Trump afirma que todo va «muy bien» tras la mayor caída bursátil en años debido a los aranceles

La decisión de Trump de seguir adelante con esta política proteccionista ha generado un colapso bursátil que no se había visto desde los días más críticos de la pandemia de COVID-19

Trump afirma que todo va «muy bien» tras la mayor caída bursátil en años debido a los aranceles

Autor: El Ciudadano México

La reciente caída del mercado de valores en Estados Unidos, la mayor en años, refleja el impacto negativo de las políticas arancelarias impuestas por el presidente Donald Trump. Mientras los mercados experimentaban una venta masiva de acciones, Trump mantenía su tono optimista y aseguraba que las cosas iban “muy bien”. Sin embargo, esta evaluación parece estar desconectada de la realidad económica que enfrentan los estadounidenses y la comunidad global.

Véase también: China impone aranceles del 34% a productos de EEUU

El jueves pasado, el índice Dow Jones sufrió una caída histórica de más de 1.600 puntos, desencadenada por la imposición de aranceles del 10% sobre las importaciones, una medida que también afecta a productos provenientes de países clave como China y los miembros de la Unión Europea. La decisión de Trump de seguir adelante con esta política proteccionista ha generado un colapso bursátil que no se había visto desde los días más críticos de la pandemia de COVID-19, demostrando que su enfoque económico podría estar desencadenando efectos colaterales más devastadores de lo que había anticipado.

A pesar de las alarmantes caídas en las bolsas de valores, Trump se mostró indiferente, insistiendo en que los mercados eventualmente “estarán en auge” y que el país experimentará un crecimiento económico. Lo que resulta preocupante es su aparente falta de comprensión sobre las repercusiones inmediatas de sus decisiones. Al ser preguntado por los reporteros sobre la caída histórica del mercado, Trump comparó la situación con una operación quirúrgica necesaria para un “paciente enfermo”, sugiriendo que la actual desaceleración económica es simplemente parte de un proceso inevitable y necesario para la recuperación. Esta analogía, lejos de calmar a los inversores y analistas económicos, refleja una visión excesivamente simplista y arriesgada de una situación que afecta a millones de ciudadanos y empresas.

Es cierto que los aranceles están trayendo consigo algunas inversiones, como mencionó el presidente, de empresas extranjeras interesadas en trasladar sus operaciones a Estados Unidos. No obstante, la magnitud de las pérdidas y la inestabilidad generada en los mercados internacionales pone en duda si este tipo de políticas proteccionistas son realmente sostenibles. En lugar de ver los aranceles como una solución a largo plazo, muchos analistas económicos sugieren que esta estrategia está arriesgando las relaciones comerciales de Estados Unidos y podría llevar a una desaceleración económica global que afectaría tanto a la industria estadounidense como a sus ciudadanos.

Además, Trump ha dejado claro que está dispuesto a seguir utilizando los aranceles como una herramienta de negociación con otros países, siempre y cuando se le ofrezca “algo fenomenal” a cambio. Esta postura da la impresión de que el presidente está tratando de forjar acuerdos comerciales a través de la amenaza constante de más aranceles, sin ofrecer un plan claro ni sostenible para una negociación que beneficie a todas las partes involucradas. De hecho, su insistencia en que otros países han estado “aprovechándose” de Estados Unidos durante años, sin reconocer los posibles beneficios mutuos de acuerdos comerciales justos y equilibrados, refleja una visión unilateral y de confrontación, que podría aislar aún más a Estados Unidos en el escenario global.

Es alarmante que Trump siga manteniendo una postura tan optimista y despreocupada, incluso mientras el país enfrenta una situación económica cada vez más compleja. La economía de Estados Unidos depende de una serie de factores interconectados, y sus políticas arancelarias podrían ser un factor decisivo para una posible desaceleración económica. Lo que parecía ser una estrategia para “recuperar” el poder económico estadounidense, podría estar generando consecuencias imprevistas que afecten a las clases medias y bajas, ya de por sí vulnerables.

Si Trump continúa con su enfoque económico sin considerar los costos a corto y largo plazo, la promesa de un “auge” económico podría resultar en una jugada arriesgada que no beneficie a los ciudadanos comunes, sino que agrave aún más las tensiones internacionales y la inestabilidad financiera. La pregunta que queda es: ¿están los estadounidenses realmente mejor con estas políticas, o están simplemente siendo víctimas de un enfoque erróneo e irresponsable de la economía global?

Foto: El Ciudadano

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