussets Institute of Technology (MIT), que establece que las personas con ansiedad crónica son mucho más susceptibles a los efectos de la hormona del estrés (la serotonina), lo que permite fijar con mayor facilidad y de manera permanente en su memoria acontecimientos traumáticos.

Según Bunn, “la mayoría de las personas no recuerdan haber sufrido turbulencias en un vuelo, pero las personas que padecen ansiedad crónica son más proclives. No necesitan niveles demasiado altos de serotonina para consolidar la memoria ”

¿Y cuál es la mejor manera de contrarrestar sus efectos? La generación de oxitocina, hormona de la felicidad. Mantener sexo o rememorar una noche de pasión ayuda a generarla y evitaría según este estudio que consolidemos malos recuerdos.