En esta entrevista conversamos con Pablo Jofré Leal, periodista y analista internacional, experto en Medio Oriente y en Irán, con quien conversaremos sobre la guerra de agresión de Israel en contra de Irán, sus antecedentes y consecuencias. A continuación compartimos la entrevista y su transcripción.
Por Javier Pineda Olcay
Javier Pineda: Bienvenido Pablo. Quisiera preguntarte cómo podrías situar el contexto en el cual se produce esta guerra de agresión por parte de Israel en contra de Irán.
Pablo Jofré: Hace aproximadamente 12 días, si pudiésemos resumirla en pocas palabras, es el marco de conspiración contra la República Islámica de Irán, donde han estado involucrados Estados Unidos, la Agencia Internacional de Energía Atómica y la troica europea, principalmente Francia, Gran Bretaña y Alemania, lo que llaman el G-3. Estos tres elementos han confluido para generar una retórica, una narrativa, un relato destinado a ir demonizando a la República Islámica de Irán, que en realidad se le demoniza desde el triunfo de la Revolución Islámica.
¿Por qué refiero a la Agencia Internacional de Energía Atómica? Porque, con anterioridad al ataque israelí de la madrugada del 13 de junio, esta agencia, a través de Rafael Grossi, su director general, comenzó a esbozar que el informe que se iba a entregar era negativo y que mostraba el incumplimiento por parte de Irán no del Plan Integral del Acuerdo Nuclear, sino de aquella vigilancia técnica que hace la Agencia Internacional. Al mismo tiempo, Europa, la troica, este grupo que te menciono, señaló que sería gravísimo ese aspecto.
Por otra parte, Estados Unidos, a través de las declaraciones de su presidente, Donald Trump, empezó a señalar que no aceptaría un ataque contra las instalaciones nucleares. Trump le habría dicho a Netanyahu que no, pero un día antes, no solo Estados Unidos retiró personal de sus embajadas y de servicio estratégico, sino que al mismo tiempo tuvo una reunión de más de 40 minutos vía telefónica con Benjamin Netanyahu, y quedó claro que se avecinaba algún tipo de acción.
Es decir, esos tres elementos, y al testaferro que tienen en la zona, que es Israel, generó el ataque de la madrugada del 13 de junio. Ese es el marco, pero son más elementos que confluyen en eso: Palestina, Siria, el Líbano y otros puntos.
JP: Volviendo un poco hacia atrás, a la historia de la República Islámica de Irán, ¿cuándo inicia su programa nuclear y cómo se dieron los primeros acuerdos que permiten precisamente la vigilancia de las instalaciones nucleares por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica?
PJ: Fíjate que viene interesante tu pregunta, porque el programa nuclear iraní viene de la década del 50-60, anterior a la República Islámica. Bajo el gobierno de Eisenhower, bajo el programa «Átomos por la Paz», Estados Unidos comenzó a desarrollar un programa nuclear con Irán, que era un aliado fundamental, su portaaviones terrestre en la zona. Entonces era adecuado contender contra China, contra Rusia. Irán está ubicado estratégicamente; por lo tanto, como aliado militar, político, económico, Estados Unidos dijo: «Desarrollemos programa nuclear».
Y la tendencia lógica indudable de ese programa era crear armamento nuclear. Al mismo tiempo, se desarrollaba el programa nuclear israelí con Francia, con Alemania, que proporcionó fondos multimillonarios, con Estados Unidos, y que desarrolló el programa de tal magnitud que el único régimen de la zona, la única entidad que tiene armas nucleares, es Israel, que no es firmante del Tratado de Proliferación Nuclear, que no ha aceptado jamás la inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica y que siempre ha mantenido en un limbo esto de si tiene o no tiene. Aunque el Instituto SIPRI de Estocolmo, que trata estos temas de armas y temas de paz, ha señalado que tiene un mínimo de 90 armas, se habla hasta de 300.
En ese marco, tras el triunfo de la Revolución Islámica, lo que hace Irán es desarrollar su programa nuclear definido como pacífico, no solo por una fatua religiosa, sino también por una decisión política. Se genera en 2015, después de 5 años de conversaciones, lo que se llamó el Plan Integral de Acción Conjunta o Acuerdo Nuclear, firmado en julio del 2015. Barack Obama era uno de los firmantes, el G5+1: Rusia, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania, y por la otra parte, la República Islámica.
Se firma el documento en julio del 2015; en diciembre del 2015 se saca la Resolución 2231 que refrenda este acuerdo, es decir, un marco legal integral en el derecho internacional. En 2018, bajo la primera administración de Donald Trump, este se retira del acuerdo nuclear e intensifica las sanciones contra Irán, y a eso suman los países europeos. Por tanto, quien ha violado el acuerdo nuclear no ha sido Irán. Irán, al amparo de ese acuerdo nuclear, ha enriquecido uranio porque está permitido en función de los artículos 26 y 36 de ese plan integral. Eso es fundamental entenderlo para decir quién ha hecho fracasar el acuerdo: ha sido Estados Unidos y sus socios.
