La astrónoma chilena Dra. Valeria Olivares, académica del Departamento de Física de la Universidad de Santiago, encabeza un proyecto Fondecyt Regular que indaga en el origen y evolución de galaxias como la Vía Láctea. El estudio se enfoca en la composición del gas caliente presente en los cúmulos de galaxias, el cual, sorprendentemente, tiene una mezcla química muy similar a la del Sol. Este fenómeno, conocido como la “paradoja solar”, ha intrigado a la comunidad científica por años.
Tecnología espacial al servicio de la ciencia chilena
Para desentrañar este enigma, el equipo utilizará satélites de rayos X como Chandra, XMM-Newton y el más reciente XRISM. Este último permitirá un análisis más detallado de los elementos químicos presentes en el gas caliente, como hierro, oxígeno y silicio. A esto se suma el uso del instrumento MUSE, instalado en el Very Large Telescope (VLT) en la Región de Antofagasta, uno de los observatorios más avanzados del mundo. MUSE permite analizar con gran precisión la composición de las estrellas, y al compararla con la del gas que las rodea, se puede reconstruir parte de la historia química del universo. Este enfoque ha sido fundamental en otros hallazgos astronómicos.
Chile, observatorio natural del cosmos
Los descubrimientos del telescopio espacial James Webb, que reveló galaxias masivas y ricas en metales en un universo aún joven, refuerzan la importancia de este tipo de investigaciones. Estas observaciones desafían los modelos clásicos de formación galáctica y abren nuevas interrogantes sobre el desarrollo temprano del cosmos. Chile, con sus cielos despejados y baja contaminación lumínica, cumple un rol protagónico. Preservar estas condiciones es esencial para la investigación astronómica de frontera.
Formación de galaxias en grupos menores y rol de la comunidad científica
Además de los cúmulos galácticos masivos, el proyecto estudiará grupos pequeños de galaxias donde las interacciones y fusiones son más comunes. Estos procesos, que pueden enfriar el gas, formar nuevas estrellas o activar los agujeros negros centrales, también dejan huellas químicas observables. La Dra. Olivares destaca que estos fenómenos son clave para comprender la evolución de galaxias como la Vía Láctea.
Formación de nuevas generaciones de astrónomos
Uno de los pilares del proyecto es su dimensión formativa. Estudiantes de pregrado y postgrado participan activamente en la recolección y análisis de datos, aprendiendo a operar con instrumentos de última generación. Este enfoque también es impulsado por universidades chilenas como la Universidad Católica de Chile y la misma Universidad de Santiago, que destacan la importancia de la colaboración y formación de nuevas generaciones de científicos. “Queremos que este proyecto no solo genere conocimiento, sino que deje capacidades instaladas en Chile. La astronomía nacional debe seguir creciendo desde nuestras propias universidades”, concluye la Dra. Olivares.