Estas fotografías fueron tomadas en 2002 en solitarios manicomios y orfanatos de Serbia y captan escalofriantes imágenes de cómo era la vida en una de estas instituciones en aquel entonces.
Los niños en estos lugares a menudo eran atados a su cama durante años, debiendo comer, dormir, defecar e incluso morir allí mismo.
Este fue un hecho común debido a la muy escasa infraestructura y a la falta de fondos.
Sorprendentemente, el abuso continúa aún hoy con instalaciones nuevas y limpias.
«La justificación de las instituciones para atar a los niños», dice Ahern, «es la falta de personal y recursos. Al no estar expuestos a ningún estímulo significativo, muchos de los niños son propensos a hacerse daño a sí mismos cuando están desatendidos. Se golpean, se muerden a sí mismos, he visto a niños sacarse los ojos, arrancar trozos de sus orejas, pegarse a sí mismos hasta amoratarse».
via smatterist