Diálogos de Viena, más de 15 sesiones, y en la última semana se estaban haciendo las sesiones de negociaciones indirectas, mediadas por Omán, que se reunían en Mascate, en la capital, y en Roma también, y se iban a reunir el día 15 de junio. El día 13 ataca el régimen israelí.
JP: Ese es el marco general. Y ahí, ¿cómo ves estos llamados que realizan principalmente los diplomáticos europeos, donde le piden a Irán que se vuelva a sentar a una mesa que aparentemente nunca ha abandonado, sino que ha sido la contraparte de Estados Unidos la que ha dejado las negociaciones por privilegiar una alianza con Israel?
PJ: Mira, te lo voy a decir con una frase muy propia nuestra: yo no les creo ni lo que rezan. En función de que esta Francia, Gran Bretaña y Alemania se reunieron con el canciller Araghchi, se reunieron en Ginebra en medio de esta contienda, pero no resulta nada, porque el que manda en todo esto es Estados Unidos.
Estados Unidos define si Europa avanza o no avanza, y si llega un acuerdo o no llega un acuerdo. Europa es hoy el patio trasero norteamericano de Estados Unidos, y por tanto, lo que haga con Irán no va a ser refrendado, o si es refrendado, va a ser por Estados Unidos, no por Europa. Y eso, por tanto, hace estéril conversar con Europa. Europa no define nada; está en la misma posición que las Naciones Unidas.
JP: ¿Cómo ves esta discusión que hay en torno a quién sigue a quién, porque algunos políticos norteamericanos han señalado que Trump está siendo un tonto útil o está siendo subordinado a las políticas de Israel, y por otro lado algunos han destacado que Israel en realidad está haciendo el trabajo sucio que Estados Unidos y los europeos no quieren realizar directamente?
PJ: Hay de ambas cosas. Hay una caricatura muy interesante que la sacó en su tiempo The New York Times, que muestra, en la primera administración de Donald Trump, un perro lazarillo y un ciego. El perro lazarillo es Netanyahu; el ciego es Donald Trump. The New York Times tuvo que sacar esa caricatura por ofensiva, totalmente ofensiva.
Entonces, hay de ambos: un día el perro es Israel, y al otro día el perro es Estados Unidos, y el ciego es Israel, y el ciego es Estados Unidos. Pero es el reflejo de la alianza, de la simbiosis que existe entre ambos regímenes. Son indistintamente.
Existe una asociación que se llama Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí, el AIPAC, que reúne a las asociaciones sionistas, y eso muestra la estrecha relación política, diplomática, financiera, mediática, y sobre todo relacionada con la defensa ultranza del régimen israelí por parte de Estados Unidos.
No ha habido presidente después de 1948 que no haya besado el anillo del AIPAC respecto al apoyo que le pueda dar, que es un apoyo económico multimillonario. O sea, en el fondo, cuando te da la bendición el AIPAC, eres un candidato probable de ganar.
Gran parte de los gabinetes, los dos últimos, te menciono: Joe Biden, de los 19 secretarios de Estado, 15 eran creyentes judíos de la comunidad sionista norteamericana. Y Trump los bajó un poco, son solo 13, pero gran parte de ellos, sean judíos o no sean judíos, no es un tema de religión, son sionistas. Y ese marco ideológico es el que explica esta unión entre ambos regímenes.
JP: Y respecto a la política ofensiva que tiene Israel, usted ya mencionaba que han ido por Siria, están desplegando un genocidio en Palestina, ¿cuál es el objetivo estratégico que buscaría con esta agresión de Israel sobre Irán?
PJ: Bueno, Irán es una espina clavada en contra de Estados Unidos, contra Israel, desde el triunfo de la Revolución Islámica. Es un enemigo permanente; lo han demonizado, lo han atacado, lo han bloqueado, lo han sancionado. Está metido en el ADN sionista.
Pero aquí hay que entender en el conjunto de lo que acontece: pasos marítimos, el estrecho de Ormuz, el estrecho de Bab el-Mandeb, en Yemen, Mar Rojo, Canal de Suez, Mediterráneo, Golfo Pérsico, estrecho de Ormuz, Océano Índico, comercio internacional.
Un 20% del comercio energético sale por el estrecho de Ormuz, y más del 20%, porque hay que unir lo que hace China. Casi el 40% de la energía que consume Europa pasa por el estrecho de Bab el-Mandeb.
