En un nuevo intento por reposicionar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) como fuerza política relevante, su dirigente nacional, Alejandro ‘Alito’ Moreno, lanzó un mensaje en redes sociales asegurando que su partido “sí sabría” cómo resolver la supuesta “crisis” diplomática entre México y Estados Unidos, crisis que, según él, ha sido provocada por el actual gobierno de Morena, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Moreno acusó directamente a la mandataria y al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, de generar tensiones internacionales a causa de su “ineptitud” y “arrogancia”. Sin embargo, más que una propuesta concreta de política exterior, el mensaje de ‘Alito’ se percibe como un reciclaje de viejas glorias y lugares comunes sobre “experiencia” y “resultados” del PRI, un partido que hoy lucha por mantenerse a flote tras años de escándalos de corrupción, pérdida de legitimidad social y constantes derrotas electorales.
“Aquí está el PRI que siempre dio resultados a las y los mexicanos”, afirmó Moreno, en un tono que rozó lo nostálgico y que poco conecta con una ciudadanía que hoy lo ubica como uno de los partidos con peor imagen pública en el país.
Lo que ‘Alito’ llama “crisis” con Estados Unidos forma parte de una narrativa opositora que ha sido calificada por el gobierno federal como antipatriota, en tanto que amplifica acusaciones infundadas provenientes de figuras estadounidenses como Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional. Noem ha acusado —sin pruebas— a Sheinbaum de incitar protestas violentas en Los Ángeles contra las redadas migratorias. El gobierno mexicano ha negado tajantemente estas versiones y ha denunciado una campaña de desinformación que busca justificar medidas represivas contra migrantes latinos.
En lugar de desmarcarse de esa línea hostil, ‘Alito’ Moreno opta por alinearse con ella, apelando a un supuesto prestigio internacional que el PRI habría construido en décadas pasadas, pero sin asumir responsabilidad por las múltiples crisis que el país vivió durante sus gobiernos: desde la represión del 68, la “docena trágica” económica de los 70, hasta los pactos de impunidad del siglo XXI.
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Una figura desgastada, un discurso sin sustancia
La crítica más evidente a las palabras de ‘Alito’ no viene solo de sus adversarios políticos, sino de la realidad misma. Su prolongada permanencia como dirigente del PRI —pese a múltiples derrotas y llamados internos a la renovación— refleja la desconexión de una dirigencia atrincherada, más preocupada por mantener cuotas de poder que por reconstruir un proyecto político viable.
Los datos son contundentes: en las últimas elecciones federales, el PRI obtuvo menos del 10% del voto nacional. En algunos estados, su presencia es casi testimonial. Y sin embargo, su líder insiste en presentarse como la alternativa a un gobierno al que acusa de incapacidad, mientras el propio tricolor no logra ni siquiera resolver su crisis interna.
La insistencia de Moreno en “hacerse a un lado” y dejar paso al PRI como salvador nacional evidencia un profundo desconocimiento del actual clima político. El electorado mexicano ya ha sancionado con su voto lo que piensa de los partidos del viejo régimen, y cada nuevo discurso sin autocrítica solo profundiza su descrédito.
Lejos de ofrecer soluciones reales o de abrir un debate serio sobre la relación México–EE.UU., las declaraciones de ‘Alito’ Moreno parecen una puesta en escena más, una estrategia de supervivencia política en un país que, hoy por hoy, ya no se deja seducir por los discursos de cartón.
Foto: Redes
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