Hermanos, hermanas, compañeras y compañeros, amigas y amigos:
Me cuenta mi familia en estos días inciertos de la solidaridad, de la fraternidad recibida por colectivos sociales, políticos, afinidades, organizaciones de trabajadores, artistas, etc.; es muy difícil expresarles mi emoción por el abrazo, no cabe en palabras, trasciende el lenguaje y golpea el corazón. Quizás este sentir se manifiesta en sonrisas, abrazos, lágrimas de alegría. Me sobrecoge a veces este profundo afecto de camaradas, el calor humano, y solo tengo mi vida de luchador popular que ofrecerles. Mi vida militante en las filas del Frente cuando muchos jóvenes de este país decíamos enfrentar la tiranía al costo que fuese, con decisión, con dignidad y con un torrente de audacia.
Hoy continúo con la misma entereza de aquellos años oscuros. No voy a fallarles, en primer lugar a mis hermanas, hermanos rodriguistas que reposan en las avenidas de la muerte, tampoco a quienes sobrevivimos y menos aún a ese pueblo combativo que tiene sólida memoria.
¡Abrazos! Solo se resiste luchando.
Ramiro
(Hospital Penal Santiago)
19 julio 2025
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El Ciudadano