La pequeña Pixie Griffiths-Grant cumple, este 3 de noviembre, un año. Ella fue un bebé prematuro, nació tres meses antes de lo previsto y lo hizo por cesárea. Solo pesaba medio kilo y le metieron en una bolsa de sándwich del supermercado Tesco, imitando de forma artificial las condiciones del vientre materno.
La bolsa de sándwich actuó como un invernadero y ante el miedo del equipo médico, que temía por la vida de Pixie, la pequeña pasó sus primeros 18 días en cuidados intensivos lejos del contacto de sus padres. Después siguió en la incubadora otros tres meses y solo entonces los padres pudieron cogerla en brazos, aunque solo una hora al día.
Pixie, que al nacer cabía en la palma de una mano, a los cinco meses ya pesaba 3,5 kilos, y hoy es una niña completamente sana.