Matthei defiende a la industria salmonera en Magallanes y omite crisis ambiental e ilícitos en la Patagonia
La candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, realizó recientemente una visita a la región de Magallanes, en una instancia que busca fortalecer su campaña en las regiones del sur del país. Durante su visita, en diálogo con el diario La Prensa Austral, Matthei manifestó su postura frente a la industria de la salmonicultura, señalando que “una Patagonia con salmoneras” refleja su visión y proyecciones para la región.
Al respecto, Matthei afirmó que “la industria salmonera es clave” para Magallanes, “sobre todo para las mujeres”, y, en una perspectiva que defiende la denominada economía social de mercado, complementó su postura expresando que “el Estado no puede poner obstáculos al crecimiento económico y los ecologistas tampoco pueden enarbolar banderas antiempresas”.
De igual manera, la candidata comparó la realidad nacional con el contexto internacional, afirmando: “En Noruega, por ejemplo, se han propuesto quintuplicar su producción de salmón para 2050, organizando desde el gobierno cómo hacerlo de manera sustentable. Y acá seguimos poniendo trabas”. Y añadió: “Hay que ver cómo hacerlo bien, pero no bloquearlo todo”.
Sus declaraciones generan preocupación entre diversos actores sociales, ambientales y económicos, dada la falta de profundidad en el análisis respecto a los graves problemas que enfrenta la Patagonia chilena a causa de la industria salmonera. En su mención al tema, la precandidata no abordó en ningún momento aspectos irregulares de las salmoneras, como la sobreproducción ilegal, la operación de concesiones caducas, ni las consecuencias ambientales y sociales de esta actividad.
Lamentablemente, Matthei tampoco se pronunció sobre la urgente necesidad de poner fin a las operaciones de las salmoneras en las áreas protegidas del Estado, una medida que resulta imperativa para salvaguardar la biodiversidad y los recursos naturales de la Patagonia, y que ha sido vista como una vergüenza internacional para Chile en materia ambiental.
Al respecto de las declaraciones de Matthei, el canal Defendamos Patagonia manifestó a través de la red social Instagram: “Es insostenible que, a estas alturas, sigamos solo recibiendo ‘frases al voleo’ en campañas populistas. La Patagonia chilena es uno de los ecosistemas considerados ‘lugar de esperanza para la biodiversidad del planeta’, siendo una especie de ‘seguro de vida’ para nuestra propia especie humana”.
Es importante destacar que la industria salmonera en Magallanes y en la Patagonia chilena ha sido vinculada a una serie de impactos negativos, incluyendo la destrucción de fondos marinos, la creación de columnas de agua sin oxígeno, residuos de antibióticos y productos químicos en las aguas y en el borde costero, así como pérdidas significativas en la pesca artesanal debido a la contaminación y a los escapes de peces. Estos hechos constituyen una grave amenaza para la biodiversidad y el equilibrio ecológico de valiosos ecosistemas del país.
Defendamos Patagonia remarcó: “Lamentablemente (y como era de suponer) la candidata NO TUVO postura alguna ni comentarios respecto a las ilegalidades de la industria en la zona, como producción por sobre lo legal, operación de concesiones caducas , ni mucho menos sobre el sistema productivo que genera fondos marinos muertos, columna de agua sin oxígeno, residuos de antibióticos y químicos en aguas y borde costero, y pérdida cuantiosa a la pesca artesanal dada la contaminación y escapes de peces , entre otros”.
La postura de Matthei respecto a la industria salmonera no es nueva. Una nota de agosto de 2024, publicada por el portal cooperativa.cl, destaca las palabras de Evelyn Matthei respecto a la salmonicultura en ese momento: “Las mayores barreras para la salmonicultura no son tecnológicas, de la calidad de las aguas o de la geografía, sino que son consecuencia de problemas ideológicos, de un Estado rígido y aletargado (…) en Chile, la producción ha crecido en un 1,3 % en los últimos 10 años, ha debido lidiar con la ley Lafkenche, con incertidumbre jurídica y con una pesadilla en términos de permisología”.