India:

Kerala, gobernada por los comunistas, está erradicando la pobreza extrema

La trayectoria de Kerala ofrece una visión crítica de cómo las estrategias sistémicas impulsadas por la comunidad pueden sacar a millones de personas de la privación, demostrando que la pobreza es una elección política y no una realidad inevitable.

Kerala, gobernada por los comunistas, está erradicando la pobreza extrema

Autor: El Ciudadano

Por Atul Chandra

En una región muy a menudo consumida por los tambores de la guerra, en particular entre vecinos con armas nucleares como India y Pakistán, no se puede subestimar la importancia de un alto al fuego sostenido. Si bien las escaramuzas militares y las posturas nacionalistas acaparan los titulares, desvían la atención y los recursos críticos de las verdaderas batallas contra la pobreza, el analfabetismo, el desempleo y las crisis de salud pública. La grandeza de una nación no reside en su arsenal, sino en el bienestar de su pueblo. El acuerdo de alto al fuego entre la India y Pakistán en mayo de 2025 ofrece una oportunidad para replantearse las prioridades nacionales, desplazando el foco de los conflictos fronterizos hacia la construcción de sociedades equitativas y justas. En este contexto, los avances pioneros de Kerala en la erradicación de la pobreza ponen de relieve lo que se puede lograr cuando los gobiernos anteponen el bienestar a la guerra y la inversión social al gasto militar.

En un mundo que lucha contra la desigualdad arraigada, el estado indio de Kerala se ha convertido en un faro de esperanza. Para noviembre de 2025, Kerala se convertirá en el primer estado de la India en erradicar por completo la pobreza extrema, un hito anunciado por el ministro principal Pinarayi Vijayan tras el éxito de Dharmadam, la primera circunscripción del estado libre de pobreza extrema. Este logro no es solo un triunfo estadístico, sino un testimonio de décadas de políticas de inspiración socialista que dan prioridad al desarrollo equitativo, la democracia de base y la dignidad humana. La trayectoria de Kerala ofrece una visión crítica de cómo las estrategias sistémicas impulsadas por la comunidad pueden sacar a millones de personas de la privación, demostrando que la pobreza es una elección política y no una realidad inevitable.

Un enfoque basado en datos para el empoderamiento

El éxito de Kerala se basa en su meticuloso enfoque participativo para identificar y abordar la pobreza. Lanzado en mayo de 2021, el Proyecto de Erradicación de la Pobreza Extrema (EPEP) estableció un punto de referencia mundial en materia de precisión. Según el informe económico publicado en 2024 por la Junta de Planificación del Estado de Kerala, la iniciativa comenzó con la selección de 118.309 hogares pobres de los distritos locales, seguida de un riguroso proceso de verificación en cuatro etapas: examen por parte de los subcomités del Gobierno Autónomo Local (LSG), entrevistas presenciales, validación por parte de los Grama Sabhas (asambleas de distrito) y una auditoría del 20% para garantizar la exactitud. La encuesta se centró en cuatro indicadores –falta de alimentos, ingresos, vivienda y atención sanitaria– y excluyó a las familias que ya estaban cubiertas por los planes de bienestar existentes para evitar duplicaciones.

El recuento final reveló que 64.006 familias vivían en condiciones de pobreza extrema, y el 81% de ellas residía en zonas rurales. El distrito de Malappuram registró el número más alto (8.553 familias), mientras que Kottayam fue el que menos (1.071 familias). Las crisis sanitarias afectaron a más de 40.000 familias, la inseguridad alimentaria azotó a 34.523 hogares y 15.091 carecían de una vivienda adecuada. Estas cifras sirvieron de base para la elaboración de planes microespecificos para cada hogar, que combinaban ayuda inmediata (paquetes de alimentos, atención sanitaria de urgencia) con apoyo a corto plazo (alojamiento temporal, ayuda para el empleo) y soluciones a largo plazo (formación profesional, vivienda permanente). Por ejemplo, las familias que se enfrentaban a emergencias médicas recibieron tratamiento gratuito en los hospitales públicos revitalizados de Kerala, mientras que otras tuvieron acceso a oportunidades de autoempleo a través de cooperativas.

Los pilares del legado socialista de Kerala

El marco de lucha contra la pobreza de Kerala tiene sus raíces en una larga historia de reformas estructurales lideradas por el Partido Comunista de la India (Marxista) y el Frente Democrático de Izquierda (LDF). Estas reformas han contribuido a una reducción drástica de la pobreza en el estado, que pasó del 59,79% en la década de 1970 a solo el 11,03% en 2011. Esta transformación ha sido posible gracias a una combinación de innovaciones políticas que han remodelado las relaciones territoriales, la gobernanza, la prestación de servicios sociales y los roles de género.

