Durante décadas se ha hablado de ángeles, diversas culturas en diferentes textos (algunos de ellos sagrados), han hecho referencia a apariciones, interacciones e incluso ayuda y protección que estos seres han brindado a la humanidad.
Los ángeles no son seres físicos como los seres humanos (si es necesario pueden llegar a tomar esta forma material), los ángeles son seres de luz, que vibran en amor infinito e incondicional.
A diferencia de los seres humanos, los seres de luz como los ángeles no tienen, ni habitan en dualidad, es decir arriba-abajo, día-noche, amor-miedo, luz-oscuridad; la dimensión en la cual ellos se encuentran carece de contrastes, solo pertenecen a una frecuencia, la de la luz y/o el amor.
Los ángeles tampoco cuentan con emociones de tristeza, rabia, enojo o culpa, tienen una visión más completa de lo que le sucede a la humanidad; nosotros usualmente solo contamos con un ángulo o perspectiva de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Gracias a que los seres humanos contamos con libre albedrío (libertad para tomar decisiones propias), los ángeles pueden guiarnos o ayudarnos solo cuando se lo solicitamos, respetan nuestras desiciones sin interferir excepto en casos de peligro inminente, cuando nuestra vida se encuentra en riesgo y aún no es tiempo de volver a casa = morir.
Al ser conscientes de la misión que cada ser acepto al vivir en este plano terrenal para aprender y evolucionar, no pueden predecir el futuro o alterar el orden divino del universo.
Existen millones de ángeles de diferentes rayos (colores) con diversas funciones, custodiando los seres vivos, el planeta tierra y por supuesto el universo.
Cada ser humano tiene como mínimo 2 ángeles de la guarda, cada uno de ellos tiene energías muy similares a quién custodian, si eres una persona bromista, tus ángeles de la guarda seguramente también lo son; recuerda si lo deseas ellos pueden ser tus mejores amigos y consejeros, desde el día que naciste te han estado acompañando.
¿Que esperas para contactarlos?