Columna de Opinión

Negacionismo científico: una amenaza a la democracia y la civilidad

Estas ideas, que rechazan la evidencia científica y el consenso experto, fomentan la irracionalidad. Esta, a su vez, es la base del fanatismo, un fenómeno que facilita el ascenso al poder de líderes populistas. Bajo consignas como la supremacía racial, estos líderes no solo destruyen la democracia, sino que también pueden cometer los crímenes más atroces contra la humanidad.

Negacionismo científico: una amenaza a la democracia y la civilidad

Autor: El Ciudadano

Por Ricardo Castro Santis

No deja de sorprender que, en una era marcada por impresionantes avances científicos en todos los campos del saber y caracterizada por el uso masivo de tecnologías, los simpatizantes y promotores de ideas que chocan no solo con el conocimiento científico, sino también con el más mínimo sentido común, ganen adeptos día a día, amplificados por las redes sociales. Este fenómeno no pasaría de ser anecdótico si no fuera por las nefastas consecuencias que conlleva.

El tema no es nuevo y ha sido analizado por múltiples autores en los últimos años. Los hermanos Mark y Chris Hoofnagle lo definen como «el uso de argumentos retóricos para dar la apariencia de un debate legítimo donde no lo hay, con el objetivo final de rechazar una proposición sobre la cual existe un consenso científico«.

Importantes líderes mundiales y locales han sostenido posiciones negacionistas, impactando políticas públicas y afectando a sociedades enteras. En este sentido, el negacionismo científico representa una de las mayores amenazas para el avance del conocimiento y el bienestar social.

Este fenómeno, que rechaza evidencias empíricamente sea por intereses ideológicos, económicos o religiosos, ha cobrado fuerza en las últimas décadas, impulsado por la viralización en redes sociales y medios de comunicación masivos, así como por el apoyo de figuras políticas influyentes.

A diferencia del pensamiento crítico —que se basa en el cuestionamiento fundamentado—, el negacionismo opera mediante estrategias engañosas, entre estas; cherry picking (selección interesada de datos para sostener convicciones preconcebidas), el recurso a teorías conspirativas para desacreditar evidencias científicas, y la promoción de falsos expertos presentados como autoridades. Un caso emblemático en Chile es el del crítico de cine Juan Andrés Salfate, cuyas opiniones en temas científicos han carecido de rigor, pero han ganado notoriedad pública. Lamentablemente, este fenómeno se ha visto potenciado por la creciente desconfianza en las instituciones y el descrédito de la política.

Si bien parece un fenómeno reciente, el negacionismo tiene antecedentes históricos remotos. Solo por nombrar dos ejemplos emblemáticos: Hipatia de Alejandría (siglos IV-V), matemática y filósofa asesinada por fanatismo religioso y el desprecio al pensamiento racional. Galileo Galilei (siglo XVII), condenado por herejía y obligado a retractarse por defender el modelo heliocéntrico, en contradicción con las doctrinas eclesiásticas de su época. Estos casos ilustran el daño que las instituciones de poder pueden causar cuando son dominadas por el fanatismo y la irracionalidad.

Entre las diversas manifestaciones del negacionismo científico en la actualidad, destacan:

Movimiento antivacunas. El impacto de las vacunas en la erradicación de enfermedades como la viruela es indiscutible. Sin embargo, las teorías de Andrew Wakefield, que vinculaban ciertas vacunas con el autismo —a pesar de haberse demostrado que sus investigaciones eran un fraude—, provocaron un descenso significativo en las tasas de vacunación. Como consecuencia, enfermedades casi erradicadas han resurgido [1]. Chile no ha sido ajeno a esta tendencia, con casos que incluso han llegado a los tribunales [2]. En Latinoamérica, el ejemplo más notorio es el del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien durante la pandemia de COVID-19 difundió desinformación contra las vacunas y alteró registros de vacunación [3].

Terraplanismo. El primer defensor conocido de la esfericidad terrestre fue Pitágoras (siglo VI a.C.), pero fue Eratóstenes (276-194 a.C.) quien aportó argumentos sólidos a favor de esta postura y calculó con notable precisión el diámetro del planeta. Los primeros viajes de circunnavegación, realizados a inicios del Renacimiento, confirmaron definitivamente que la Tierra es una esfera. No obstante, en 1849, el inglés Samuel Birley Rowbotham (1816-1884) publicó un ensayo en el que afirmaba que la Tierra era un disco con centro en el polo norte. Tras su muerte, sus escasos seguidores fundaron la Sociedad Zetética Universal, que permaneció activa hasta después de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, en 1956, Samuel Shenton creó la International Flat Earth Society para promover la idea de una Tierra plana, basándose principalmente en interpretaciones bíblicas. A partir del eclipse solar de 2017, estas ideas ganaron popularidad, especialmente en redes sociales. En Chile, el rostro más visible del terraplanismo es el arquitecto Guillermo Wood. En una entrevista con La Tercera, declaró: «Si tú, después de investigar, llegas a la conclusión de que la Tierra sigue siendo esférica, tus argumentos son tan legítimos como los míos para decir que, según mi posición, sería plana«. El peligro de su discurso radica en equiparar meras opiniones con evidencia científica consolidada.

