El pasado 4 de julio, en el Hotel Ferrat de Temuco, la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, protagonizó un explosivo altercado con representantes del gremio Agricultores Unidos, una organización que agrupa a pequeños, medianos y grandes productores agrícolas desde la Región Metropolitana hasta Los Lagos.
La reunión, que tenía como objetivo abordar los urgentes problemas del sector —especialmente la imposición de precios bajos por parte de la gran industria—, derivó en un tenso intercambio que terminó con Matthei gritando: «¡¿Ustedes creen que soy huevona? ¿Que no conozco la realidad del país?!», seguido de un reclamo directo a uno de los asistentes: «¡Hace rato que me vienes hueveando!».
El episodio, confirmado por fuentes presentes en el encuentro y recogido por Interferencia, no solo revela la frustración de los agricultores con la clase política, sino que también suma un nuevo escándalo a la campaña de Matthei, ya debilitada por sus bajas en las encuestas y una seguidilla de declaraciones polémicas.
El detonante: conflicto de intereses y descontento agrícola
La reunión, a la que asistió también el jefe de campaña de Matthei, Diego Paulsen, comenzó con un diagnóstico crítico del sector. Los agricultores denunciaron que la gran industria les impone precios injustos, afectando su rentabilidad y, en consecuencia, la seguridad alimentaria del país.
Según relatan testigos, Matthei intentó justificar los altos costos de las empresas, mencionando como ejemplo a Viña Concha y Toro, haciendo referencia la publicidad que pagan al equipo inglés Manchester United.
La respuesta de los agricultores no se hizo esperar. Un asistente le espetó: «Esa justificación es una barbaridad» y le señaló que se trataba de «extracción de renta a costa de los productores».
Otro le planteó algo que comenzó a tensionar a la carta presidencial de Chile Vamos: “¿Usted cree que va a ganar las elecciones si no conoce la realidad del país?”, le cuestionó.
«¿Ustedes creen que soy huevona?»
Pero el golpe más duro llegó cuando otro le señaló: «Lo que pasa es que usted no asume que tiene un conflicto de intereses, porque su esposo (Jorge Desormeaux) era director de Concha y Toro».
Fue en ese momento cuando Matthei perdió los estribos. Su voz, según testigos, se escuchó incluso fuera del salón, donde lanzó sus ahora famosas frases:
«¿Ustedes creen que soy huevona? ¿Que no conozco la realidad del país?», afirmó.
Luego, miró fijo al agricultor que le cuestionó sus posibilidades de ganar las elecciones y le dijo;: “¡Hace rato que me vienes hueveando!”.
Además, la candidata acusó un tono machista en el comentario sobre su marido, lo que agravó aún más el clima de la discusión.
Las repercusiones políticas
El incidente no solo daña la imagen pública de Matthei, sino que también pone en riesgo su relación con un sector clave. Según consignó Interferencia, Agricultores Unidos mantiene estrechos vínculos con parlamentarios de Chile Vamos, algunos de los cuales incluso han impulsado un proyecto de ley para regular los precios impuestos por la gran industria.
«Esta iniciativa legislativa, que se encuentra actualmente en la Comisión de Agricultura de la Cámara, establece contratos obligatorios, precios referenciados al costo real de importación y reglas claras para equilibrar la relación desigual», señaló el medio citado.
Consultado por Interferencia, el comando de Matthei no desmintió los hechos, pero intentó restarles importancia:
«Fue una reunión muy productiva. La candidata tomó nota de los comentarios de los agricultores y, de hecho, hizo referencia a sus reclamos en diversas ocasiones. La reunión culminó en muy buenos términos», señalaron.
Sin embargo, fuentes del gremio sugieren que el malestar persiste y según Interferencia otros candidatos, como Franco Parisi (PDG) y José Antonio Kast (Partido Republicano), ya buscan reunirse con ellos.
Una campaña bajo presión
El estallido de Matthei no es un hecho aislado. En los últimos días, la candidata ha mostrado una creciente irritabilidad, producto, según analistas, de su caída en las encuestas y la posibilidad de enfrentar una tercera derrota presidencial.
Solo en la última semana, a un periodista que le preguntó por su baja en las encuestas, le espetó: «¿Quién mandó a este señor?». A una reportera que insistió con el tema, le gritó: «¡Basta!».
En el matinal Mucho Gusto, interrumpió al exfiscal Sabas Chahuán con un «¡Déjame hablar!». Además, su reciente acusación contra el Partido Republicano —a quien responsabilizó de difundir rumores sobre un supuesto alzhéimer— ha generado más dudas sobre la verdad de su estado de salud que apoyos.