Una piedra angular del progreso de Kerala fue su amplio programa de reforma agraria. Las reformas agrarias desmantelaron las jerarquías feudales arraigadas al otorgar derechos de propiedad de la tierra a los agricultores arrendatarios, imponer límites máximos a la propiedad de la tierra y redistribuir el excedente de tierra a los trabajadores agrícolas sin tierra. Estas medidas socavaron el dominio tradicional de los terratenientes de las castas superiores, mejoraron significativamente el nivel de vida en las zonas rurales y aumentaron el poder de negociación de los campesinos y los trabajadores agrícolas.

El experimento de Kerala con la gobernanza descentralizada profundizó aún más la participación democrática y fortaleció la capacidad local. Al delegar una autoridad financiera y administrativa sustancial a los gobiernos autónomos locales (LSG), el estado permitió a los panchayats diseñar y aplicar programas de bienestar adaptados a las realidades locales. Durante la pandemia de COVID-19, esta estructura resultó crucial, ya que se establecieron rápidamente comedores comunitarios y los voluntarios ayudaron a repartir comidas a las personas necesitadas. El proceso de descentralización también ha fomentado la transparencia, ha aumentado la concienciación de los ciudadanos sobre las políticas y ha incrementado la rendición de cuentas en la aplicación de las mismas.

El énfasis que el estado ha puesto desde hace mucho tiempo en la salud pública y la educación ha creado una base sólida para el desarrollo humano. La Misión Aardram, puesta en marcha en 2017, revitalizó los centros de salud primaria mediante la integración de la atención de la salud mental y los servicios de trauma, haciéndolos más accesibles y acogedores para los pacientes. La tasa de alfabetización del 96,2% de Kerala es el resultado de décadas de inversión en educación universal, formación profesional y enseñanza pública, lo que ha contribuido a una mano de obra más informada, cualificada y saludable.

El empoderamiento de las mujeres ha sido fundamental para el modelo de desarrollo de Kerala, en particular a través del programa Kudumbashree, puesto en marcha en 1998. Con más de 4,5 millones de miembros, Kudumbashree representa una de las iniciativas de alivio de la pobreza y empoderamiento dirigidas por mujeres más grandes del mundo. Gracias a la sinergia entre las microfinanzas, el espíritu empresarial, la agricultura colectiva y la gobernanza local, el programa ha permitido a cientos de miles de mujeres asegurarse un medio de vida y desafiar las estructuras sociales patriarcales.

Estos esfuerzos se complementan con sólidos planes de seguridad social destinados a proteger a las poblaciones vulnerables. Iniciativas como Agathi Rahitha Keralam proporcionan una red de seguridad integral, que ofrece pensiones para las personas mayores, subsidios por discapacidad y becas para los niños de comunidades marginadas. Estos programas reflejan el compromiso de Kerala con la construcción de un estado de bienestar que da prioridad a la inclusión, la dignidad y la protección social.

En conjunto, estos pilares ejemplifican cómo una visión del desarrollo de orientación socialista, basada en la equidad, la redistribución y la participación, puede ofrecer una alternativa viable a los modelos neoliberales de crecimiento, especialmente en el contexto del Sur Global.

Paralelismos con los modelos socialistas chinos

Los logros de Kerala reflejan la campaña sin precedentes de erradicación de la pobreza llevada a cabo por China. La campaña específica de Kerala para erradicar la pobreza extrema encuentra un eco significativo en el programa de alivio de la pobreza de China. Si bien la trayectoria general de reducción de la pobreza en China comenzó a finales de la década de 1970, el impulso decisivo, entre 2014 y 2020, tuvo como objetivo sacar de la pobreza a los más marginados, aquellos que aún vivían en la pobreza absoluta, mediante un modelo de gobernanza coordinado, basado en datos y arraigado en el ámbito local. El Proyecto de Erradicación de la Pobreza Extrema (EPEP, por su siglas en inglés) de Kerala, puesto en marcha en 2021, refleja muchos de los mismos principios y metodologías institucionales, arraigados en el espíritu de la planificación socialista, la responsabilidad estatal y la gobernanza participativa.

Un elemento clave común a ambos modelos es la identificación precisa de las personas pobres. La campaña de China comenzó con una encuesta nacional a gran escala en 2014, que identificó a 89,62 millones de personas que vivían por debajo del umbral nacional de pobreza. De manera similar, Kerala llevó a cabo un proceso de verificación en varios niveles a través de instituciones de autogobierno local, asambleas de aldeas y auditorías sociales para identificar a 64.006 hogares que vivían en condiciones de pobreza extrema.

