Foodporn: cuando la comida supera al amor

Internet es una red que sirve para refugiarnos de nuestros pensamientos en el siglo XXI; los diarios personales ahora son propiedad de Facebook, Twitter e Instagram. Nuestras ideas, chistes, acontecimientos y logros son retratados en muros y timelines, a disposición de quien se interese por lo que nos sucede. Aunque quizá lo que publicamos en las redes sociales no refleja nuestra realidad. Estas plataformas, con sus programas de edición y a merced de lo que optemos por mostrar pueden reflejar sólo una parte de lo que nos acontece, comprometiendo la forma en que nos ven otras personas o incluso peor, haciéndonos creer que esa es nuestra realidad total.

Una de las modas que llegó con las redes sociales, sobre todo las de fotografía como Flickr o Instagram fue la de mostrar platillos deliciosos, exóticos y ricos en grasas; la actividad fue nombrada Foodporn. A diferencia de la fotografía profesional de comida, que se hace en estudios profesionales, foodporn es mucho más sencillo pues la cámara de un celular basta para mostrar la comida con alto impacto visual. Esta “comida pornográfica” se dice que llega a ser tan buena que se equipara con el sexo, y así llega la frase: “¿Quién necesita amor cuando tengo comida?”

Durante años hemos visto a nuestros amigos, familiares, famosos e incluso nosotros hemos abusado del poder de las redes sociales para mostrar esa deliciosa y probablemente insalubre hamburguesa, pasta o filete. Dicen que todo es bueno si se hace con moderación, y compartir virtualmente un delicioso platillo a punto de ser disfrutado no tendría nada de malo si no fuera una actividad de la que se ha abusado indiscriminadamente. Claro que esta actividad ha entregado deliciosos resultados, pues al ver las imágenes poco falta para que podamos oler y saborear el platillo como si éste estuviera presente, pero ante la gran cantidad de fotografías glamourosas y fabricadas, ha llegado la contraparte del foodporn llamado shittyfoodporn.

Shittyfoodporn muestra esa realidad persistente que la mayoría de las personas vive cotidianamente y no se muestra en las redes sociales; la de la comida sin presentación, visiblemente fea y nada llamativa, pero que muchas veces es deliciosa. No es un movimiento reivindicador de la realidad o algo por el estilo, nació como una burla a su contraparte estética, pero ha servido para ejemplificar muchas cosas como la forma en la que las compañías y sus fotografías profesionales mienten.

Son quienes toman las fotografías sin composición, sin una adecuada iluminación, sin filtros y la cual pueden presentar en dos variables: la de mostrarla tal como la pusieron en el plato o la de recrear la estética de un platillo de la alta cocina con su comida, en su mayoría son jóvenes que viven solos con el mínimo de liquidez para sobrevivir. Ellos conocen lo que significa tener que ingerir productos enlatados, el recalentado del recalentado o a veces hacer uso de su ingenio para crear algunos de los platillos más monstruosos que podemos imaginar con los pocos ingredientes que hay en casa.

Los moderadores de la página Shittyfoodporn en Reddit han expresado que lo que hace a una foto digna de entrar en la categoría es subjetivo, pero quizá lo único realmente importante es reflejar tristeza en el platillo. Estas son las fotos que nadie busca presumir cuando hablan de la deliciosa comida que tuvieron, pero durante cierto tiempo este tipo de comidas puede ser parte elemental de nuestra vida y supervivencia.

Encuentros de realidad y fantasía, muestras de lo que somos y lo que queremos ser. ¿Acaso la fotografía de comida refleja más sobre nosotros de lo que creemos? La respuesta puede encontrarse en la forma en que comemos o quizás es relativa para cada persona, pero para no dejar un mal sabor de boca, los dejamos con algunos platillos verdaderamente dignos del llamado foodporn.

Cultura Colectiva