Gerardo Foquett, Presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Peonetas de Coca-Cola (FENASIPEC), denuncia en una Entrevista Ciudadana un brutal retroceso en los derechos laborales y el acoso a la organización de los trabajadores por parte de las empresas contratistas de EMBONOR y ANDINA, envasadoras de Coca-Cola.
La imagen refrescante de Coca-Cola esconde una realidad cruda para sus trabajadores peonetas en Chile. Gerardo Foquett, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de Coca-Cola (FENASIPEC), en conversación con El Ciudadano, reveló un panorama de subcontratación extrema, sueldos a la baja, jornadas extenuantes y la persecución contra los dirigentes sindicales que buscan defender los derechos de miles de trabajadores.
La distribución de Coca-Cola en Chile, controlada por poderosos grupos económicos como los Said y Chadwick a través de empresas como Embonor y Andina, se basa en un modelo de subcontratación donde los peonetas, si bien visten los uniformes de la marca, no tienen vínculo directo con ella, sino con más de 40 empresas de transporte. Este sistema, según Foquett, también ha evolucionado hacia la figura del emprendedor: “suena muy lindo, pero no te cuentan la responsabilidad en caso de que el camión quede en pana, o en caso de un asalto el mismo conductor tiene que pagarle a sus peonetas”, señaló.
FENASIPEC, con 18 años de historia, ha luchado por mejoras básicas, desde tener calzado adecuado hasta la regulación de la carga y el pago en efectivo. Sin embargo, en 2021, durante la pandemia, la gerencia de las empresas contratistas de Coca-Cola les pidieron una rebaja salarial del 20% del salario de los peonetas. Quienes rechazaron esta propuesta, como el Sindicato de Puente Alto que Gerardo Foquett encabezaba, sufrieron un infierno con los cierres de operaciones, despidos masivos y ofertas económicas para los dirigentes que pretendían desactivar la organización: “estuve 7 meses sin sueldo por rechazarla y nos fuimos a juicio contra la empresa para hacer ruido”, sostuvo el dirigente.
La situación ha escalado a niveles preocupantes, como es el caso de la casa de un dirigente sindical que fue baleada con ocho impactos, un hecho que Foquett relaciona directamente con la lucha por la organización en una empresa con múltiples razones sociales que impide la estabilidad laboral. El presidente de FENASIPEC asegura que pese a las denuncias hechas ante la Dirección del Trabajo: «estas empresas pagan la multa que sale mucho más económico que contratar al trabajador», manifiesta, declarando que de esta forma también impiden la sindicalización.
Con todos las priorizaciones, los sueldos de los peonetas también se vieron directamente afectados. Mientras que en 2019 un trabajador ganaba cerca de $900.000 líquidos por vuelta, hoy, con la misma exigencia, ganan alrededor de $700.000. Foquett subraya con urgencia que: «queremos darle un corte, que las autoridades tomen cartas en el asunto».
FENASIPEC tiene como desafío principal recuperar los derechos perdidos, como el sueldo y la eliminación del exceso de horas. El dirigente insta a los trabajadores a no perder la esperanza en el sindicalismo, a pesar de las malas prácticas y la persecución: «hay sindicatos que estamos dispuestos a seguir dando la pelea, a seguir defendiendo». También reflexiona sobre la lucha de los peonetas de Coca-Cola como un reflejo de la precarización laboral que, si no se detiene, podría afectar a cualquier trabajador en Chile.