Por tanto, agredir a Yemen es parte de esa política expansionista israelí. Agredir a Siria, derrocando el gobierno de Bashar al-Asad bajo la excusa de la democracia, conocemos esa excusa de Estados Unidos. Lo suyo: agredir a Palestina hace 77 años, ¿no? Desde octubre del año 2023, ocupación, colonización, exterminio permanente. Agredir al Líbano: el Líbano lo ha invadido en tres ocasiones; en dos de esas ocasiones, las fuerzas israelíes han sido derrotadas por Hezbolá. Irak ha sido fragmentado en función de los intereses israelí-norteamericanos y occidentales en la zona: oleoductos, gasoductos, petróleo, gas. Ese es el gran escenario.
Porque agredir a Irán implica frenar la expansión comercial de China, al mismo tiempo frenar a la Federación Rusa a través de la cortina que han erigido con la OTAN, y al mismo tiempo tener acceso a las riquezas del Cáucaso Sur: Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Mar Caspio, que tienen petróleo y gas en enormes cantidades. Todo ese escenario explica que este «perrito lazarillo», que a veces también es ciego y se llama Israel, genera una política de mano dura, de acciones punitivas permanentes contra la zona.
JP: Una de las propuestas que anunciaban algunos diplomáticos —o más bien funcionarios del ejército israelí— era la posibilidad de partición de Irán. Respecto a la intensidad de las agresiones, desde la perspectiva de Israel, ¿por cuánto querrán ir? ¿Solo por asegurarse de que el uranio enriquecido llegue a su fin, o más bien hay una propuesta seria donde la partición y el cambio de régimen es en realidad el objetivo que tienen?
PJ: Te lo respondo con un antecedente, ¿no? Cuando comenzaron la catalización y cuando dinamizaron el genocidio palestino, sobre todo en la Franja de Gaza, el tema era «eliminar a Hamás», claro, «liberar a los rehenes». Lo que han hecho es exterminar a mujeres y niños en un 70%. Se habla de 200.000 muertos, no los 60.000: 200.000 muertos directos e indirectos. Con Irán es una política similar: una narrativa falsaria absolutamente. «Vamos a frenar el programa nuclear iraní porque es un peligro existencial para Israel». Por tanto, este ataque es preventivo.
O sea, el país que tiene armas nucleares quiere prevenir que otro las tenga. Podría ser al revés, ¿no? El país que no las tiene quiere prevenir que ese otro no use las armas nucleares. Y el líder religioso iraní lo ha dicho con claridad: «Nos hablan del programa nuclear, del enriquecimiento de uranio; después nos hablan del sistema de misiles, que es lo próximo que se vendría; después nos van a hablar de los derechos humanos, de las mujeres, los derechos femeninos, los homosexuales; y después nos van a hablar de separar nuestra religión del Estado».
Por tanto, los intereses no tienen que ver con la democracia ni que Irán sea una teocracia, cuando resulta que Israel es efectivamente un ente etnocrático, que es fundamentalista y teocrático. Está definido como Estado-nación judío. Por todas las arremetidas narrativas respecto a Irán, chocan con una realidad: el poder regional iraní, cuarto país con mayores yacimientos de petróleo y gas, el Golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y la influencia que ha generado en función de tener a Palestina en el centro de su política exterior.
JP: ¿Y cuál es el estado actual del denominado «eje de la resistencia» en virtud del genocidio en Gaza y la desarticulación o destitución de al-Asad en Siria? ¿Se ve golpeado el eje de resistencia, o más bien se ha decidido por parte de Irán no activarlo en este conflicto aún?
PJ: Bueno, en ese sentido hay que ser muy honesto al respecto, ¿no? Y la verdad no genera un deshonor; la verdad genera más bien dignidad y fortaleza. El eje de la resistencia fue fuertemente golpeado con asesinatos selectivos, con una agresión absolutamente genocida contra el Líbano, que significó el asesinato de líderes políticos y militares de Hezbolá.
En Siria, lo que se hizo fue derrocar un gobierno que cumplía una función de cercanía con el eje de la resistencia. Lo que se ha hecho igualmente con Yemen y Ansarolá. Es decir, hay una política de exterminar políticos, militares, científicos iraníes, por ejemplo.
Y en ese sentido, el eje de la resistencia, creo que al margen de Yemen a través de Ansarolá —que ha generado una política de lanzamiento de misiles constantes contra la Palestina histórica ocupada—, creo que en la medida que se intensifique la actual situación, puede volver a entrar en escena el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano, Hezbolá, y organizaciones de Irak como Al-Hashd al-Shaabi, Kataeb Hezbolá y otros, que son parte del eje de la resistencia.
En la medida que se intensifique el proceso bélico, indudablemente el eje de la resistencia va a adquirir mayor fortaleza, pues lo bélico se va a imponer sobre cualquier negociación o política. Y en ese sentido, la capacidad militar de Irán, en los últimos días, ha demostrado estar relativamente a la par con Israel y ha logrado generar daño en bases militares, en infraestructura clave para el desarrollo de la industria armamentista israelí.
