Dentro de un puñado de libros del siglo VIII hallaron una “biblia” casi intacta, con estimación incalculable por lo que esta representa para la historia, por su trayectoria luego de la proclama del rey Enrique VIII en 1536. Hoy se exhibe nuevamente luego de 500 años en la biblioteca de la Catedral de Canterbury en el Reino Unido.

Cressida Williams, directora de los archivos de la catedral, dijo: «Es de la mayor importancia para nosotros tener aquí en nuestras colecciones una copia del texto cristiano central que fue propiedad de uno de los últimos monjes de la comunidad monástica medieval» expresó.

Williams, también hizo referencia que «la biblia es testigo de los trastornos de la Reforma, un tiempo que definió lo que es hoy la catedral, y tendrá un papel clave en contarles a los visitantes nuestra historia» reflejo el portal web The Guardiam.

Características de la biblia encontrada

El ejemplar del texto cristiano se le apodo como “La Biblia de Lyghfield”, puesto que perteneció en un principio a un monje de la localidad con ese nombre. El libro está compuesto por 690 páginas de vitela (un tipo de pergamino de piel de becerro) sumamente costosa para la época, con cubierta e ilustraciones que por su tipo reflejan que fue hecho en París.

Esta es la única versión completa de la Biblia que existe de la biblioteca de Canterbury, donde funcionó la sede del clérigo superior de la Iglesia anglicana. La antigua colección contaba con al menos unos 30.000 volúmenes,  hasta el momento de la disolución de los monasterios proclamada por el rey Enrique VIII de Inglaterra, hoy es día solo se conservan 30 libros de aquel antiguo repertorio.

La Biblia de Lyghfield fue adquirida recientemente por un valor de 100.000 libras esterlinas (unos 130.000 dólares) con ayuda del Fondo a favor del Patrimonio Nacional (NHMF) y de donaciones privadas durante una venta de libros y manuscritos raros llevada a cabo en Londres, como lo refirió RT.

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