Un joven de 30 años de edad e identificado como Andrew Hall se llevó una mala pasada cuando utilizaba su cigarrillo electrónico.
De acuerdo con una publicación de Hall en su cuenta de Facebook, sufrió quemaduras de segundo grado y la pérdida de siete dientes, además, pedazos de plástico quedaron incrustados en sus mejillas y garganta.

«He usado este aparato casi un año y les aseguro que no hice nada que no se supone que haya que hacer con él, la batería estaba bien y seguí los pasos que me dieron en la tienda, pero aun así me explotó en la cara. Perdí siete dientes y tengo quemaduras de segundo grado desde las mejillas hasta el cuello», indicaba la publicación de Hall.

Según recoge el diario »Metro», las imágenes compartidas por la víctima dejan ver la magnitud de la explosión. En el cuarto de baño donde el hombre estaba fumando, se ve un fregadero quebrado, las paredes con daños por el fuego y azulejos salpicados de sangre.


Lamentablemente, desde el 2016, los cigarrillos electrónicos han sido la causa de una serie de accidentes, se han visto piernas quemadas, cara y manos. Aunque estos son aislados, se contabilizan decenas en todo el mundo.