Una segunda característica común es el énfasis en los planes de alivio de la pobreza específicos para cada hogar. En China, cada hogar identificado recibió una estrategia personalizada que incluía generación de ingresos, formación profesional, acceso a la atención sanitaria y, en algunos casos, reubicación voluntaria. Kerala adoptó un modelo triádico similar: ayuda inmediata (como kits de alimentos y asistencia médica de urgencia), apoyo a corto plazo (alojamiento temporal, ayuda para encontrar empleo) y soluciones a largo plazo (alojamiento permanente, formación profesional y autoempleo cooperativo).

Ambos modelos también ejemplifican el importante papel que desempeñan las estructuras de gobernanza local en la prestación de protección social. China desplegó más de tres millones de funcionarios de base y cuadros del partido para aplicar y supervisar las iniciativas de erradicación de la pobreza a nivel de aldea. En Kerala, las instituciones elegidas del Panchayati Raj, junto con el movimiento Kudumbashree, liderado por mujeres, se convirtieron en actores clave para identificar las necesidades, prestar servicios y garantizar la rendición de cuentas.

Sin embargo, persisten los retos. A pesar de haber erradicado la pobreza extrema, China se enfrenta a diferencias de ingresos entre las zonas urbanas y rurales, mientras que Kerala lucha contra el aumento del coste de la vida y el envejecimiento de la población. Un estudio realizado en 2024 por el Centro de Estudios Socioeconómicos y Ambientales reveló que casi un tercio de los hogares en situación de pobreza extrema se vieron empujados a la pobreza tras sufrir crisis graves, como la muerte de un miembro que era el sustento de la familia o emergencias sanitarias graves. El estudio instaba a identificar de forma proactiva los hogares en situación de riesgo y a crear “fondos de ayuda para situaciones de emergencia” a nivel de los gobiernos locales para evitar retrocesos, lo que nos recuerda que la pobreza es dinámica y requiere una atención continua.

Más allá de la pobreza: redefinir el desarrollo

El logro de Kerala en la erradicación de la pobreza extrema sienta las bases para hacer frente a un conjunto más amplio de retos estructurales que son cada vez más relevantes en todo el Sur Global. Estos retos no son simplemente el resultado del avance tecnológico, sino más bien de cómo esas tecnologías se integran en sistemas sociales y económicos desiguales. La evolución de la orientación política de Kerala ofrece valiosas enseñanzas sobre cómo los estados pueden adoptar la innovación sin dejar de dar prioridad a la equidad, la sostenibilidad y el bienestar humano.

A medida que la automatización y la inteligencia artificial comienzan a transformar los mercados laborales, Kerala ha adoptado una postura proactiva. En lugar de resistirse al cambio tecnológico, el estado está invirtiendo en sectores emergentes como las energías renovables y las infraestructuras digitales. Por ejemplo, la iniciativa Kerala Fibre Optic Network (KFON) tiene como objetivo proporcionar Internet de alta velocidad gratuito o asequible a las comunidades desatendidas, facilitando así la inclusión digital y las oportunidades de empleo. Al mismo tiempo, el estado está reforzando las protecciones de la economía gig, incluida la introducción de consejos de bienestar para los trabajadores de plataformas, como los conductores de automóviles y el personal de reparto. Estas iniciativas se hacen eco de elementos de la estrategia de “prosperidad común” de China, que incluye esfuerzos para regular a los gigantes tecnológicos y reducir la desigualdad de la riqueza mediante la fiscalidad y la redistribución.

El compromiso de Kerala con el desarrollo sostenible se sustenta en su modelo de gobernanza descentralizada. A través de los panchayats y los gobiernos autónomos locales, el estado garantiza que el desarrollo sea participativo y se adapte al contexto. Por ejemplo, la Misión Haritha Kerala integra la protección del medio ambiente en la planificación local fomentando la recogida de agua de lluvia, la agricultura ecológica y la gestión de residuos a nivel comunitario. Este enfoque está en consonancia con la estrategia de revitalización rural de China, que utiliza tecnologías digitales, programas de extensión agrícola e inversión en infraestructuras para reducir las diferencias entre las zonas urbanas y rurales.

En conjunto, estas iniciativas subrayan el compromiso de Kerala con un modelo de desarrollo centrado en las personas, y no solo en la producción o los beneficios. Al entrelazar la justicia económica, la sostenibilidad ecológica y la dignidad humana, el estado está forjando un camino que desafía los parámetros capitalistas convencionales del éxito. Esto indica que el desarrollo puede reorientarse hacia el bien público, la propiedad social y la gobernanza participativa, principios que resuenan en diversos contextos del Sur Global que buscan un futuro más humano e inclusivo.

Por Atul Chandra

Este artículo ha sido elaborado por Globetrotter. Atul Chandra es investigador en Tricontinental: Instituto para la Investigación Social. Sus áreas de interés incluyen la geopolítica en Asia, la izquierda y el progresismo en la región, y las luchas en el Sur Global.


Las expresiones emitidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.

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