Ya para nadie es una sorpresa que Chile se encuentre en los más alto de la elite futbolística. Después de una destacada participación en Brasil 2014, dos trofeos de Copa América, y triunfos importantes ante selecciones de renombre, el combinado mapocho ha sabido ganarse un sitial entre los monstruos del fútbol actual. La verticalidad, rapidez y potencia son sus principales virtudes. El equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi, incluso, genera temor en sus rivales de turno. Chile ya no es más un equipo chico. Además, tiene jugadores que actúan en las mejores ligas del mundo. La selección chilena es comandada por Alexis Sánchez, Arturo Vidal y el portero salvador, Claudio Bravo.

Chile tapó la boca de millones de personas que no pensaban que podían llegar a la final de la Copa Confederaciones 2017. Tras una complicada semifinal contra la Portugal de Cristiano Ronaldo, Chile superó al combinado europeo en la tanda de penales donde Claudio Bravo, el guardamenta, se vistió de santo y fue clave en el triunfo Mapocho.
«Bravo nos dijo antes de los penales que iba a atajar dos o tres. Extraordinario que el capitán te dé esa confianza para empezar los penales», señaló Vidal.

Bravo, como buen capitán, quiso animar a sus compañeros de esta manera y, por supuesto, tuvo efecto.
«Tenemos muchos sueños todavía pero ya estamos en la final. Ahora a descansar y a pensar en lo que viene», concluyó Vidal.