Los mercados financieros emitieron este lunes un veredicto contundente y severo contra la administración del presidente de Argentina, Javier Milei, tras la aplastante derrota electoral del La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires y la posterior decisión de no corregir el rumbo económico. El valor de las empresas de la nación austral se desplomó hasta un 25% en dólares y el de la deuda más de un 6%, impulsado por una fuerte corriente vendedora, especialmente de los fondos de inversión internacional, que le quitaron todo el respaldo a la gestión.

La jornada estuvo marcada por el pánico vendedor en todos los frentes. El índice S&P Merval medido en dólares registró una pérdida catastrófica del 167,2%, mientras que los ADR de empresas argentinas que cotizan en Wall Street se hundieron entre un 15% y un 25%. El sector bancario lideró las caídas: BBVA cayó 24,5%; Banco Macro, 23,5%; Banco Galicia, 23,6%; y Banco Supervielle, 24%. Otras empresas emblemáticas no se salvaron: TGS se desplomó 19,3%; Pampa Energía, 16,7%; Edenor, 20,5%; Central Puerto, 13,8%; e YPF, 15,3%.
Bancos de inversión recomiendan salir de los activos argentinos
La reacción del mercado no fue un movimiento aislado, sino que está siendo potenciada por informes de grandes bancos de inversión que recomiendan activamente salir de los activos argentinos debido al alto riesgo que representan. Por ejemplo un informe de la firma Barclays planteó que «Milei sufrió una aplastante derrota y el kirchnerismo se mantiene vigente» , y a la vez propuso una salida ante la complejidad de la situación.
“En nuestra opinión, el Gobierno se ha quedado sin opciones fáciles, pero una reorganización temprana del régimen cambiario sería nuestra alternativa preferida, ya que podría reducir la probabilidad de escenarios más disruptivos y desviar la atención de las elecciones de 2025 a las de 2027”, señalaron.

Dólar en ascenso
El mercado también convalidó un nuevo salto en el tipo de cambio. Según consignó El Destape en la primera jornada después del revés electoral del oficialismo, «el dólar subió un 3,33% y cerró el mayorista en 1.409 pesos, aparentemente sin intervención ni del Tesoro –que ya no le quedan balas– ni del Banco Central. Los dólares financieros acompañaron la suba: el MEP avanzó 3,5% a $1.440 y el Contado con Liquidez (CCL) un 3,6% a $1.435. El blue subió un escalón menos, hasta los $1.400».
La presión ahora se centra en la banda de flotación acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). que solo autorizaba ventas de dólares cuando la cotización superara el techo de 1.470 pesos, una medida que forma parte de la condiciones la impuestas por organización financiera internacional a Milei para acceder a un millonario préstamo de rescate de 20.000 millones de dólares.
Los analistas locales esperan que la divisa continúe su escalada hasta alcanzar el techo de la banda, un escenario que podría provocar un nivel de inestabilidad monetaria y cambiaria que en gran medida también puede potenciar los riesgos políticos a medida que se acerquen las elecciones legislativas nacionales del próximo 26 de octubre, justo a la mitad del mandato de Milei,
Un informe de Portfolio Personal Inversiones planteó que “es probable que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) deje que el peso se deslice alrededor de un 8,5% hacia la banda superior desde el cierre del viernes».
«Cualquier otra cosa sería una mala señal, ya que intervenir demasiado temprano sería desperdiciar munición valiosa. El equipo económico debería utilizar la banda superior como una especie de ‘test’ durante un par de ruedas, monitoreando cómo reacciona el mercado», advirtió.
Incluso, el reporte especuló con un escenario más extremo: “Si la dinámica resulta insuficiente, hay una probabilidad razonable de que se mueva la propia banda, aunque no sin la bendición del FMI. Después de todo, el acuerdo exige que el BCRA venda en la banda superior, pero esas reglas están sujetas a cambios negociados, como vimos tras la primera revisión”.

El crucial examen para la gestión de Milei: Vencimientos de deuda
Mientras la presión vendedora de los fondos internacionales se espera que se sostenga en los próximos días, el Gobierno de extrema derecha de Milei se enfrenta a un test inmediato y de enorme magnitud: la necesidad de renovar vencimientos de deuda por un total de 7,2 billones de pesos esta misma semana.
El escenario es un callejón sin salida de alto riesgo. Según El Destape “una baja renovación acelerará el deterioro cambiario y cualquier medida para fomentar la renovación profundizará la recesión, con el impacto en el desempleo y la caída de ingresos”.
La presión dolarizadora de los inversores locales, que se había anticipado en las semanas previas a las elecciones legislativas de la provincia de Buenso Aires forzando la venta de unos 1.000 millones de dólares del Tesoro, ahora adopta una actitud expectante. Aguardan a ver qué ofrece el Gobierno para incentivarlos a volver a colocar su dinero en pesos. El peligro latente, advierten los expertos, es que “si el premio para quedarse en pesos no convence, una parte de esos pesos se volcará a la divisa generando una nueva presión dolarizadora que obligará a intervenir al Banco Central para defender el techo de la bandade flotación acordada con el FMI”.
La derrota en las urnas no solo resquebrajó la imagen política de Milei, sino que activó todas las alarmas en el frente económico. Los mercados, que inicialmente le habían otorgado un voto de confianza, hoy le sueltan la mano de manera brutal, dejando al descubierto la extrema fragilidad de la estabilidad financiera y colocando a la administración libertarua frente a sus horas más críticas.