Y eso genera, de alguna forma, que este fin de semana Estados Unidos tenga que intervenir directamente en el conflicto, enviar los B-12 y bombardear las instalaciones nucleares.
JP: ¿Qué horizonte? Porque no hay una bola de cristal para saber qué va a ocurrir, pero ¿cuáles son los escenarios que se pueden prefigurar desde el bombardeo en torno a cuáles son las medidas que puede adoptar Irán? Y por otro lado, ¿cómo se ve una posible salida diplomática, si es que la ve, o más bien una intensificación progresiva del conflicto?
PJ: Sí, yo solo puntualizar algo de lo que preguntas, ¿no? Israel nunca ha actuado solo. O sea, cuando dicen «Estados Unidos va a entrar a la guerra», Estados Unidos es parte de la guerra. Es parte de la guerra. Tiene la flota del Mediterráneo, que tiene su sede en Nápoles y que está estacionada frente a las costas de Gaza, Siria y el Líbano. Tiene la Quinta Flota del Golfo Pérsico. Tiene las bases militares en Arabia Saudí, Bahréin, Omán, en Qatar, en Jordania, en Turquía.
Por tanto, Israel nunca ha actuado solo. Y cuando han sido los ataques iraníes de represalia —promesa verdadera: uno, dos, y esta tercera— han actuado esa fuerza. Jordania, por ejemplo, que ha ayudado con su monarquía pro-occidental en el ataque contra los drones y misiles iraníes. Y ha actuado Arabia Saudí y actúa Estados Unidos permanentemente.
¿Quién provee de armas a Israel? Estados Unidos en un 69%, Alemania en un 30%, y el resto se reparte en otros países, ¿no? Pero aquí es la misma situación que si presentáramos el tema guerra Rusia-Ucrania. No es la guerra de Rusia contra Ucrania; es la guerra de Rusia contra Estados Unidos, la OTAN y Ucrania como testaferro. Aquí es exactamente lo mismo.
Y el sistema de defensa de misiles iraní y su sistema de misiles balísticos, de crucero, hipersónico, ha mostrado que es capaz de perforar ese famosa «Domo de Hierro», el sistema «Tat», el sistema «Patriot», el sistema «Onda de David», y todos esos nombres hollywoodenses que le ponen con su sistema de misiles. Solo el sistema de misiles y de drones. Israel tiene más de 300 aeronaves de última generación.
Pero fíjate cómo se ha generado una situación de represión de la libertad de expresión. Está prohibido informar, grabar. Las fuentes indican que hay gran destrucción en Haifa, en Beersheba, en Jaffa —que ellos llaman Tel Aviv—. Es decir, han tocado el corazón de ese territorio ocupado y han generado el desplazamiento de miles y miles de judíos sionistas de la zona, colonos que están volviendo a sus países de origen.
Entonces, las proyecciones son: Irán tiene un poder misilístico enorme, y yo creo que aquí lo importante es saber si la República Popular China y la Federación Rusa van a hacer ejercicio de su alianza con Irán y lo van a apoyar como lo ha hecho Occidente con Israel y con Ucrania. Creo que eso va a cambiar el balance del poder.
JP: Y para ir cerrando, ¿cree que eso sea posible? ¿De qué forma se puede ir mostrando progresivamente ese apoyo?
PJ: Mira, se reunió el canciller iraní con Vladimir Putin, ¿no? Apoyo político, diplomático. Pero creo que estamos en un momento histórico. O sea, por primera vez en la historia de la Revolución Islámica, hay un combate que no es directo de frente a frente, soldado a soldado, pero es un enfrentamiento claro, con daños al régimen israelí.
Siempre había luchado contra milicias, contra población civil, asesinar mujer y niño, y ahora lo que está recibiendo es dosis de su propia medicina. Y eso es un cambio histórico fundamental.
China tiene que ejercer el liderazgo que tiene. O sea, no basta ser una potencia económica; si quiere usted ser una potencia política, diplomática, militar, entonces ejerza eso y diga: «¿Saben qué? Aquí hay un escenario internacional en el cual yo voy a proveer o voy a amparar a la República Islámica de Irán dentro de un paraguas nuclear, como lo tiene Europa». Eso no es tan raro. O la Federación Rusa decir: «Misiles, sistema de defensa S-300, S-400». Claro, eso asustaría a Occidente, claro, sin duda. Y los medios nacionales, aquellos que solo transmiten los de los medios hegemónicos, dirían: «El mundo está en peligro». El mundo está en peligro hace mucho tiempo, y no por Irán, no por Rusia y no por China.
* Esta entrevista se realizó el lunes 23 de junio de 2025, horas antes de que se informara el cese al fuego entre Irán y Estados Unidos.