Desde hace años, en México, la disputa no ha sido sólo por el poder político, sino por el relato. La Cuarta Transformación ha enfrentado no solo resistencias institucionales, sino una ofensiva comunicacional persistente por parte de los grandes consorcios mediáticos. Canal Red, el medio de origen español fundado por Pablo Iglesias, llega a México para sumarse, desde la palabra y la imagen, a la defensa de esa transformación.
A partir del lunes 9 de junio, Canal Red iniciará transmisiones desde Ciudad de México, con la periodista Inna Afinogenova como rostro principal. Afinogenova es ya una figura reconocida entre los sectores progresistas mexicanos, especialmente por su entrevista con el presidente López Obrador, donde supo captar —con rigor y sensibilidad— el sentido profundo de un proyecto de nación.
La apertura de Canal Red en territorio mexicano ocurre en un momento clave, tras la contundente victoria de Claudia Sheinbaum, quien asume con firmeza la responsabilidad de dar continuidad a un proceso histórico iniciado en 2018. La llegada de un medio como Canal Red contribuye a ampliar las voces que defienden esa continuidad, frente a un ecosistema mediático que, mayoritariamente, ha optado por la desinformación, el ataque y la caricatura.
Pablo Iglesias —referente político e intelectual del progresismo iberoamericano— ha impulsado este proyecto con un enfoque claro: los medios deben ser parte activa de las transformaciones sociales, no simples cronistas pasivos. Canal Red asume esa tarea sin estridencias, pero con claridad ideológica y profesionalismo.
Mientras conglomerados como TV Azteca, Latinus o Atypical Te Ve insisten en sostener una narrativa construida desde intereses económicos y políticos ajenos a la mayoría, Canal Red se propone construir un espacio informativo que respete la inteligencia del público, que recupere la profundidad del análisis y que entienda la comunicación como herramienta democrática.
Su llegada representa un paso importante en la consolidación de una nueva arquitectura mediática en México y América Latina. Una arquitectura que no se limite a reaccionar, sino que proponga, informe y dispute, desde la palabra, el lugar que merece la verdad.
Foto: Redes
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