Jay Oxley, un joven de 17 años se despertó de un coma el día de Navidad y sus padres no podían creerlo. Por unos instantes disfrutaron al lado de su hijo guardando consigo la esperanza de que se “mejoraría”. Desgraciadamente, después de un par de semanas el chico falleció. Lo último que el chico le dijo a sus padres es “lo mucho que los amaba”.
La historia de Jay comenzó cuando fue diagnosticado con linfoma linfoblástica en enero de 2016.

Rápidamente, recibió tratamiento de trasplante de médula ósea para pasar a quimioterapia. Desgraciadamente todo funcionó pero recayó por un cálculo de vesícula. Lo internaron y le detectaron un virus en sus pulmones. Cayó en coma la primera semana de diciembre.
5 días antes de Navidad, y para la dicha de su familia, Jay despertó del coma.

Por 2 semanas, la familia disfrutó la compañía de Jay, quien se mantenía siempre fuerte y firme hasta el final. Su madre Claire y su padre Ben se esperanzaron en que podría mejorar… Sin embargo, en nochebuena, Jay volvió a caer en coma, no sin antes decirles lo mucho que los amaba. “Feliz Navidad, los amo mucho”, fue lo último que dijo.
Todos esperaron días al lado de su cama en el hospital esperando que despertara.

El 9 de enero de 2017, Jay falleció.
“Desde el día en que supimos que tenía cáncer, luchó más duro de lo que cualquiera debería luchar en una vida. Decir que estamos orgullosos sería quedarse cortos. Él tiene corazón de león y nunca se rindió. Era un soñador y amábamos eso de él – ¿qué es la vida sin un sueño, incluso si no se cumple? Extrañaremos su risa, su cara gruñona en las mañanas y las tonterías que solíamos hablar. Dejará un agujero en nuestros corazones que nadie podrá llenar”.
-Los padres a Nottingham Post-
La familia del chico espera que con su historia se promueva aún más las donaciones a causas de cáncer infantil y adolescente.