Negacionismo climático. Al igual que la industria tabacalera negó durante años los efectos nocivos del tabaco en la salud, la industria de combustibles fósiles ha financiado campañas para cuestionar el consenso científico sobre el calentamiento global. Líderes influyentes, como Donald Trump, han minimizado los efectos del cambio climático y la responsabilidad de las grandes corporaciones [4]. Posturas similares han sido adoptadas por otros mandatarios, como Jair Bolsonaro en Brasil y Boris Johnson en Reino Unido. En Chile, en mayo de 2023, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de resolución que reconoce la evidencia científica sobre el impacto humano en el cambio climático. Sin embargo, la moción fue rechazada por 31 diputados de derecha, mientras que otros 17 se abstuvieron. Este hecho refleja la incapacidad de ciertos sectores políticos para anteponer el bien común a los intereses de los grandes grupos económicos [5]. [6]

Negacionismo evolutivo. Teólogos de diversos credos han intentado conciliar sus fundamentos religiosos con los avances del conocimiento científico [7]. No obstante, persisten corrientes fundamentalistas que, mediante una interpretación literal de sus textos sagrados [8], caen en la irracionalidad y el fanatismo, fenómenos que a menudo derivan en coerción y censura. Cuando estas posturas alcanzan posiciones de poder, su influencia puede resultar particularmente nociva, tanto para la educación escolar como para otras esferas de la sociedad.

Negacionismo histórico. Al igual que en los ejemplos mencionados anteriormente, el negacionismo histórico rechaza las evidencias históricas y sociológicas. Este fenómeno se manifiesta en la negación o relativización de eventos como el Holocausto [9] o los crímenes de las dictaduras cívil-militares en Chile. Un ejemplo es el libro Diálogos de conversos (2015) de Claudio Rojas y Roberto Ampuero, donde, al referirse al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos señalan: «Más que un museo, se trata de un montaje cuyo propósito —que sin duda logra— es impactar al espectador, dejarlo atónito e impedirle razonar«. Otro ejemplo evidente de negacionismo histórico es la postura de los gobiernos de Estados Unidos y Europa frente al genocidio en Palestina, donde persiste un discurso que minimiza o ignora las violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

Los ejemplos mencionados son solo una muestra de los tipos de negacionismo que operan en nuestra sociedad actual. Algunos pueden parecer anecdóticos e incluso cómicos, como los terraplanistas o quienes afirman que la Tierra no tiene más de 6.000 años de antigüedad. Sin embargo, estas ideas, que rechazan la evidencia científica y el consenso experto, fomentan la irracionalidad. Esta, a su vez, es la base del fanatismo, un fenómeno que facilita el ascenso al poder de líderes populistas. Bajo consignas como la supremacía racial, estos líderes no solo destruyen la democracia, sino que también pueden cometer los crímenes más atroces contra la humanidad.

¿Cómo puede la sociedad evitar sucumbir al negacionismo científico? Fortalecer la educación pública y el pensamiento crítico desde los primeros años de escolarización [10]. Regular la desinformación en redes sociales y sancionar la difusión de noticias falsas. Exigir transparencia en conflictos de interés, como el financiamiento de estudios sesgados por parte de empresas.

Desde Hipatia la lucha por la verdad científica sigue siendo una batalla en curso.

Por Ricardo Castro Santis

Bibliografía

  1. 14 Diseases You Almost Forgot About Thanks to Vaccines. American Academy of Pediatrics 2021. https://www.healthychildren.org/english/safety-prevention/immunizations/pages/vaccination-protects-against-these-diseases.aspx ↩︎
  2. Francisca Soto (2025). Los 11 casos en que la justicia ordenó vacunar a lactantes tras la negativa de sus padres. Ciper Chile. https://www.ciperchile.cl/2025/04/23/los-11-casos-en-que-la-justicia-ordeno-vacunar-a-lactantes-tras-la-negativa-de-sus-padres/ ↩︎
  3. Registro de vacunación de Bolsonaro es falso, concluye investigación. Agência Brasil. https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/geral/noticia/2024-01/registro-de-vacunacion-de-bolsonaro-es-falso-concluye-investigacion ↩︎
  4. José Miguel Jaque (2018)Guillermo Wood, arquitecto: «Para mí, la Tierra es plana». La Tercera. https://www.latercera.com/tendencias/noticia/guillermo-wood-arquitecto-la-tierra-plana/250428/ ↩︎
  5. Eduardo Robina (2024)- Trump: el negacionismo climático vuelve a la Casa Blanca. Climática. https://climatica.coop/victoria-trump-clima-biodiversidad-estados-unidos/ ↩︎
  6. Ximena Salinas (2023). La emergencia política del negacionismo climático. Diario Universidad de Chile. https://radio.uchile.cl/2023/08/19/la-emergencia-politica-del-negacionismo-climatico/ ↩︎
  7. Mariano Artigas (1197). Evolucionismo y cristianismo. Grupo Ciencia, razón y fe. Universidad de Navarrra. https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/evolucionismo-y-cristianismo ↩︎
  8. Terry Mortenson (2006). Seven Reasons Why We Should Not Accept Millions of Years. Answers in genesis. https://answersingenesis.org/theory-of-evolution/millions-of-years/seven-reasons-why-we-should-not-accept-millions-of-years/ ↩︎
  9. NUSO (2023). Negacionismo, revisionismo y extrema derecha: El Holocausto. Nueva Sociedad. https://nuso.org/articulo/negacionismo-revisionismo-extrema-derecha-holocausto/ ↩︎
  10. Fca. Maldonado Wilson (2023). Expertos advierten los riesgos del negacionismo científico y cómo la educación puede ayudar a frenar este fenómeno. Noticias Universidad de Chile. https://uchile.cl/noticias/208027/academicos-uchile-advierten-los-riesgos-del-negacionismo-cientifico ↩︎

Las expresiones emitidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.

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