Crisis del litio: cómo la falta de suministro en China estresa la transición energética

La reciente suspensión de operaciones en una de las minas de litio más importantes de China ha encendido las alarmas de la industria global

Crisis del litio: cómo la falta de suministro en China estresa la transición energética

Autor: Director

La reciente suspensión de operaciones en una de las minas de litio más importantes de China ha encendido las alarmas de la industria global. El cierre temporal en Yichun, provincia de Jiangxi, decretado por CATL, el mayor fabricante de baterías del país, dejó en evidencia la enorme dependencia mundial de la producción china.

Aunque esta mina representa cerca del 3 % de la oferta global, su paralización bastó para disparar el precio del carbonato de litio en la Bolsa de Guangzhou y revalorizar en minutos a las principales empresas mineras del planeta. La señal fue clara: cuando China detiene su producción, el mercado global de baterías eléctricas y vehículos eléctricos tambalea. El episodio refleja la fragilidad de una industria que se ha convertido en pilar de la transición energética y que hoy se encuentra condicionada por las decisiones regulatorias de Beijing.

Una cadena de suministro en tensión

El impacto del cierre se sintió como un efecto dominó en toda la cadena de suministro del litio. Los fabricantes de baterías de iones de litio enfrentan costos más altos de producción, lo que a su vez presiona a la industria automotriz que apuesta por los autos eléctricos como alternativa al motor de combustión. Cada alza en el precio del litio incrementa el valor de producción de un vehículo eléctrico, retrasando su masificación y golpeando la competitividad frente a la gasolina. Además, el mercado financiero se vio agitado: inversores especularon con nuevas subidas de precios, amplificando una volatilidad que podría extenderse durante semanas. La dependencia de pocos países productores -China, Australia y Chile- convierte cualquier interrupción en una amenaza global, acentuando el riesgo de cuellos de botella que afectan desde la minería hasta el ensamblaje de automóviles. En este escenario, el suministro de litio deja de ser un asunto industrial para transformarse en un desafío geopolítico.

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Producto de los problemas ocurridos, el precio del carbonato de litio tuvo un repunte en su precio, el que podría estar afectado hace unos años intencionalmente producto del conflicto entre actores de un mercado sin mayor competencia y con posiciones que puede llevar al control de precios.

El futuro del litio: riesgos y oportunidades

La crisis actual es un recordatorio de que el litio no es solo un mineral estratégico, sino un recurso cuya disponibilidad define el ritmo de la revolución verde. Sin un suministro estable, la transición hacia energías limpias se ralentiza y los planes de descarbonización pierden fuerza. Sin embargo, también abre la oportunidad de diversificar las fuentes de extracción en América Latina y Australia, de invertir en capacidades de refinación local, fábricas de cátodos, entre otros. En este nuevo tablero, países como Chile y Argentina pueden desempeñar un papel crucial, al mismo tiempo que los gobiernos impulsan políticas de seguridad energética y reservas estratégicas. Lo ocurrido en Yichun no es un accidente pasajero, sino la antesala de una era en que el litio será motivo de tensiones económicas y diplomáticas. Si el mundo quiere garantizar su futuro eléctrico, debe aprender de esta crisis y construir una cadena de suministro del litio más resiliente y sostenible.

El dilema de China en el Salar de Atacama

En este escenario, la única garantía real de suministro constante para China parece residir en su propiedad accionaria en el Salar de Atacama, donde Tianqi mantiene participación en SQM. Sin embargo, la ecuación podría cambiar con el avance del acuerdo entre SQM y Codelco para crear una nueva empresa estatal-privada que administrará la mayor parte de la producción futura. Si Beijing acepta este esquema, debe saber que su participación relativa se diluirá con el tiempo y que nada asegura que los volúmenes de litio extraídos en Chile se destinen preferentemente al mercado chino. En un contexto de alta demanda, los compradores internacionales o quienes paguen más podrían tener prioridad, transformando a China de socio privilegiado a un actor más en la competencia global. Por eso, lo único que garantiza su posición es ser accionista relevante con derecho a voto e incidencia en el directorio de la nueva compañía. Solo a través de una presencia societaria clara y con poder real de decisión China podrá blindar su acceso al litio chileno, en un mercado donde la geopolítica y los intereses estatales pesan tanto como la pura lógica comercial.

Por Bruno Sommer

El Ciudadano


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